Capítulo 39: Lacasitos con gafas de sol.

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-Desde el segundo semestre del año pasado. Vamos, prácticamente un año. 10 meses, más o menos-se encogió de hombros-. ¿Sorprendido?

-Eres una Payne-espeté a modo de respuesta. Se echó a reír.

-Quería mis propios ahorros, ¿sabes? Me siento mejor sin tener que depender de papá y mamá. Evidentemente, sin todo lo que me ayudan yo ni siquiera estaría aquí, estudiando, pero... me hace sentirme fuerte e independiente el venir aquí y deslomarme. Perder tiempo de estudio-hizo una mueca-. Ya llegarás a la universidad. Entonces, hasta que te traten mal unos clientes será mejor que sentarte toda la tarde a mirar unos apuntes. El año que viene, ¿no?

Me pellizcó la mejilla, como diciendo "ay, mi bebé se me ha hecho mayor".

-¿Ya sabes qué vas a hacer?

-Políticas.

Alzó las cejas e hizo sobresalir su labio inferior. Se le cayó un mechón de pelo en la cara, y se lo sopló para apartárselo.

-Interesante decisión. ¿A qué se debe?

Volví a soltar la primera gilipollez que se me pasaba por la cabeza, tal y como llevaba haciendo 17 años. Perder las costumbres es más complicado de lo que parece.

-Un estudio dice que las chicas más guapas son las de Políticas. Y la ratio es de 30 chicas por cada chico.

Eleanor dio un sorbo, pensativa, contemplando la calle. La miré de reojo. Vale, Scott, ahora que tienes novia, procura dejar de ser un gilipollas integral. Gracias.

Layla se echó a reír; Eleanor simplemente sonrió.

-¿Qué vas a hacer la semana que viene, cuando el estudio llegue a mi facultad?

-Cagarme en toda mi puta vida por haberme metido por el bachiller de sociales y no el de ciencias para poder hacer medicina.

-Os colaré a ti y a Tommy en nuestras fiestas, no os preocupéis. ¿Ya sabe qué va a hacer él?

-Layla-musitó Eleanor-, es Tommy. Ya se está agobiando por los planes del viernes. Evidentemente, no tiene ni idea.

-¿Y tú?

-Puede tocarme la lotería. O mamá puede hacer una buena inversión. O me puedo casar con un jugador de baloncesto.

Dijo "jugador de baloncesto", no "futbolista", porque le encantaba putearme incluso cuando no me merecía que me tomara el pelo.

-Sé lo del programa.

Eleanor se quedó a cuadros.

-Me lo dijo tu madre.

Murmuró algo en español; Tommy me había enseñado suficiente como para saber qué significaba.

-Voy a matarla.

-Me parece muy noble por tu parte, si quieres mi opinión-se echó un trapo mágico, en el que yo no había reparado hasta entones, al hombro-. Tener un atajo delante y aun así querer emprender el camino largo no lo hace cualquiera.

-A veces me pregunto si estaré metiendo la pata.

-¿Qué es lo peor que pueden hacerte?

-Layla-llamó el camarero que nos había atendido, haciendo un gesto con la cabeza en dirección a la terraza. Layla asintió

-¿Mandarte a casa? ¿Decirte que no eres lo suficientemente buena? Pfff-hizo un gesto con la mano-. Ya sabemos que no somos lo suficientemente buenos. Gracias a Dios, no somos ellos. Además, ya sabes qué le pasó a Hugh Jackman.

Chasing the stars [#1]Where stories live. Discover now