Yo no soy tu fan! - Camila Cabello y tú

Capítulo 2.11

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Quizás a muchos les parecerá extraño mi decisión de regresar a mi país y puede que no sea lo correcto dejar todo así porque sí, pero créanme que es lo mejor para mí.

Escuchar todos los días palabras hirientes de la persona que amas, que cree que eres una mierda y la engañaste, verla con su nuevo "bebe" y las caricias que se dan apropósito en mi cara no es fácil de asimilar y menos algo bonito de ver.

Claro que voy a extrañar a las chicas, ella se volvieron prácticamente mi segunda familia, a los chicos con los que trabajo y sus bromas fuera de lugar, sin contar que por primera vez estaría lejos de mi hermana. Y bueno, fue muy difícil disuadirla de la idea de regresarse conmigo, pero ella ya formó su vida aquí, tiene un novio que la adora, con todo y sus locuras y su personalidad extravagante. Al igual que Diego y solcito, que son una de las parejas más tiernas que alguna vez podrás conocer.

Además no podíamos exagerar la despedida; es decir, no era como si nunca más las volvería ver, definitivamente jamás se podrían deshacer de mí, y cuando duela un poco menos el recuerdo y desamor de Camila podría venir a visitarlas.

Podría empezar a contar esta mañana de trabajo, pero bueno sería lo mismo de ayer y anteayer... ya saben, lo normal... insultos, indirectas, pero bueno...

Era hora de refrigerio, pero últimamente mucho apetito no tenía, lo cual era raro porque a veces era como un barril sin fondo cuando se trataba de comida, pero bueno, aproveche el tiempo de almuerzo para fumar un cigarrillo. Salí por la puerta trasera, nadie usaba esa salida, así que podía estar un rato en paz, me senté en una de las gradas y saque el último cigarrillo que me quedaba en esa cajetilla. Y no era raro, últimamente una cajetilla no me duraba más de dos días y no sólo por mi adicción que había desarrollado, sino también por el repudio de Hailee por el tabaco. Cada oportunidad que tenía me quitaba los cigarros para luego darme una charla de concientización que siendo realistas, poco o nada me importaba y por lógica, seguía fumando.

Y creo que acabo de invocarla, porque hablando de la reina de Roma, la chica de la linda sonrisa se asoma. Esperen... eso fue raro.

- Haiz antes de que empieces a regañarme es el último que me queda y encima acabo de encenderlo así que por favor no lo rompas porque me enojare y mucho. – Dije haciendo el papel de niña chiquita.

- __________ quiero hablar contigo de algo importante así que te agradecería si tú misma lo apagas y evitas convertirme en una fumadora pasiva. – Donde quedo la chica dulce y tierna? Y estoy segura que no he hecho nada malo como para que este enojada conmigo.

Di una última calada a mi cigarro mientras me ponía de pie, para luego tirarlo al suelo y pisarlo – Listo Hailee, ahora puedes decirme porque estás de mal humor?

- Demi me dijo que regresas a (tu país), es cierto? Por qué te vas? Cuando pensabas contármelo? – De repente vi como sus ojos se llenaban de lágrimas. Mierda que se hace en estos casos, acaso me veía como una amiga tan importante como para llorar porque me voy?

- Haiz, linda no llores. Apenas ayer lo decidí y se lo conté a las chicas – Dije mientras pasaba mis pulgares debajo de sus ojos para poder secar las lágrimas que empezaban a escapar.

- Pero por qué tienes que irte? No quiero que te vayas – Dios que chica tan dulce... porque me duele tanto verla triste?

- Es complicado Haiz, sabes de todo el problema con Camila, las indirectas, las palabras hirientes, su nueva relación... y no es sólo eso, es que no sé cómo enfrentarlo. Trato de estar mejor lo juro pero es difícil, mierda... Habrás notado que últimamente sólo me dedico a embriagarme y fumar. Es más, tú misma me has dicho que eso no es sano para mí. Además eso no significa que nuestra amistad se termine, siempre vas a ser muy importante para mí y voy a estar eternamente agradecida por todo tu apoyo y el que estos días has estado a mi lado a pesar que a veces me comporto como una idiota. Por eso tienes que saber que siempre que necesites una amiga estaré a tu lado, y cuando regrese a mi país prometo llamarte seguido y escribirte siempre. Haiz, nuestra amistad no termina aquí, puedo ser como tu hermana mayor si eso quieres.