Capítulo 11: disparo

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Maratón 2/4.

—Mami ¿estás vivas? —decía la pequeña abriendo mis ojos con sus manitas.

—Gaby pero ¿qué haces levantada?, se supone que debes estar en la camilla —mencioné levantándome rápidamente.

—Papá dijo que podía caminar un poco, siempre y cuando no te despertará, pero es que ni siquiera te movías mami y me asustaste —dijo haciendo un puchero.

—Está bien, no te preocupes ¿a dónde fue tu papi?

—Dijo que iba a hablar con el doctor. Mami tengo hambre.

—¿No te han traído el desayuno? —Gaby solo negó con la cabeza. Tenía solo unas horas de saber de su existencia y ya sentía un profundo cariño hacia ella. Me levanté y me dirigí al baño a lavarme la cara y arreglarme un poco. Cuando salí Jack estaba parado con Gaby en brazos.

—Le dije que no te despertará —Gaby solo escondió la cara en el pecho de su padre.

—No fue su culpa, yo me desperté —el ver a Jack con Gaby en brazos me causó muchísima ternura.

—Mami, ¿verdad que no dejarás que me piquen?

—Hija ya hablamos de eso, es por tu bien.

—No quiero, no quiero —decía la pequeña llorando y agitando su cabeza, le extendí mis brazos para cargarla.

—A ver, peque, quedamos en que si querías salir pronto de aquí tenías que hacer todo lo que los doctores digan ¿verdad?

—Es que me duele mucho mami.

—Será solo un pequeño piquetito, lo prometo y si te portas bien prometo llevarte al parque cuando salgas de aquí.

—No lloraré si me dejan comer unos hot cakes.

—Claro que sí, hija —deje a Gaby nuevamente en su cama y me acerque a Jack.

—Buenos días —dije dándole un fugaz beso en los labios— No sentí cuando te levantaste.

—Estabas muy cansada y no quise molestarte. Y perdón por lo de Gaby pero jamás puede estarse quieta.

—Me encantó que me despertara —dije riendo— ¿qué le harán esta vez?

—Una transfusión de sangre, pero no han conseguido donadores —mencionó preocupado.

—Mmm... ¿y qué tipo de sangre es?

—0 positivo.

—Ese es mi tipo de sangre, yo puedo donarle sangre.

—Madison, ¿de verdad harías eso?

—Mi amor claro que sí —la verdad le tenía un profundo miedo a las agujas pero solo sería un pequeño piquete, al menos eso espero. Mi celular comenzó a sonar insistentemente, la primera vez desvie la llamada sin ver quien era pero fue tanta la insistencia que tuve que contestar.

—Sí, diga.

—Señorita Madison su padre está camino al hospital le dieron un disparo —mis piernas comenzaron a fallar y sentí que perdía fuerza.

—¿Qué estás diciendo, Raquel?

—Su padre fue herido de un disparo y está camino al hospital.

—Aquí lo estaré esperando pero, ¿qué es lo que sucedió?

—No se lo puedo decir por teléfono señorita, la veré en el hospital —y colgó. Ya no pude más y sentí como mi cuerpo se desvanecía si no fuera porque Jack estaba cerca hubiera caído al suelo. Minutos más tarde desperté en una camilla con Jack a mi lado.


—Mi padre ¿cómo está? —dije alterada al momento de despertar.

—¿Tú padre?, tranquila Madison, te desmayaste tal vez fue una pesadilla.

—No Jack mi padre fue herido de un disparo, quiero verlo por favor dime que esta bien —dije desesperada. Mi padre era lo único que tenía en este mundo, ahora tenía un esposo y una hija pero si mi padre me llegara a faltar no sé qué haría.

—Le dije que aumentará la seguridad —mencionó molesto.

—Por favor, déjame ver a mi padre, me siento bien.

—Preguntaré en qué habitación lo tienen —salió unos minutos de la habitación y después entró nuevamente— Está en quirófano, no pueden decirme si esta estable o no hasta que termine la operación.

—¿Esto tiene que ver con esos papeles de los que hablaron mi padre y tú? —él solo agacho la cabeza— Quiero saber la verdad, ¿por qué mi padre estuvo dispuesto a cambiarme por esos papeles?

—No me corresponde decírtelo.

—Cuando me dijo que debía casarme contigo, él me dijo que si no lo hacía podrían matarme —levantó la mirada rápidamente.

—Eso jamás lo permitiré, tendrían que matarme primero a mí. Y sé que tienes derecho a saber la verdad pero no me corresponde decirte, mi amor por favor espera.

—Si algo le pasa a mi padre no sé qué haré —dije aferrándome a sus brazos.

—Estará bien, cálmate —trate de controlarme pero me fue imposible, cada vez que pensaba que mi padre podía morir sentía un profundo miedo. Entonces Raquel entró en la habitación muy agitada.

—Señorita de verdad lamento lo que le pasó a su padre.

—Dime, ¿qué fue lo que pasó?

—Le contare como pasaron las cosas... estábamos en la oficina y varios hombres entraron amenazando a todos con sus armas, después se fueron directo a la oficina de su padre, se encerraron, quise llamar a la policía pero desconectaron los teléfonos y además uno de esos tipos nos amenazó. Escuche cómo discutían con su padre pidiéndole unos papeles con los que el señor Gilinsky contaba, dijeron que si ellos caían él también lo haría, después se escucharon unos disparos y los hombres salieron —pude ver como Raquel tenía el labio con una cortada.

—¿Te hicieron daño?

—Quise impedir que entraran pero no pude detenerlos lo siento —dijo con la mirada al suelo.

—No fue tu culpa. ¿Ya te curaron esa herida?

—No se preocupe, no es nada grave, pero hay algo más, robaron la agenda de su padre.

—Te están buscando, ¿Raquel se llevaron algo más?

—No señor

—Nos puedes dejar solos, por favor

—Con permiso —y se retiró.

—Dime que ocurre.

—Debemos irnos del país.

—Pero, ¿cómo?, ¿por qué?

—No puedo dejar que nada te ocurra.

—No pienso dejar a mi padre solo.

—No lo dejaras solo, después de que se recupere seguramente se tendrá que venir también con nosotros y además no te estoy preguntando si quieres venir ya está decidido —Jack me hablaba de un modo autoritario que no me parecía.

—Si no quiero irme, ¡no lo voy a hacer! —contesté furiosa— para conseguir que me vaya tendrás que amarrarme.

—Es que no entiendes lo peligroso que es todo esto, no estamos jugando Madison.

Casada con un extraño ; m.b // Jadison Where stories live. Discover now