Capítulo 42: todo estará bien

2.7K 133 7
                                    


—Tranquila no te haré daño —logró zafar un poco mi mano para poder hablar.

—No tengo porque escucharte Nate ahora suéltame.

—¿Cómo supiste que soy yo? —pregunte algo sorprendido y la solté.

—Tú perfume... —respondió molesta— ¿se puede saber que estás haciendo aquí?, ¿y cómo carajos entraste?

—Quiero hablar contigo.

—Eso no contesta mi pregunta.

—Escúchame por favor —dije ya desesperado.

—Tienes 5 minutos después llamó a la policía.

—Está bien... —suspire— admito que pasó algo entre Savannah y yo cuando ya te conocía pero fue mucho antes de que iniciamos nuestra relación.

—Ok. Se terminó tu tiempo —parecía que no le importaba pero estaba dolida eso era todo.

—Te amo Sofía y no me iré de aquí hasta que me perdones.

—¿Estás seguro?, porque en ese caso la policía sería buena opción.

—Si quieres llámala pero no me iré—dije cruzando los pies sobre una pequeña mesa.

—Te odio.

—Me amas... —ella se levantó— ¿a dónde vas?

—A mi recamara —la tome de la cintura y la jale hacia mí— suéltame o grito.

—Grita, aunque me encantaría que gritaras por otra cosa —ella se sonrojo y me dio una mirada de enfado.

—Hablo en serio —dijo tratando de zafarse de mí.

—Yo también... —este juego me estaba gustando, el tenerla así de cerca me tenía completamente excitado— te dejaré ir si me besas.

—Púdrete... —apenas terminó de decirlo me apodere de su boca, introduje mi lengua para que hiciera contacto con la suya, intentó separarse pero la pegue con más fuerza a mí. No podía controlarme, no quería hacerlo. Levante su camisa para quitarla de mi camino, ella ya tenía puesta la pijama— ni se te ocurra —dijo agitada por mi beso.

—Lo siento pero no puedo parar —era en serio mi instinto pudo más que mi razón, quite su camisa y la deje en sostén. Me dirigí nuevamente hasta su boca devorándola, pose mis manos sobre sus glúteos y la pegué aún más a mí, le hice sentir la gran necesidad que tenía por ella.

—Por favor no... —dijo en un susurro.

—Te amo y necesito sentirte mía —respondí al igual que ella con un giro me coloque sobre ella y me quite mi molesta camisa casi arrancando los botones, ella me veía con un brillo especial en su mirada incitándome a seguir pero su boca se negaba a mí.

—No quiero hacerlo, suéltame —dijo resistiéndose a mis caricias. Sabía que ella lo deseaba tanto como yo pero su orgullo era aún más fuerte que todo.

—Te forzare si es necesario... —dije sin pensarlo pero con voz suave, baje lentamente el diminuto short de su pijama dejándola en ropa interior, después quite las prendas que le quedaban hasta dejarla desnuda. Daba pequeñas protestas, pero eso me excitaba aún más. Me desnude por completo y ella cerró los ojos cosa que me causo ternura.

Recorrí con mis labios su cuerpo y me detuve en sus pechos comencé a besarlos y a pasar suavemente mi lengua por ellos. Sofía no dejaba de gemir y colocó sus manos en mi cabeza pegándome más a su cuerpo— Grita —ordene y ella se mordió los labios para no hacerlo, acaricie con mi pulgar cada uno de sus pechos provocando unos gritos de su parte, no pude aguantar más, necesitaba hacerla mía, abrí sus piernas colocándome entre ellas y la penetre con gran fuerza y ella clavó sus uñas en mi espalda por el dolor, sabía que debía ser cuidadoso, quise ir lento pero ella no me lo permitió.

—Más rápido... —dijo apretando los ojos.

—Te lastimare...

—Escuche que si lo haces rápido el dolor desaparece rápidamente —estaba desesperado necesitaba hacerla sentir que era bueno en esto así que la obedecí, me moví rápidamente en su interior la embestía con gran fuerza. Note que sus piernas no estaban tensas, ella se estaba relajando dando paso al placer. Puse mi boca a la altura de sus pechos besándolos con gran descaro, ella trataba de ahogar sus gemidos pero yo no se lo iba a permitir hice lo que pude para hacerla gritar de placer hasta que lo conseguí— ahhhh sigue no pares...

—¿Me amas? —dije casi sin aliento.

—Te amo estúpido ahhhh —entraba y salía de ella una y otra vez, mientras besaba su cuello, la penetre por última vez con todas mis fuerzas haciendo que ambos explotáramos en un gran orgasmo. Me di vuelta dejándola sobre mí aún sin salir de su interior. Ambos estábamos totalmente cansados, Sofía respiraba agitadamente.

—¿Por qué? —dijo sin mirarme a los ojos.

—¿Por qué de qué?

—¿Por qué vienes a mi casa después de lo que me hiciste y...? —se quedó callada.

—E hicimos el amor —continúe.

—Tú no me amas Nate —la obligue a mirarme a los ojos.

—Te amo con todas mis fuerzas, entiéndelo de una vez, además falta poco para nuestra boda... —me sonrió.

—No he dicho que te perdono, estas aprueba —dijo besando mis labios— ahora serías tan amable de dejar levantarme.

—¿Para qué?, mejor quedémonos así —musite mientras la pegaba a mi pecho.

—Por favor necesito ir a la cocina —la solté.

—Yo no me moveré... —se levantó como pudo pero al hacerlo soltó uno que otro gemido y tan solo con escucharla yo ya estaba listo para hacerla mía nuevamente— ¿qué te parece si ahora vamos a probar tu cama?

—No, quiero pintar, se colocó una pequeña bata sobre el cuerpo y trajo su material para comenzar a pintar.

—¿Así de repente te dan esos ataques por pintar?

—No son ataques, es inspiración —dijo sin despegar la mirada del lienzo.

—Se puede saber ¿qué es lo que pintas?

—A ti.

—¿¡Me estás pintando desnudo!? —pregunte exaltado.

—No bobo, solo tu rostro, es que a mi anterior cuadro le ocurrió algo...

—Lo hiciste añicos, logre verlo.

—Entonces no preguntes y quédate quieto —hice lo que ella me indico, me quede quieto o al menos eso trataba. El resto de la noche se nos pasó conversando. Sofía se puso muy triste al pensar en Madison— si a esa tipa se le ocurre hacerle daño te juro que la mató.

—Todo estará bien, Jack la encontrará...  

Casada con un extraño ; m.b // Jadison Where stories live. Discover now