Capítulo 15: ¿celos?

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—Hola.

—¿No te alegra verme?

—Claro que sí, Sofi, pero ¿tenías que gritar así?

—Hay si lo dices por la dona, que comelona —dijo riendo.

—Okay, basta, que gusto de verte amiga —dije dándole un enorme abrazo.

—Prometiste llamarme y no lo hiciste, entiendo que estés recién casada pero una llamada no te quitaría mucho tiempo.

—Han sucedido tantas cosas —suspire— pero aprovechemos para ponernos al corriente.

—Haber cuéntame, quiero saber todo de tu noche de bodas —Sofía era mi mejor amiga tenía que serle completamente sincera, le conté cada cosa que pasó desde el primer día que conocí a Jack. Ella solo abría los ojos muy asombrada— Dios mío, ¿estás hablando en serio? —mencionó al terminar de contarle lo sucedido.

—Todo es verdad.

—O sea, que, ¿ahora eres madre?

—Así es.

—¡Madison! —me llamo mi esposo yo estaba de espaldas a la puerta de la cafetería así que solo escuche su voz, Sofía se asustó al verlo, según ella era un hombre que inspiraba miedo, y así era pero yo lo amaba así que no podía ni tenía porqué temerle— ¿puedo sentarme?  

—Cla...claro... —se puso muy nerviosa, Jack lo notó e hizo una mueca de simpatía.

—Anda respira, no muerdo —dijo burlesco, Sofía solo sonrió y sus nervios disminuyeron un poco.

—Me das miedo —mi amiga era muy sincera y no se callaba nada.

—¿Así?, y se puede saber ¿por qué? —decía divertido.

—¿No es obvio?, tal vez no seas tan malo pero si me das miedo.

—Me agradas, no te preocupes —mencionó bromeando. Al cabo de unos minutos los dos estaban hablando de arte. Sofía era una pintora excelente y conocía bastante del tema, Jack parecía conocer de todo, me alegro profundamente que se llevara bien con mi mejor amiga.

—Tal vez no sea el mejor momento pero quisiera invitarlos a una subasta de recaudación de fondos, mis cuadros serán subastados, claro también los de otros artistas y me encantaría que asistieran.

—Me parece buena idea.

—Vaya pareces más amigo tu de Sofía que yo, no me han dejado hablar desde que llegaste.

—Ay, no exageres solo estoy conociendo al esposo de mi amiga. Entonces ¿cuento con su presencia? —preguntó refiriéndose a Jack, ¿que acaso yo no existía?, lo admito sentí celos pero solo poquitos nada grave.

—Si Madison está de acuerdo, cuenta con nuestra presencia —¡vaya! por fin me toman en cuenta.

—Entonces ahí nos vemos —me despedí de mi amiga con un beso en la mejilla y ella lo hizo de igual modo con Jack, después se fue.

—Es muy simpática tu amiga —¿soy yo o, a Jack le gusto Sofía', no, Madison, contrólate, eso no puede ser. ¿¡Qué me pasa!?, ¿siento celos de mi mejor amiga?.

—Sí, lo es —dije fingiendo serenidad, no se porque razón Jack conocía cada una de mis reacciones, de hecho me conocía más de lo que pensé.

—No tienes ningún motivo para estar celosa —¿leía mis pensamientos acaso?

—No entiendo de qué me hablas —dije tratando de fingir que no era verdad, no soy tonta a pesar del miedo que Sofía le tenía a Jack yo conozco a mi amiga y se que le pareció muy atractivo pero ¿a quien no?. Jamás había sentido celos de nadie y lo digo en serio y para nada me gusta sentirlos, debo de calmarme un poco pero es que el pensar a mi esposo con otra me vuelve loca. Quién lo diría, al momento de conocerlo las circunstancias me hicieron odiarlo o al menos eso trate y ahora tengo un profundo miedo de que él se sienta atraído por otra mujer, que loco es el amor.

—Solo trate de ser amable con ella y me pareció muy simpática es todo.

—No tienes porqué justificar nada, me alegra que te simpatice Sofía. ¿Ya está lista Gaby para la transfusión?

—Sí, espero que esta vez le ayude por mucho más tiempo.

—¿Se lo han hecho antes?

