"Extra: Un vistazo al pasado - 2 - Los celos de Chariot"

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Croix no era una de las alumnas mas sociables que habían, no solía ayudar a nadie mas que no fueran sus compañeras de cuarto o a Chariot, a la cual solía ayudar mas frecuentemente de lo que ella quisiera admitir.

Pero todo era distinto cuando la directora le pedía que por favor ayude a otra alumna a mejorar sus calificaciones. No podía negarse, ademas, le gustaba tener esos puntos extras de confianza por si necesitaba pedir algo en algún momento.

Retomando lo anterior, se podía definir a Croix como alguien poco sociable, una joven tímida y callada, pero muy aplicada en sus estudios, lo que la transformaba en una bruja prodigio, teniendo en su historial varios premios académicos.

En estos momentos se encontraba brindando una pequeña charla sobre magia de transformación a una brujita de primer año, Julie, ni siquiera hizo el esfuerzo de recordar su apellido, ya que no le interesaba.

La pequeña brujita la escuchaba atenta y preocupada, había descubierto que la bruja prodigio no solo era una genio cuando se trataba de magia, si no que también era algo gruñona, regañándola ya varias veces por tardarse en copiar.

- ¿Julie me estas escuchando?.- Pregunto molesta la pelimorada bajando el libro que tenia en sus manos y fijando la mirada en la pequeña.

- Si, si, si, Croix es, es, es solo que va-vas muy rápido. Me, me cuesta seguirte el ritmo.- Confeso apenada.

Croix suspiro, si, tenia toda la razón, parecía como si estuviera apurada, como si lo estuviera haciendo sin ganas, hablando sin siquiera darle tiempo a respirar.

- Lo siento. ¿En que parte te quedaste?.

- Me, me quede en "metamor...".

- ¡Croix! ¿¡Que estas haciendo!? ¡Dijiste que hoy saldríamos al pueblo!.- La joven brujita de pelo rojo las interrumpía gritando en plena biblioteca, haciendo que todos los presentes  se sobresalten y dejando levemente sonrojada a Croix.- ¿Y tu que haces aquí?.

- Cha-Chariot, Croix me, me esta ayudando con mis hechizos.

- ¿Y por que ella? ¿No puede ser otra bruja?.

- ¡Ya baja la voz Chariot! ¡Estas en la biblioteca! Intenta comportarte.- La corregía la pelimorada sumamente molesta.

- Pe... Pe... Pero.

- Nada de peros, ven aquí.- Croix la sostuvo del cuello de su camisa, arrastrándola hacia un sector de la biblioteca donde nunca había nadie.- Ya vuelvo Julie, debo hablar con ella un momento, tu termina de copiar el texto que marque en la pagina ochenta.

Chariot protestaba mientras era arrastrada contra su voluntad, Croix solo guardaba silencio, sumamente molesta por la actitud de su amiga.

- ¿Que te pasa? ¿Que fue esa escena?.- La pelimorada la arrojo a uno de los sillones.

- ¡Hey! Ten mas cuidado, eso fue brusco.- Se quejaba la brujita mientras se acomodaba su camisa.- Estaba buscándote. ¿Pensé que saldríamos? Te estuve esperando media hora afuera.

- No puedo, debo ayudar a Julie, la directora me lo pidió. No pude avisarte, lo siento.

- Mmmm... Bueno, no importa. Podemos salir mas tarde ¿Que te parece?.

Croix levanto una ceja ante la propuesta.- ¿Y por que tienes tanto interés en que salgamos?.

- Es, es, es... ¿A-Acaso esta mal que quiera salir con mi amiga?.

El comentario hizo que Croix ruede sus ojos, era increíble como esa simple palabra viniendo de la pelirroja la molestaba tanto.

- No, no esta mal, pero no puedo. No se a que hora termine con Julie, necesita bastante ayuda.

- Como quieras, si prefieres pasar el día con ella es tu problema.

Croix la observo, viendo como se parada del sillón molesta, inflando sus mejillas.

- Hey, hey... Espera.- Hablo rápido tomándola del brazo.- ¿Que te sucede? ¿Ahora por que te molestas?.

Chariot se soltó del agarre quitando su brazo, sin mirarla a la cara.

- A... A mi no me pasa nada... A ti te pasa algo.

- ¿Eh?.- El rostro de la bruja prodigio era uno de completo asombro, no entendía en absoluto que le pasaba a la brujita que tenia junto a ella.

- Hace días me evitas, no me hablas como antes y, y ahora estas aquí dándole clases a Julie para no salir conmigo.. ¿Hice algo que te molesto? ¿Ya no me quieres como tu amiga?.

Croix tenia un nudo en la garganta, le era algo difícil contestar las preguntas de su amiga en este momento y mas con toda la gente que había en ese lugar.

- No, no es eso Chariot, es, es complicado de hablar aquí. ¿Por no lo hablamos después?.

- Ja! ¿Lo ves? Me evitas. ¿Que es? ¿Es... Estas saliendo con Julie? ¿Te gusta? ¿Por ella estas tan extraña?.

- ¿¡Que!? ¿De donde sacas todo eso? ¡No estoy saliendo con nadie!.

- ¡Mientes! Ayer también dijiste que no tenias tiempo para salir y si tuviste tiempo para reunirte con esas chicas de segundo.

Croix frunció el ceño recordando no haberle dicho a la chica de ojitos rojos donde estaría ese día.

- ¿Me estas siguiendo Chariot?.

La brujita se puso nerviosa al ser descubierta, comenzando a sudar y mostrado un leve rubor en sus mejillas.

- Yo.. Yo..¡Yo no te seguí! Es... Es... Justo pasaba por ese salón y te vi.

Croix comenzó a acercarse con una sonrisa picara en su rostro, acorralando a Chariot contra uno de los libreros.

- Así que pasabas, justo, justo por ese salón, el cual se encuentra en una de las alas más alejadas de tu dormitorio... Interesante... Sera que acaso... ¿Estas algo celosa Chariot?.

Con una mano, Croix sujeto de la cintura a Chariot y con la otra la tomo de la barbilla, dejándola a la altura de sus labios, mirándola fijamente.

- ¿Es eso Chariot? ¿Sientes celos de mi?.

- ¡Yo... Yo no estoy celosa! ¿¡Quien se pondría celosa de una egocéntrica y malhumorada como tu!? ¡Y.. Y deja de jugar conmigo idiota!.- Chariot la empujo haciendo que esta se aleje varios pasos para no caer.

- ¡Tu eres la única idiota que no se da cuenta que me gustas!.- Grito molesta Croix, tapándose al darse cuenta de lo que había dicho.

Chariot estaba molesta, pero sin entender el porque, solo lo sentía, estaba enojada. Volvió a empujar a Croix, asegurándose de que esta vez si cayera al suelo.

- ¡Eres una idiota Croix!.- Murmuro molesta mientras se alejaba de esta, llevando una mano a su cara.

Croix solo al observo irse, mientras juntaba fuerzas para levantarse y por sobre todo, para evitar soltar alguna de sus lagrimas que querían escaparse.



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