"Después de la tormenta"

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Nunca había sentido tan cómoda su cama, negándose a abrir los ojos, un pequeño haz de luz roso sus parpados cerrados haciéndola voltear el rostro "¿Ya amaneció? Pensó mientras intentaba volver a encontrar la posición ideal para seguir su sueño.

Las piernas y brazos le pesaban, como si hubiera dormido mas de la cuenta "¿Debería despertarme ya?" pensó nuevamente.

El dulce tarareo de una voz familiar la despabilo, abrió lentamente sus ojos, como negándose a hacerlo, y pudo verla, de espaldas, acomodando el escritorio, su escritorio, con varios libros en sus manos, pero algo extraño llamo su atención "¿Se corto el pelo?" pensó al instante al ver a su querida japonesa con los cabellos a la altura de sus hombros, no puede ser "de seguro sigo dormida, si estoy soñando" concluyo intentando dar con la respuesta a sus dudas.

- ¿Akko? - La llamo dulcemente.

La castaña volteo dejando los libros que tenia en sus manos, sonriendo, con los ojos llenos de brillo.

- Buenos días - y corrió a su encuentro abrazándola, como si no la hubiera visto hace meses, un abrazo que era mas de lo que intentaba ser.

- Akko ¿Estas llorando? No llores, ¿Por que estas llorando? ¿Tu pelo Akko que le paso? ¿Lloras por tu pelo? - La rubia era una maremoto de dudas frente a su compañera que cada vez la abrazaba mas fuerte.

- Estoy bien, pensé que no podría abrazarte nunca mas - dijo secándose las lagrimas y sonriendo - Y mi cabello, bueno, cuando Camile te lanzo el hechizo quemo mi pelo, tuve que cortarlo un poco ¿Se ve muy mal?. - termino dudosa.

Diana: Para nada, se ve hermoso, tu estas hermosa - aseguro apenada - ¿Que paso con la academia?.

Akko: Estamos en la academia, esta es tu habitación - Diana la observo con sorpresa al no reconocer su lugar - Solo que la directora decidió darle un nuevo aspecto mientras la reparábamos.

Diana: ¿Ya la repararon? ¿Cuanto tiempo dormí?.

Akko: Mmmm como tres días.

Diana: ¿¡Que!? Tres días, no puede ser, tengo que levantarme, debo tener muchas cosas que hacer y...

Akko la detuvo con ambas manos, volviendo a recostarla - No, debes descansar, la enfermera dijo que debías estar en cama al menos dos días mas, perdiste mucha sangre y el hechizo que use - miro apenada sus manos - T-Te dejara débil unos días.

Diana: ¿Akko como me salvaste?.

Akko estaba preocupada, temía la reacción de su novia, pero respirando profundo y tomando su mano comenzó a contarle - Use el hechizo que encontré en el libro que te mostré en tu casa - Diana solo observaba en silencio - Te compartí parte de mi vida para traerte otra vez, se que no esta bien, se que tal vez no quieras pasar el resto de tu vida unida a mi y lo entenderé, solo no quería perderte Diana.

Diana: ¿Soy tu mitad? - Akko solo asintió y volteo su vista al piso - No pensaba compartir mi vida con nadie mas que tu Akko.

Akko sintió alivio ante las palabras de su amada y no pudo contener mas sus lagrimas.

Diana:  Akko no llores, no quiero que estés mal.

Akko: No estoy mal, estoy feliz, muy feliz.

Diana: Tendrás que soportarme el resto de tu vida, yo lo pensaría mejor - comento entre risas la rubia.

Akko: Supongo que me acostumbrare.

Diana: Akko, ¿Me darías un beso? - susurro la joven haciendo que la japonesa se vuelva roja por completo.

Akko solo asintió, no hacia falta decir nada y en esa habitación, a solas, sin testigos, unieron sus labios.
El beso comienzo suave, con delicadeza, con pequeñas mordidas en el labio inferior de la castaña, sus manos estaban tomadas casi inseparables, Diana se aparto un instante para acomodar su flequillo, volviendo a atacar la boca de su novia, lentamente comenzó a buscar una grieta, una pequeño lugar donde poder introducir su deseosa lengua, la castaña lo entendió rápido y abrió sus labios impacientes del contacto, se podía oír el sonido de sus bocas, húmedas, con la respiración agitada, ambas sonrojadas.
Diana tomo la tomo de la cintura, acercándola mas, no le era suficiente solo besarla, debía estar mas cerca, pegada a ella.
Akko solo se lo permitió, se sentó sobre sus piernas y volvió a besarla, pero ahora ella tenia el control, pasaba su lengua húmeda por los labios de la rubia, provocandola, jugando con su deseo, Diana levanto sus manos intentando tomar los pechos de la menor, pero atrapando sus manos y con una cara picara se lo impidió - todavía no - le susurro al oído, haciendo que Diana se estremeciera mientras mordía su oreja.
A-Akko po-por favor - le suplico Diana pero la castaña quería jugar un poco mas, recorrió el cuello de su novia con su boca, mordiéndolo en ciertas partes, Diana sentía que su cabeza explotaba, no podía resistirlo mas.
La castaña se alejo nuevamente y sin dejar de mirar a su compañera, desabotono lentamente su camisa ante la atenta casi embobada mirada de Diana, dejo al descubierto su sostén, blanco como una nube, "como puede ser tan sensual de un momento a otro" se pregunto la rubia, sin contener las ganas de destapar por completo el pecho de la japonesa.
Paso una mano detrás de Akko y casi como si esa tarea fuera algo natural, instintivo, desabrocho la blanca prenda que cubría a la castaña, ella por su parte la miraba ansiosa, con una sonrisa excitada, casi incitándola a mas.

- "Akko te llama la directora" - Hablo desde el otro lado de la puerta Hannah - "Te esta esperando junto con Finnelan".

- Gracias Hannah, ya voy - Contesto sonriente la castaña - Parece que tendremos que terminar después - susurro al oído de la joven Cavendish que mordió su labio inferior.

Diana: Es-Esto no se hace Akko - Le reprocho agitada.

Akko: Tu empezaste - Le contesto, besándola dulcemente - Te amo, te veré mas tarde, trata de no levantarte.

Diana: Te esperare.

La japonesa sonrió para su novia, se acomodo su ropa y salio de la habitación.

El primer pasoWhere stories live. Discover now