—Sí, cuatro veces o más, la verdad ya no lo recuerdo, desde que nació ha estado con problemas de salud.

—¿Y su madre jamás se hizo cargo de ella?

—¡NO!, y por su culpa Gaby está así —respondió con ira— si ella hubiera esperado solo una hora más antes de haberse ido le habría podido evitar todos estos problemas a Gaby. Sabía que en sus manos estaba la vida de MI hija, la llamé, le supliqué, cosa que jamás en la vida he hecho por nadie. Y esa mujer ni siquiera movió un músculo por evitarle el dolor a su hija —Gilinsky le guardaba un profundo rencor, eso era más que obvio— ¿sabes que tenía un amante?

—No entiendo como una madre puede abandonar a su familia por un hombre, sé que no debo preguntar pero dime ¿la amabas?

—Sí, pero eso es cosa del pasado ahora tú estás aquí conmigo y sé que eres diferente, que en realidad me amas y que nunca me traicionarías.

Al verlo bajar la guardia me sentí realmente conmovía porque desde que supe lo de su ex jamás había demostrado sus sentimientos hacia ella tan abiertamente al hacerlo conmigo quería decir que confiaba en mí. Me levanté del asiento y me coloque sobre sus piernas. El tener tan cerca sus labios era algo muy tentador, no resistí y le di un beso cálido haciéndole saber el gran amor que le tenía y que yo estaría para siempre con él. Estábamos tan perdidos el uno con el otro que no nos dimos cuenta que un joven nos observaba, hizo un ruido para llamar nuestra atención y así lo consiguió. Me dio algo de vergüenza, al parecer llevaba un tiempo considerable observándonos. El joven era alto, cabello claro, ojos verdes y con una mirada cautivadora, era muy atractivo. No pude evitar verlo con algo de sorpresa, que digo sorpresa casi se me cae la baba al verlo, ¡por dios!, tengo 17 años que ¿esperaban?. Me quedé observando sus facciones pero me percate como Jack me pilló, susurro en tono molesto en mi oído— Cierra la boca y deja de babear —me quite de encima de sus piernas para que él pudiera levantarse y atender a aquel joven.

—¿Es usted Jack Gilinsky?

—Sí, ¿en qué puedo ayudarle? —respondía cortante.

—Usted pidió una escolta para su esposa y yo soy el encargado.

—¿Usted es el jefe de seguridad que he pedido?

—Sí, mi nombre es Diego Smith, mucho gusto —dijo extendiendo la mano pero Jack groseramente no contestó al saludo.

—Ve con tu padre —me ordenó, obedecí pues estaba muy enojado, le dieron celos del joven, se siente bien cuando una persona te cela, así te hace saber que le interesas, no es la mejor manera pero ¿a quien no le gusta que le demuestren de vez en cuando algo así?.

No fui con mi padre si no con Gaby, la pequeña estaba dormida, una enfermera me dijo que era por el medicamento, me senté a su lado y me puse a leer algunos mensajes que tenía en mi celular. De pronto Jack entró a la habitación, tenía el ceño fruncido, me dio un poco de miedo creo que esto de los celos ya no me agrado.

—¿Qué te ha dicho? —pregunte simplemente para hacer algo de plática.

—¿Tanto te interesa que no puedes esperar para saber si será tu guardaespaldas? —dijo levantando la voz.

—Jack, por favor, no grites que puedes despertar a Gaby —me miro molesto, me tomo bruscamente del brazo y salimos de la habitación, caminamos algunos metros y entramos en una habitación que estaba vacía, cerró con seguro.

—¿Te gustó verdad?, no me lo niegues.

—Jack Gilinsky, celoso de un agente de seguridad, ¿donde quedo tu ego?. Y dices que yo soy la celosa —dije divertida.

—No te burles de mí, amor —dijo acercándose a mí, instintivamente yo daba pequeños pasos hacia atrás, cuando ya no me quedó más espacio tope en la pared, él sonrió muy provocativamente. Entonces sentí sus labios besarme descontroladamente, le correspondí con la misma intensidad. Bajo su mano hasta mi pantorrilla y la levantó a la altura de su cadera.

—Jack, aquí no —dije separandome de sus labios.

—¿Por qué debemos parar? 

Casada con un extraño ; m.b // Jadison Where stories live. Discover now