Capítulo 4: Favores.

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Eri se había vestido no con sus mejores galas para la ocasión, pero tampoco estaba demasiado informal. Fiel a su estilo de seguir los dictados de su corazón, escuchó a sus instintos y se puso una blusa que, según su marido, le sentaba como un guante. Ella se limitó a sonreír y besarlo rápidamente.

Una cosa era una visita de Zayn, con quien estaba a gusto, y otra muy distinta; la visita de su recién estrenada esposa, la madre de Scott, que había resultado ser una vecina de Bradford del segundo mayor de la banda. Sherezade era la típica mujer de piel tostada y ojos verde aceituna, que hacían darse la vuelta a los hombres, y Eri... bueno, no era ninguna belleza, no tenía nada que la hiciera destacar sobre los demás. Louis había encontrado algo en ella que ella aún no había conseguido ver, pero, mientras su esposo siguiera viendo ese algo, todo estaría en orden.

Simplemente no quería que Sherezade la ganara en su propia casa. Eran algo parecido a amigas, ya que habían estado mucho tiempo juntas (sus hijos eran mejores amigos), pero tampoco llegaban a ser tan cercanas como lo habían sido las madres de los integrantes del grupo al que sus maridos pertenecían porque, simplemente, no habían necesitado apoyarse la una en la otra ante la ausencia de sus hijos.

Sherezade y Eri tenían una relación de amistad cortés, no demasiado distante, pero no lo bastante cercana como para que las dos mujeres pensaran en irse de compras la una con la otra por iniciativa propia.

Eri suspiró, se llevó las manos a los pantalones vaqueros y se las frotó repetidamente, intentando calmar sus nervios. Hacía bastante que no veía a Zayn, desde que había empezado el curso, de lo que ya habían pasado varios meses, y la confundía hasta qué punto era capaz de echar de menos y recriminarse no ir a verlo cuando lo tenía a escasos minutos en coche, viviendo en la misma ciudad. Se había acostumbrado a la añoranza en esos temas, ya que Niall y Liam vivían muy lejos, y Harry ya era un caso aparte, separándose de los demás colocando un océano entre ellos.

-¿Te puedes creer que estoy nerviosa?

Louis levantó la cabeza del periódico y se encogió de hombros. Él no se había preparado en absoluto; seguía con la camiseta que se había puesto cuando llegó a casa, la chaqueta vieja, y los pantalones de chándal. Al fin y al cabo, ¿para qué prepararse? Sólo era Zayn. Había estado con él mucho tiempo.

Y no necesitaba causarle buena impresión a su mujer, ya que a) era su mujer y b) él era Louis Tomlinson, de One Direction. No necesitaba esforzarse demasiado con esos temas: todo el mundo tenía una opinión ya formada de él, y a él no le interesaba lo más mínimo tratar de cambiarla. Seguiría siendo él mismo.

Esa era una de las cosas que atraían a su mujer hacia él.

-Tan sólo es Zayn-susurró pensativo cuando la escuchó corretear por la cocina, asegurándose de que había preparado suficiente café-. ¿Vamos a decirles lo que nos ha contado Harry?

-La cría de Harry y Noemí es el menor de mis problemas ahora mismo-replicó Erika con la boca seca, comiéndose la cabeza al meditar si sus invitados querrían pastas con el café. Se mordió el labio-. ¿Querrán té?

Louis puso los ojos en blanco y negó con la cabeza. Cerró el periódico, lo dejó encima de la mesa, y se acercó a su mujer. Sus alianzas tintinearon al chocar, pero Eri estaba demasiado ocupada volviéndose loca por detalles insignificantes como para enternecerse por el hecho de que llevaban anillos idénticos, y el significado de estos.

-¿Quieres relajarte? Ya han venido muchas veces, y nunca te has puesto así.

-¿Acaso no te das cuenta de la presión a la que nos acaba de someter Harry? ¿Por qué nos ha elegido a nosotros en vez de a Liam, Niall, o Zayn? ¿Por qué tú, Louis, de entre todos ellos? Si Liam siempre fue el más disciplinado, y Niall el más alegre, y Zayn...-frunció el ceño un momento-. Bueno, a Zayn ya le buscaré un rol que encaje con tener hijos en la banda.

Chasing the stars [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora