Capítulo 35: la verdad

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—Los mejores regalos se dan en secreto —dije a punto de llorar, eso era lo que me decía mi padre, no es necesario que una persona se entere que has sacrificado algo por ella, al no decirle demuestras cuanto la amas y eso era lo que había hecho.

En eso sonó la puerta, salvandome de seguir con esa platica que la verdad no iba a ningún lado, no cambiaría de opinión. Pregunté quién era y nadie respondía pero aún así abrí un poco, quise cerrar de inmediato cuando vi quien era.

—Vete —dije esforzándome por cerrar la puerta, él había puesto el pie para que yo no pudiera cerrarla.

—No es tu casa así que no puedes correrme —dijo Nate.

—Si puedo.

—Déjame entrar —empujo bruscamente la puerta provocando que me golpeará con la pared, aush, eso sí me dolió. Cuando me vio sobándome la nuca por el dolor, se acercó a mí—

lo siento no era mi intención pero no me dejabas entrar —escuche bien... ¿Nate se está disculpando?

—Amiga ¿quien e...?. AAAAH —gritó desde la cocina y Nate corrió haber que pasaba y yo fui detrás de él.

—¿Qué pasa? —preguntó Nate entrando a la cocina.

—Oww —dijo tocando su mano— nada que te incumba.

—Te quemaste —musitó acercándose a ella.

—Ay, no, ¿en serio? —dijo con sarcasmo— ¿qué haces aquí?, si vienes a molestar mejor vete.

—¡Podemos hablar en la sala?

—Esta bien, pero rápido que no tenemos tiempo —Nate no me quitaba la mirada de encima. Rayos, ¿se habrá dado cuenta de mi barriga?, fuimos hasta la sala y tomamos asiento.

—Madison sé que no me comporte de la mejor manera y quiero... pedirte que me perdones —¿WHAT?— Te juzgue mal.

—¿Qué planeas ahora Nate?, porque te advierto que no estoy de humor para aguantarte.

—No vine a molestar sino porque la amo también.

—Ahora me voy porque estorbo.

—Hey, ¿a donde crees que vas?

—A mi cuarto —dije dudosa.

—¿Cuánto te falta para dar a luz?

—¿De qué hablas? —¿así o más tonta?, era obvio mi embarazo.

—Por favor no soy tonto, no te ofendas pero tu barriga te delata —Sofía soltó una risa— ¿ya sabes que es?

—No.

—No hemos tenido el dinero para ir al ginecólogo —dijo Sofía bajando la cabeza.

—No te pongas así, a mí es la que me da pena, tú vivías bien antes de que llegara a vivir contigo y aparte ni siquiera trabajo.

—¿Por qué no me lo dijiste Sofía?, habría podido ayudarlas, ese niño es mi sobrino. Madison, ¿no tenías la herencia de tu padre?

—La estúpida de Savannah la hizo cederle su herencia.

—Es una...

—Hey cuida esa boca que hay una beba presente —él rió— ¿qué piensas hacer?

—Decirle la verdad a mi hermano.

—NOOO —grite rápidamente.

—Debo decirle, no tienes idea de lo triste que está, él no es el único, toda la familia te extraña. Gaby no deja de llorarte.

Casada con un extraño ; m.b // Jadison Where stories live. Discover now