Capítulo 48: ¿quieres el divorcio?

3K 123 9
                                    


Dos semanas después...

Jack POV.

Madison había estado distante de mí, ni siquiera dormíamos en la misma cama. No sabía de qué forma pedirle perdón, cada vez que trataba de acercarme ella, huía y hasta podía jurar que temblaba. Las chicas estaban todo el tiempo con ella. No quería admitirlo pero me di cuenta que en realidad Bárbara había cambiado, conocí a su nuevo esposo por casualidad y ahora es mi socio y un buen amigo.

Llame a mis tres socios; Johnson, Nate y Alberto.

—¿Qué pasa hermano?, ¿ya tienes un plan? —preguntó en burla Nate.

—Claro, por eso los llame, quiero que mantengan ocupadas a sus esposas, nos las quiero cerca de Madison el día de hoy.

—Okay, veré que hago con Bárbara.

—Esta bien hermano —dijo Johnson.

—Ten cuidado solamente Jack —finalizó Nate.

—Lo tendré —los tres se retiraron y 15 minutos después vi entrar a cada uno con su mujer a su respectiva oficina, pude ver como Madison se dirigía hasta la cafetería de la empresa, la seguí sin que se diera cuenta. Pidió una malteada y se sentó a esperarla, hasta suerte me toco, la cafetería estaba vacía, solamente estaba el chico que la atendía, que por cierto trato de coquetear con mi esposa, lo llame desde el lugar en donde estaba con señas, no podía arriesgarme a que ella me viera. El chico se acercó hasta mí.

—¿En qué puedo ayudarle?

—Largo —dije con autoridad.

—¿Me está despidiendo? —preguntó desconcertado.

—No, solo tomate la tarde libre y mantente alejado de mi esposa —musite molesto, el chico puso cara de espanto y se metió en la cocina sin decir nada más. Me acerque a Madison por detrás, sin hacer ruido coloque un trapo humedecido en su nariz que contenía una sustancia que podía dormirla, intentó defenderse pero no se lo permití, no tardó mucho en dormirse, la cargue y por un elevador privado la lleve al estacionamiento para que nadie nos viera. Conduje hasta el departamento de Nate y de nuevo la tome entre mis brazos, entramos en el departamento, se veía tan linda e indefensa, no pude evitar sentirme un imbécil por lo que le hice.

La lleve hasta la habitación y la deposite con sumo cuidado en la cama, la recamara estaba adornada por rosas por doquier, después de dejarla ahí, fui hasta la cocina por un poco de agua y cuando regrese me encontré con Madison ya despierta, se le veía asustada, se tocaba la cabeza como si le doliera.

—¿En dónde estoy? —preguntó con miedo.

—Tranquila mi amor, estás conmigo —dije tratando de tranquilizarla, quise acercarme a ella pero no me lo permitió, se arrastró hasta el otro extremo de la cama. Dios mío me temía— no te lastimare.

—No te me acerques Jack —la invadió el pánico, me acerque nuevamente hasta ella, se levantó de la cama e intentó irse pero yo la detuve tomándola con delicadeza del brazo— ¿por qué hiciste esto?

—Era la única forma de que me escucharas —intentó hablar pero no la deje— sé que me porte de la peor forma, estaba demasiado presionado, tenía miedo de que te lastimaran y...

—él único que me lastimo fuiste tú —en su mirada podía ver el dolor y en sus palabras podía sentir el miedo que me tenía.

—Lo sé y lo siento mucho mi amor, ¿qué debo hacer para que me perdones?

—Jamás pensé que me lastimarías de esa forma —su voz era entrecortada— no pienso perdonarte si volverás a actuar de esa forma.

—No volverá a pasar mi cielo —tome su rostro entre mis manos y susurre sobre sus labios— déjame demostrarte que no se volverá a repetir. Sé que no tiene perdón de Dios lo que te hice, que soy un poco hombre al ver hecho tal vulgaridad, realmente no estaba en todos mis sentidos. Jamás fue mi intención hacerte daño, no espero que puedas perdonarme porque no me lo merezco pero si estoy aquí, si te traje hasta aquí, es simplemente para pedirte una disculpa sincera y que me des otra oportunidad. Te prometo que nunca en mi vida me permitiré volver a hacerte este daño. Te amo no te imaginas cuanto, me deje llevar por la rabia o tal vez por palabras de un viejo amigo, no sé en qué estaba pensando pero asumo mi error. Realmente no quiero perderte mi vida, tú y nuestras hijas son mi todo, sin ustedes no soy nada. Por eso organicé todo esto con la ayuda de mis bro, esto no lo haría por cualquiera, de verdad estoy arrepentido. Sé que son solo palabras pero dame la oportunidad de ir demostrándolo día a día. Mi hermosa esposa, ¿me darías otra oportunidad? —a estas alturas ya estaba de rodillas ante ella llorando como nunca había llorado por otra mujer. No sé que me hizo Madison pero nunca alguien me había hecho sentir igual, siento que sin ella me vuelvo vulnerable e inservible. Ella me complementa.

—Jack, no llores... lo que me hiciste me lastimo muchisimo. Fue como si para lo único que me quisieras fuera para complacerte sexualmente, como si yo fuera tu objeto que puedes utilizar a tu antojo. Yo no soy un juguete, tengo sentimientos. Esa noche me sentí una prostituta, que después de follarte le das la espalda cuando dejaste de usarla. Así me sentí, eso dolió. Te amo como nunca ame a alguien más pero con eso solo hiciste que este sentimiento se fuera a la mierda. Me das miedo Jack, no sé de que eres capaz, no sé siquiera si te conozco.

—Mi amor para mi nunca serías un objeto sexual, ni siquiera una prostituta, por favor quítate esa idea de la cabeza, sé que soy el culpable de eso, ojalá pudiera retroceder el tiempo y jamás haberte hecho eso. Lo siento tanto mi vida —mi voz se quebró por un sollozo, suspire— no mereces lo que te hice, no merezco a alguien como tú pero eres lo que más amo en esta vida no puedo dejarte ir, sin ti soy como un envase vacío.

—Si de verdad me amarás no me habrías hecho eso. Cuando amas alguien no lo lastimas de esa manera.

—Si te amo Madison, no tiene explicación lo que hice, soy una basura, lo sé pero no puedo volver atrás y cambiar las cosas. No sabes cuanto me arrepiento de eso, estoy destrozado y asqueado conmigo mismo. Como fui capaz de hacerte eso, mierda, estoy desesperado!. No quiero perderte.

—Creo en tu arrepentimiento pero te demoraste mucho tiempo para darte cuenta de ello, han pasado dos semanas ¿no?, ¿por qué ahora?. No sé si quiero seguir contigo.

—Madison por favor —no pude controlar mis emociones y volví a romper en llanto— te amo con mi vida... sé que demore en pedirte una disculpa pero he querido hacerlo desde esa noche aunque no lo creas, te lo juro pero soy un maldito cobarde —sequé mis lágrimas, me paré y tomé sus manos entre las mías— estoy arrepentido, te lo digo desde el fondo de mi corazón. Con la ayuda de los chicos organice todo esto, para demostrarte mi arrepentimiento por eso he demorado tanto. Lo siento mi amor, enserio que lo siento —bese sus labios con gran deseo, saboreando su dulce sabor pero al hacerlo sentí como su cuerpo se tenso, me separe un poco de sus labios— por favor —ella se relajo un poco, la tome delicadamente de la cintura y ella dio un grito de dolor— lo siento hermosa —dije escondiendo la mirada— no fue mi intención.

—Te amo, no quiero verte así, aunque me sigue doliendo lo que me hiciste, intento pero no puedo sacar esos recuerdos de mi cabeza. No sé quién eras esa noche pero marcaste un antes y un después. Me provoca rechazo verte, no quisiera sentir eso pero es inevitable.

—¿Quieres el divorcio? —le pregunté sintiendo una gran presión en el pecho. No quiero perderla.



N/a:

como saben esta historia no es mía, solo le estoy editando las faltas de ortografía y alguna que otra cosa, pero reconozco que este capítulo en especifico lo edite casi por completo. La razón es porque esta reconciliación otra vez se basaba en sexo, lo que hizo Jack fue algo feo ¿y qué se solucione con sexo? me pareció algo demasiado machista y peor de todo que quien escribio esto es una mujer, no la juzgo porque esta novela es del 2012, demás la escritora no tenía más de 16 años o algo. Así que lo modifique y puse a Jack modo romántico, arrepentido y destrozado hombre pero no se preocupen Madison pensará bien las cosas. No digo que este mal perdonar o dar otra oportunidad pero no quería que fuera así, con solo sexo sino con algo más de palabrerías. 

Casada con un extraño ; m.b // Jadison Where stories live. Discover now