Capítulo 15: María Antonieta.

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La mujer se volvió en redondo, con los brazos en jarras, y chistó. No pasó nada, de modo que tuvo que ponerse entre su marido, el amigo de éste, y la tele, para que las cosas surtieran efecto.

Los dos hombres levantaron la cabeza sin comprender muy bien qué pasaba y la miraron a la vez.

-¡Eh! ¿Qué...?-iba a empezar Zayn.

-Erika ha llamado. Quiere que vayas, Louis. Y que cumplas con tu misión.

Louis suspiró.

-¿No podía esperar ni quince minutos?

-Le dije que ya estabas de camino, así que más te vale darte prisa-lo señaló con un dedo de uña perfectamente pintada, y con un anillo de plata engarzado en él, a modo de pistola. Louis asintió con la cabeza, se levantó, y preguntó dónde estaba su hijo. Ya que no iba disfrutar del final del partido como Dios mandaba, por lo menos cumpliría su misión tal y como se la habían encomendado.

Sherezade señaló a la sala de juegos de los Malik, y no se movió cuando se encaminó hacia allí. Tampoco lo hizo cuando Zayn se levantó y fue a seguirlo.

-Louis.

-Tengo que llevármelo, Zayn-replicó el otro, alzando las manos con las palmas vueltas hacia él. La culpa de la situación no era suya, pero era el encargado de arreglarla. Zayn le dedicó una sonrisa por la que muchas chicas habrían muerto tiempo atrás... claro que Louis estaba curando de espanto, tanto por el tiempo que llevaba con Zayn como con el que llevaba con su familia. Se limitó a alzar las cejas.

-Sabes que no estás para muchas fiestas ahora mismo, y créeme si te digo que Tommy no se va a ir sin luchar.

-Dios, ese cabrón se parece demasiado a mí-asintió el otro, frotándose la cara y suspirando. A Zayn le pareció extremadamente cómico cómo pareció perder de repente veinte años, volver a ser aquel muchacho veinteañero que lo único que quería era disfrutar de la vida con las personas que le daban sentido.

-Recoge lo que hemos ensuciado mientras yo los convenzo para que vengan, ¿quieres?-le dio una palmada en la espalda, y sin añadir nada más, se encaminó en solitario a la habitación.

Mientras andaba, Zayn se esforzó en contar las situaciones en las que había tenido que caminar solo cuando los demás estaban involucrados también en el tema que se desarrollaba.

Aquella era la segunda.

La primera vez fue cuando se dirigió a un altar desde el que esperaría más tarde a una despampanante Sherezade, que le daría a la palabra "belleza" un nivel totalmente luego, inalcanzable para el resto de morales.

No se molestó en llamar a la puerta, simplemente la abrió para encontrarse a unos Scott y Tommy muertos de risa, que intentaban con todas sus fuerzas moverse al ritmo de la canción que estaba sonando en los altavoces de la sala, siguiendo los pasos que les marcaba un monigote de la televisión.

-Hijo de puta, hijo de puta, no me empujes, hijo de puta-reía su hijo mientras empujaba al otro, que no hacía más que protestar, llamándolo "cabrón" y cosas no tan agradables.

Zayn carraspeó, y los dos chicos se volvieron hacia él, sorprendidos de que alguien se atreviera a entrar en su templo en plena misa.

-Erika nos necesita, y no precisamente para que seamos sus bailarines de apoyo-Zayn negó con la cabeza.

-Mi madre tiene que aprender a calmarse. Lleva necesitando a la gente mucho tiempo. Debería aprender a hacer las cosas por sí misma.

-No hables así de tu madre, Tommy, gilipollas. La genética de Eri es más fuerte que la de Louis, y eso claramente es de él. Además, sabes que las cosas están cambiando y que cuantas más manos podamos reunir, mejor.

Chasing the stars [#1]Where stories live. Discover now