Capítulo 29: Carlos

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—¿Qué pasa amor? —le pregunté.

—Nada, solo... no pasa nada —dijo sin retirar la sonrisa de su rostro, algo me decía que en cuando llegáramos a casa me daría cuenta. Jack aparco el coche en la entrada de la mansión, me ayudo a bajar del auto y entramos a la casa, nadie había llegado aún, subimos al cuarto de Gaby a verificar que estuviera bien y después entramos en nuestra recamara. Jack la cerro con seguro.

—Al fin solos cheri —dijo aflojando la corbata.

—Oh, ya comprendo esa sonrisa que tenías.

—Tú tienes la culpa por ponerte ese vestido tan provocativo, no tengo idea de cómo logré controlarme en esa cena.

—¿En serio me deseas? —dije provocándolo con voz sensual.

—¿Todavía lo dudas? —se acercaba cada vez más hacia mí hasta que la distancia entre nosotros se hizo nula, nuestras bocas se debatían a un duelo, me perdí por completo cuando él deslizó su mano por debajo de mi vestido, me tiro con delicadeza en la cama y nos perdimos entre besos y caricias, bajo las sábanas. El hacer el amor con Jack era algo mágico.

Al despertar, Jack me tenía enredada con su brazo y mi cabeza estaba recargada sobre su pecho, sonreía al recordar la noche anterior y bese sus labios suavemente.

—Buenos días amor.

—Buenos días cheri —dijo con voz perezosa— que noche, ¿verdad?

—Wow que noche amor —dije riendo— ¿no tienes que ir a la oficina?

—Mmm, sí, pero por algo soy el dueño ¿no?. Puedo quedarme en la cama con mi esposa si me da la gana y eso es lo que haré.

—Sabes, me tienes demasiado acostumbrada a ti.

—¿Eso es malo?, porque a mí me encanta.

—No me quejo, me encanta que estés a mi lado solo fue un comentario.

—Oh, ya veo —me tomo desprevenida y me coloco sobre él, solo reí y comenzamos a juguetear un rato, me encontraba vestida solamente con la camisa de Jack y él estaba solo en bóxers. Me tomo por la nuca y me dio un apasionado beso haciéndome sentirlo en todo mi cuerpo, nuestra respiración estaba agitada, podía sentir su miembro palpitar contra mi vientre, quise hacerlo sufrir un poco y despegue mi boca de la suya, me acerque a él fingiendo querer besarlo pero de inmediato me retiraba, el reía y con sus manos intentaba evitar que me retirara pero tome sus fuertes brazos, sabía que no podría contra él pero el solo hacia un mínimo de esfuerzo por liberarse así que no me costó tanto trabajo, cuando por fin lo bese al retirarme mordí sensualmente su labio inferior, cuando comenzó a desabrochar los botones de la camisa, el sonido de la puerta lo detuvo.

—¿Cuñada estas despierta? —preguntó María José del otro lado de la puerta.

—Qué inoportuna...  —solo reí.

—Sí, ¿qué pasa?

—Dijiste que iríamos a ver a tu maestro de baile así que ahora cumples —mmm, ahora entiendo el plan de Jack, quería que me olvidara de eso pero le salió muy mal.

—Tienes razón, me doy un baño rápido y enseguida bajo.

—¡Gracias María José ya había logrado que se le olvidará! —dijo molesto y solo se escucho su risa del otro lado de la puerta.

—No tardes —me di un baño y me cambié lo más rápido que pude. Jack estaba serio.

—Oh vamos Jack, es solo una clase de baile.

—Si la maestra fuera mujer no habría problema pero ese tipo seguro no tardará en coquetearte.

—Lo conozco desde hace años, no me hará nada malo.

—Ayer me dejaste claro que te sientes atraída por él.

—Yo jamás dije eso, solo te lo describí.

—Por esa razón lo digo y me niego a que vayas a verlo.

—Tengo que ir por lo de mi beca, si quiero que alguien más pueda aprovecharla necesito firmar algunos papeles.

—Jamás me dijiste nada de una beca.

—Ayer te lo dije —se sentó en el borde de la cama.

—Dime, ¿tanto arruine tu vida? —dijo con la mirada en el suelo.

—No, mi amor, me siento jodidamente feliz a tu lado, no cambiaría eso por nada, sé que al principio decía que arruinaste de mi vida pero eso fue antes de conocerte mejor, ahora todo cambió —dije tratando de animarlo pero si estaba siendo sincera, al conocerlo mi vida dio un giro de 360 grados, todos los planes que tenía para mi futuro eran completamente distintos a lo que es ahora pero no cambiaría lo que tengo ahora. Amo a Jack.

—No mientas, tengo muy claro que destroce tus ilusiones —no me permitió decir nada más, se encerró en el baño, no tenía ganas de discutir así que salí de la habitación sin decir nada más. En realidad era importante que viera a Carlos, alguien más merecía la oportunidad de tener esa beca. Baje sin muchos ánimos y busqué a María José, quien me esperaba impaciente en la sala.

—Has tardado mucho...

—Lo siento es que...

—¿Un ataque de celos? —asentí— yo también discutí con Edward pero qué más da, necesito hacer algo de ejercicio. Anda, vamos a divertirnos, que valga la pena la pelea —logró sacarme una ligera sonrisa, tenía poco de conocerla pero parecía conocerla de toda la vida, era mayor que yo, le calculo algunos 25 años pero parecía una chica de mi edad. Me dio las llaves de su coche, la mire confundida.

—No piensas que manejare con esta barriga ¿verdad?. Además no tengo ni idea de a donde iremos, no conozco la ciudad.

—Tienes razón —subimos al coche, fuimos platicando durante el camino.

—Pero... como se atreven —dijo molesta.

—¿Perdón? —pregunte confundida.

—Ve el retrovisor —miré y vi el auto de Jack detrás de nosotras, no era el que siempre usaba, de hecho solo lo había visto una vez por esa razón lo reconocí.

—Pero qué capullo —musite molesta— ¿qué hago?

—Seguir como si nada pasara, no se han dado cuenta que sabemos que nos siguen. Dime, ¿tú maestro es guapo?

—Uff demasiado.

—Entonces, ya sé cómo vengarme.

—Si te vas por el lado de los celos, no creo que funcione.

—¿Por qué lo dices?

—Espera a que lleguemos y lo verás —después de algunos minutos, llegamos a nuestro destino, un pequeño teatro en el centro de la ciudad. Entramos por la parte trasera y nuestros esposos aparcaron a dos cuadras del lugar *para que no nos percatáramos de su presencia*. Dentro del lugar se encontraba Carlos, mi maestro, tenía meses sin verlo así que en cuanto lo vi corrí a abrazarlo y él me correspondió.

—Madison, ¿en donde te habías metido?, un día me dices que te vas a casar y después te vas.

—Larga historia que luego te contare, mira ella es mi cuñada María José.

—Encantado querida.

—Lo mismo digo.

—Y... ¿para qué me has llamado?

—Por lo de tu beca cariño, no puedo creer que luchaste tanto por ella y cuando al fin la consigues la dejas ir.

—Fue algo que tuve que hacer, pero anda dime, ¿quién será la persona que la tomara?

—Todavía no lo sé, el comité no ha decidido, pero tienes que firmar para que quede comprobado que tú has rechazado esa beca cariño —dijo pasando su brazo por mis hombros.

Casada con un extraño ; m.b // Jadison Donde viven las historias. Descúbrelo ahora