Capítulo 20: viaje

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—¿¡Pero que mierda le estas diciendo a mi esposa Nate!?, ¡te dije que la dejaras en paz!

—No digo más que la verdad, ¡abre los ojos!

—Yo sé que ella me quiere como yo la quiero, déjala, ¿no ves como esta!, en dado caso si lo que dices fuera cierto el que sufriría sería yo, así que déjala en paz —yo estaba sentada en el suelo con mis manos en los oídos, ¿y si todo era verdad y Jack tenía una amante?. Lo deje solo un mes, por estar perdida en mis pensamientos descuide mi matrimonio y hasta mi persona. No, no, no. Tenía que confiar en mi esposo, él me había estado apoyando cuando más lo necesite, Chaz solo quería separarnos y no se lo iba a permitir. Jack se acercó y me abrazo.

—No te quiero volver a ver cerca de ella, a menos que le pidas una disculpa —Nate solo salió furioso azotando la puerta tras él— mi amor discúlpalo, no se que te haya dicho pero no lo escuches, solo quiere dañarte, es mi hermano pero si es necesario le pediré que no vuelva a esta casa.

—No me perdonaría si por mi culpa te distanciarás de tu familia por mi culpa.

—Gaby y tú, son lo más importante para mí, no voy a permitir que te lastimen sea quien sea pagará si te llegan a lastimar.

—Sé que este mes no he sido la mejor compañía, sé que te aburriste de verme llorar, perdóname, de verdad trate de estar mejor pero no podía.

—Lo sé Madison, y no me aburrí de verte llorar, necesitabas desahogarte, me dolía verte así pero te entiendo.

—Nate me dijo que era una tonta al creer que tú me serías fiel —escondí mi cara en su pecho y no podía dejar de llorar.

—¿Y le creíste? —tomo mi mentón con la yema de sus dedos y me obligo a mirarlo a los ojos— quiero la verdad.

—No, yo sé que tú me quieres —la verdad que por un instante creí lo que me dijo Nate pero no, Jack me quería, lo había demostrado de mil maneras, no era justo que yo dudara de él— confío en ti mi amor.

—Quiero ver una sonrisa món petit —le obedecí y sonreí, él me hacía sentirme tan bien— ¿estás lista? —yo solo asentí con la cabeza, todavía estaba con algunos sollozos.

—Tengo todo listo pero, ¿con quién se quedará Gaby?

—Con mi madre, Edward y Nate, ya que pasarán una temporada aquí. No creo que dejemos a Gaby dormir con "nuestras platicas" —mencionó en doble sentido y yo solté una risita.

—Sí, es verdad. Y perdóname por favor por descuidar todo —repetí nuevamente— Gaby necesitaba de mí y no estuve para ayudarla como te prometí.

—Olvidémonos de todo. ¿Te parece si nos vamos de una vez al aeropuerto?

—Esta bien —nos levantamos del suelo, me puse algo de maquillaje para ocultar lo hinchado de mis ojos y nos dirigimos a la puerta. Jack me rodeo con su brazo la cintura y con el otro sostenía el equipaje, al bajar los escalones nos topamos con toda la familia.

—¿Están listos?

—Sí, mamá.

—Espero que vengan con la noticia de un hermanito para Gaby —dijo Edward riendo y yo me puse roja como un tomate.

—Tendré un hermanito ¡que bien!

—Tal vez hija, tal vez —dijo Sandie.

—Eso sería ya condenarte demasiado hermano —mencionó Nate solo con el afán de molestar.

—Nate cállate —dijo Edward reprendiendolo. Jack se contuvo y solo le dio una mirada de enojo— vayan ya que se les hace tarde.

—Gracias por cuidar de Gaby... te voy a extrañar linda.

—Yo también mami, pero sé que esto es para que ya no llores —vaya todos estaban de acuerdo para levantarme el ánimo. Por fin nos despedimos de toda la familia, subimos al coche y condujo hasta el aeropuerto. En el camino no pude aguantar preguntarle a Jack por que el odio de Nate hacia mí.

—Jack, ¿por qué Nate me odia tanto?, ¿a caso le hice algo sin darme cuenta?

—No te culpes de nada mi amor, él es así.

—Pero es que, lo que él me ha dicho no es solo porque sí, pienso que tiene que haber un porqué.

—¿Te ha dicho otra cosa a parte de lo que me contaste?

—A lo único que fue a la recamara es a insultarme —no era una buena idea decirle a Jack lo que me había dicho su hermano, conociéndolo se regresaría a darle su merecido— pero tienes razón, no hay que darle importancia.

Llegamos al aeropuerto y Jack dejó como la vez anterior el coche aparcado en el estacionamiento, tomamos el equipaje y nos dispusimos a abordar el avión. Éramos pocas personas en la clase VIP y la azafata se la pasaba coqueteándole a MI ESPOSO en mi cara, era una descarada pero Jack solo reía divertido al ver como luchaba por controlar mis celos pero es que esa tipa era una...

—Tranquila món petit, no me interesa en lo más mínimo.

—Oh, que alivio —dije sarcástica— ¿crees que no me doy cuenta como babeas por su escote "ligera y accidentalmente abierto"? —él soltó una carcajada que se escuchó por todo el avión— no le veo la gracia.

—Me encantan tus celos.

—Pues a mí no, pero mínimo va a ser la última y única vez que la vea.


Después de las 10 horas de vuelo más incómodas y molestas de mi vida por esa tonta azafata, llegamos a París. Al bajar del avión de inmediato se me olvido todo el enojo, tristeza y cualquier sentimiento malo. París es una ciudad hermosa y eso que solo era la parte del aeropuerto. Fuimos por nuestro equipaje y tomamos un taxi rumbo al hotel.

—¿Iremos a uno de tus hoteles?

—Sí, iremos a uno de nuestros hoteles, lo que tengo es tuyo —fueron aproximadamente media hora de camino, el aeropuerto quedaba bastante alejado del centro de la ciudad. En todo el camino Jack iba susurrándome cosas "indecentes" en el oído provocando que yo me sonrojara en todo momento. El chofer nos observaba por el retrovisor y solo reía.

—Shh, que el chofer puede escucharnos —dije en un susurro.

—No creo, además ya casi llegamos, me muero de ganas por besarte, tocarte y... —lo interrumpí.

—Ya casi llegamos —repetí y él solo rió.

—Eres algo mala ¿sabes? —llegamos al hotel y el guardia de seguridad nos ayudó con el equipaje muy amablemente. Jack pago el taxi y entramos al hotel, no hubo necesidad de registro, Jack es el dueño y ya todos lo conocen. Al parecer siempre le tienen una habitación lista, subimos por el elevador hasta el último piso. Jack me abrazo por detrás, comenzó besarme el cuello sin importarle que alguien nos pudiera ver, yo solo reia y me dejaba llevar, cuando el ascensor llegó a nuestro piso Jack tomó las maletas y me guió hasta nuestra habitación. Abrí la puerta y entramos, la habitación era hermosa, amplia, con varias recamaras y una pequeña sala. Parecía una casa, o mejor dicho un pequeño departamento.

Casada con un extraño ; m.b // Jadison Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora