"Extra: Un vistazo al futuro - 7 - Nuestro secreto"

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"Bueno, si no quieres que nadie se entere, sera nuestro secreto, no me molesta Melisa" - La frase rebotaba en la cabeza de la rubia desde el momento en que acordó ser novia de Violette a escondidas. No la malinterpreten, le gustaba estar con la pelinegra, pero entre las rigurosas normas de la academia y su inseguridad para mantener su relación, hacían que aun no se sienta preparada para mostrarle al mundo que tenia una novia.

Disfrutaba de cada momento que pasaba con Violette, esas pequeñas coincidencias que tenían encontrándose en la biblioteca o cuando se apuraban para terminar rápido de comer y poder salir un rato al patio a pasar tiempo a solas, la hacían muy feliz.

Aunque ya estaba quedándose sin excusas ante sus amigas las cuales comenzaban a sospechar algo extraño al verla sonreír de la nada al recordar algún beso que le dio su pareja o cuando insistía rigurosamente en tener que salir a ciertas horas de la noche a "caminar a solas".

Ella no tenia experiencia siendo novia de nadie, incluso era tal su desconocimiento que no sabia que existían "varios tipos de besos", los cuales su pareja fue mostrando poco a poco, dejándola completamente asombrada del talento nato de la pelinegra en temas amorosos.

No era que no pudiera ser romántica, simplemente no le salia, algo como "te quiero mucho, eres mi cielo, te necesito" eran frases que la rubia no podía reproducir, pero buscaba otras formas de mostrarle sus sentimientos a su bella novia, como cuando en un acto de total irracionalidad la beso en el cuello, haciendo que la pelinegra suelte un gemido de placer que la rubia tomo como "dolor", pidiéndole disculpas durante una semana, haciendo que Violette se sonroje cada vez que lo revivía en su mente.

Recordaba que Susan una vez la había definido como "inocen-diota" si, no debía deducir mucho para entender a que se refería la pelirosa amante de las pociones. Se reprocho muchas veces no haber leído al menos una de todas las novelas que con mucho amor le regalaban su Tia Lotte y Barbara, tenia varias repisas llenas de esas "novelas cursis para adolescentes desesperados", que ironía que la desesperada fuera ella en estos momentos.

Hoy se sentía acorralada, su novia era muy demostrativa cuando estaban solas, besos, abrazos, frases cursis que la hacían sonrojar, incluso, le preparaba cosas de lo mas deliciosas solo para ella, no podía quejarse, tenia una novia que cualquiera envidiaría.

Pero hoy la había dejado en una encrucijada, "nunca me regalas flores o bombones", recordaba esa frase infortuna que había lanzado a su pareja, fue como un reto, un desafió para la pelinegra.
Este día no solo le regalo flores, le regalo el ramo mas hermoso, cursi y romántico que podía, rosas rojas y rosadas, prolijamente ordenadas de manera que el patrón quede armónico, una nota que acompañaba diciendo "para la mujer que llena de alegría mi vida, con amor v.", Melisa no podía dejar de sonreír a pesar de tener vergüenza al caminar por los pasillos de la academia con semejante arreglo floral.

No había pensado una excusa, estaba tan sumida en la alegría que le daban esas rosas y lo que significaban que incluso no se percato que ya estaba en frente de su dormitorio. Respiro profundo esperando que sus compañeras no estén , estén dormidas o quizás, muertas, así no la veían entrar, la idea de desaparecer las flores se cruzo un instante por su cabeza, pero no podía, no después de lo que le debió haber costado a Violette armarlo y el amor que se notaba le había puesto.

Empujo la puerta y la recibió Marina con una sonrisa de oreja a oreja.

- Melisa, te estábamos esperando para... ¡OH POR DIOS! ¡ELSA, ELSA ESTA SUCEDIENDO!. - Grito desesperada la brujita.

Elsa al escucharla, salio corriendo del baño sin terminar su labor, en ropa interior con la tolla envuelta en la cabeza.

- ¡NO PUEDE SER, TRAE LA CÁMARA MARINA!

Melisa se encontraba roja, sumida en la vergüenza de la histeria de sus amigas.

- Chicas calma, calma, son solo flores.

- ¿¡Solo flores!?.

- Nunca conservas los regalos de tus admiradores o pretendientes, los quemas, destruyes, desapareces o ...

- Los tiras al dragón del lago.

- Bue-Bueno es que este es muy hermoso para deshacerme de el.

- ¿Es muy hermoso para deshacerte de el? Oh Elsa, no puede ser, se enamoro, ¡Esta enamorada!

- ¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!.

- El-Elsa calmate, te escucharan de otros cuartos.

- ¿Quien es? ¿Como es? ¿Lo conocemos? ¿Es guapo?. - Marina inundaba de preguntas a la pequeña rubia.

- No, no, no lo conocen.

- ¿Ya se besaron? ¿Te propuso casamiento?.

- No, no, no es para tanto, es alguien especial nada mas.

- Melisa alguien especial no te enviá un ramo como este, es hermoso, las rosas se ven preciosas, esto hecho con mucho amor.

- Elsa mira, tiene una nota.

- E-Es una nota personal - Comento Melisa intentando sacársela de las manos a Marina.

- "Para la mujer que llena de alegría mi vida, con amor V". Oh, es hermoso.

- ¿V? ¿Venecia?.

- No creo, quizás ¿Victor?.

- ¿O Valente?.

- Chi-Chicas deben calmarse. - La brujita rubia creo un jarrón y coloco ahí el ramo, no sin antes volver al sonreír al observarlo.

- ¡Esa cara de enamorada no miente! - Agrego Elsa.

- ¡Vamos Melisa! Somos tus amigas, deberías decirnos quien es.

- Marina, debemos respetarla, si no quiere decirnos esta en todo su derecho, tal vez aun no se siente segura.

- Tienes razón, lo siento Mel, es solo que me pone muy feliz, eres muy distraída para esto de las "relaciones", me asustaba que te quedes sola de por vida.

- Gracias chicas, ahora si no les molesta, quiero ir a mi cuarto a descansar, me llevare esto - Finalizo alzando el jarrón con sus flores.

- Elsa, es tan lindo, Melisa encontró a su media naranja.

- Si, pero me intriga saber quien es ese "V".

- ¿Valentin?.

- ¿Veron?.

- Vio..

- ¿Vio?

Ambas brujitas se miraron sorprendidas, hablando al unisono.

- ¿Violette?.

- Naaaaaaaa, es imposible.- Comento Marina.

- Pffffff, eso nunca pasara.

El primer pasoWhere stories live. Discover now