Capítulo 60: -Pronto estaremos juntos sin ese estúpido.

2.1K 108 2
                                    



—Te ves hermosa cuando te ejercitas —ignore el comentario y seguí mi camino sin contestar nada pero él me bloqueaba el paso— ¿por qué huyes?

—Soy casada y no quiero problemas —apretó los puños lo cual me asustó más.

—Lo sé, no lo repitas por favor —intente seguir caminando pero no me dejaba— te invito un helado.

—No puedo ahora, si me permites...

—No te comeré Madison —este hombre me hablaba como si nos conociéramos de hace años. El tipo era alto, moreno con trabajados músculos y a decir verdad muy guapo pero me provocaba escalofríos de tan solo verlo.

—Por favor déjame en paz.

—Lo siento, no quería asustarte pero tú me fuerzas a hacerlo —me tenía acorralada, no había gente y estaba por completo asustada.

—¿Donde te has metido?, te he buscado por todos lados —hablo María José. Di un suspiro de alivio y de inmediato me puse a su lado.

—Vine a comprar un agua pero la vendedora no esta.

—Vámonos que ya se hizo tarde —camine y aquel hombre susurro algo que pude escuchar.

Bonita interrupción María José —murmuro molesto, cuando nos alejábamos llamamos de inmediato a las chicas y corrimos al coche.

—Gracias, gracias —repetía sin parar— me has salvado.

—Lo sé, pero ¿quién era ese tipo Mad?

—No lo sé, ayer lo vi en la tienda de vestidos, en los probadores, me da pavor el solo verlo.

—¿Eso era lo que te tenía pensativa ayer? —pregunto Sofía y solo asentí.

—Además, sabe tu nombre Majo y yo jamás lo dije.

—No sean paranoicas son solo casualidades.

—No sé, pero lo que si se es que no quiero volver a verlo.

—Pero seguiremos viniendo ¿no?

—Sí, pero que les parece si cambiamos los horarios, de esa forma no lo volverás a ver Madison —propuso Majo.

—Eso me dejaría más tranquila.

Llegamos a casa y aún me encontraba algo intranquila, no entendía la razón. Sandie estuvo contenta por nuestro entusiasmo al hacer ejercicio y nos ánimo a seguir a pesar de lo cansadas que estábamos. Jack me llamo y duramos varias horas charlando de cualquier tontería para cada 5 minutos decirle que lo extrañaba enormemente. Después Gaby y Emily hablaron con él y el pequeño Edward dio algunos quejidos y le pase el teléfono no se qué cosa le decía Jack que le provocaba unas lindas risitas hasta que llego el tiempo de despedirnos.

Al siguiente día volvimos al gimnasio aún más temprano que el día anterior por lo del asunto de aquel hombre.

—No tengo fuerzas para levantarme —dijo María José en un hilo de voz.

—Me duele todo —se quejó Bárbara.

—Ni que lo digas —nos encontrábamos descansando en uno de los sillones del gimnasio, todas estábamos riendo excepto María José que tenía la mirada fija en el área de pesas.

—Majo, ¿A que galán le estas echando el ojo?

—Nada de eso, ese es el tipo que molesto ayer a Madison, esto ya no es casualidad ese hombre nos está siguiendo ¿quieren que probemos?

—Mejor vámonos a casa tengo miedo —admito.

—Más vale estar seguras Madison.

—Ya terminamos las rutinas, vamos a tomar algo y así nos damos cuenta si nos sigue o no.

Casada con un extraño ; m.b // Jadison On viuen les histories. Descobreix ara