XLVII: All Of Me (parte I)

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Después de haber discutido con Florencia en la clínica, no volví a verla. Andrés me decía que ella llegaba a verme a diario pero yo no la dejaba entrar. Tampoco contestaba los mensajes que me enviaba cada mañana. No era que había dejado de pensarla, ni de extrañarla. Eso no había ocurrido ni un solo segundo pero necesitaba concentrarme en mí y en mi recuperación. Mi amigo había intentado convencerme para que le diera una nueva oportunidad pero aún no estaba preparada. Era consciente de que nos debíamos una charla pero para eso ya habría tiempo. Antes debía poner mi cabeza y mi cuerpo en funcionamiento.

El tratamiento venía de maravilla. Con paciencia habíamos logrado que la comida permaneciera en mi estómago por más de media hora. Al principio fue difícil, no puedo negarlo, las náuseas y los dolores de cabeza me dejaban en cama. Pero con pude salir de aquello. Los avances eran mínimos pero todo marchaba bien. La rehabilitación física también estaba dando sus frutos. Mis músculos comenzaban a regenerarse y a fortalecerse. Después de la primera semana ya no necesitaba de la silla de ruedas y al finalizar la segunda había logrado comer y levantarme sin ayuda.

Para mi suerte, luego de tres semanas el médico decidió que era buen momento para ir a casa. Iba a necesitar muchos cuidados pero sobre todo una dieta supervisada por una especialista. Me recomendaron además, tomar terapia y clases de arte para que mi mente se despejara y estuviera ocupada en algo placentero. Y así lo hice.

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No ver a Jazmín me estaba matando, pero lo merecía. Tardé en entender lo egoísta que había sido al decidir por ella. No había sido la decisión correcta pero sólo pude darme cuenta de eso cuando mis decisiones casi le costaron la vida. Si bien me había pedido que me fuera y que no volviera, no pude hacerlo. Prometí no volver a dejarla sola y estaba dispuesta a cumplir. Todos los días le enviaba mensajes y me acercaba a la clínica para saber sobre su salud. Nunca respondió y tampoco quiso recibirme así que, simplemente esperaba a que durmiera para poder entrar un minuto y verla. Cada uno de sus progresos lo celebraba en soledad. Estaba feliz de la mujer fuerte en la que se estaba convirtiendo aunque no me enorgullecía de la manera en que la había obligado a hacerlo.

Afortunadamente, Andy y yo nos hicimos buenos amigos. Él me ha tenido al tanto de todo. Más de una vez quiso improvisar un encuentro "casual" entre ambas pero yo no se lo permití. Ella me había pedido distancia y aunque me moría por tenerla conmigo otra vez, estaba dispuesta a darle su espacio. De cierto modo, algo dentro de mí me decía que iba a volver a verla cuando las dos estuviéramos preparadas. Mientras tanto, ocupaba mi cabeza en trabajar en el Hotel junto a mis hermanas. Era lo mejor que podía hacer...

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Hace dos semanas, pude reincorporarme a mis actividades sociales. Costó mucho volver a levantar vuelo pero todo ha valido la pena. Aunque hubiese querido poder evitar todo ese horrible momento, no puedo negar que me ha ayudado a crecer. Me convirtió en alguien más fuerte, menos vulnerable... aprendí a valorarme por sobre el resto y eso me ha servido de mucho...

Se acerca la fecha en que debo presentarme como candidata en el Certamen Miss Mundo en representación de mi país y aún no he presentado mi nuevo proyecto de Responsabilidad Social. Esto me tiene bastante nerviosa porque no he definido la temática. Hace años la campaña viene centrada en concientizar a la sociedad sobre la trata de personas brindando herramientas de prevención, pero quiero algo distinto. Algo original. Algo que de verdad sienta que puede cambiar. No digo que las propuestas anteriores no sirvan pero quedan en eso... simples propuestas. Yo quiero que el término Responsabilidad Social, de verdad sirva. Quiero poder ser útil. Quiero cambiar al mundo aunque eso signifique caer en el típico cliché de Paz Mundial en el que se nos ha encasillado durante tanto tiempo.

Tengo en mente una idea pero antes debo pensarlo con tranquilidad. Lo he charlado mucho con Andrés y él obviamente está encantado pero yo no estoy tan segura porque para poder llevarlo a cabo voy a tener que verla y no sé si voy a estar preparada. No sé si puedo pararme frente a Flor sin quebrarme...

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Más de cinco semanas pasaron ya desde el día que Jazmín me echó de la clínica. No puedo parar de pensar en ella. Cada día que pasa la extraño más. A veces creo que se ha olvidado de mí. Andy me jura que ella aún me ama y que incluso en sus sueños me nombra, pero he comenzado a dudar si aquello es verdad. Posiblemente, nuestro amigo sigue con la esperanza de volver a juntarnos y por eso se ha encargado de mantener en mí, la llama del amor.

Hace poco más de dos semanas salió de la clínica y no he podido volver a verla. Realmente la extraño, la extraño mucho. Algunos días, en un momento de arrebato simplemente camino hasta su casa decidida a buscarla pero ni siquiera puedo acercarme a su puerta. Parada en la vereda de enfrente me concentro en esperar a verla pero nunca sale, o por lo menos no hemos coincidido. A veces siento que el corazón comienza a fallarme sin su presencia y luego recuerdo lo bien que está ahora y eso me tranquiliza. Andrés me ha comentado que toma clases de arte. Al parecer es muy buena. Ha descubierto no sólo un pasatiempo sino también un talento que desconocía y que estaba oculto. También toma terapia y comenzó una rutina de ejercicios que comenzó como rehabilitación y terminó siendo un estilo de vida. Todo parece marchar bien para ella. Aunque por momentos eso suele dolerme por el simple hecho de que es feliz sin mí, acabo reconociendo su felicidad y eso me agrada.

Mis hermanas me recomendaron salir a conocer gente nueva, a distraerme un poco, pero no he querido. Siento que falto a mi promesa de no dejarla, de esperarla. No entienden que aún la siga amando a pesar de todo lo que ha pasado. Por suerte, mi nuevo proyecto me tiene bastante ocupada como para sentarme a ver la vida pasar delante de mis ojos. Al principio me costó encarar esto pero Lucía, de quien me había vuelto inseparable, logró convencerme y ya me encuentro embarcada en esta aventura. Ayudada por el dinero que me había dejado mi papá más las ganancias que estaba obteniendo del Hotel, mi sueño estaba encaminado y yo me sentía casi completa

Gusto De Vos |COMPLETA|Where stories live. Discover now