Capítulo 37: es una niña.

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Jack POV.


—Entró en coma pero logramos salvar a la niña.

—Es niña... lo sabíamos —dijo Sofía con una sonrisa.

—¿Tiene esperanzas? —le preguntó al doctor.

—No le mentiré, puede despertar en una hora o hasta en unos minutos pero también está la posibilidad de que despierte en meses o... en años.

—¿Puedo verla?

—Sí, le llevaremos a la niña después de terminar de examinarla.

Busqué la habitación en donde tenían a mi esposa, tome fuerzas antes de entrar, no creía poder soportar verla en ese estado. Al entrar mi corazón se detuvo al verla conectada a tantos aparatos, estaba pálida, sus labios estaban algo morados. Si me hubiera dado cuenta de todo pude haber evitado esto. Había decidido perdonar a Savannah por el bien de Gaby pero ella la rechazaba, no se sentía cómoda con su presencia y no dejaba de llorar por Madison, quien sí había sido una verdadera madre para ella. Savannah tenía que pagar por todo, siento la necesidad de matarla con mis propias manos, de verla sufrir pero esa no era la forma. Recurriría a la policía al fin y al cabo podía conseguir las pruebas para mantenerla encerrada al menos por 10 años.

Sofía entró con mi pequeña recién nacida en brazos, estaba enredada en una frazada. Nate venía detrás de ella. Extendí mis brazos para cargar a mi hija, Sofía de muy mala gana me la paso. La entiendo. Cuando la tuve en mis brazos de inmediato sentí esa hermosa conexión, igual a la que sentí al ver por primera vez a Gaby. No puedo describir la felicidad que siento al ser padre por segunda vez. Tiene unos hermosos ojos castaños. La nostalgia me invadió al recordar que tal vez no volvería a ver los brillosos ojos de mi esposa, no pude evitar soltar algunas lágrimas.

—Madison es fuerte, yo sé que despertará —dijo Sofía. De pronto comenzó a sonar un celular, lo sacó de su bolso..

—Es el celular de Madison... ¿diga? —contestó poniéndolo en altavoz.

¿hablo con Madison? —se escuchó una voz masculina. Me tensé.

—Ams... sí, ¿quién habla?

Lamento llamarte pero eres a la única persona que puedo recurrir, sé que es malo cobrar los favores de esta manera pero estoy desesperado...

—Si me dijera quien es, veré en qué puedo ayudarlo.

Mi nombre es Ruben, soy el hombre que la llevó a casa aquella noche de tormenta... no sé si se acuerda de mí.

—Oh, ya lo recuerdo, dígame ¿en qué puedo ayudarlo?

Me da mucha pena pero he visto su foto en los periódicos y me di cuenta que usted es esposa del señor Gilinsky, verá lo que le pido es solo un préstamo —Sofía suspiró.

—Señor mi nombre es Sofía, soy amiga de Madison, ella se encuentra hospitalizada.

—¿Ya dio a luz?

—Sí, a una hermosa niña.

Oh, ya comprendo señorita, lamento la molestia de verdad discúlpeme.

—Señor no he dicho que no lo ayudare, al fin y al cabo que de algo sirva el esposo de Madison —la mire sorprendido.

Le firmaré lo que haga falta, si no estuviéramos desesperados jamás me atrevería a llamarla. El banco está a punto de echarnos de nuestra casa, nos hemos retrasado con algunos meses de la hipoteca y ahora el banco quiere dejarnos en la calle...

Casada con un extraño ; m.b // Jadison Where stories live. Discover now