Capítulo XXXI: Un toque de maldad

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Existieron tres momentos en los que Lydia Martin, la Banshee destinada a destruir a la oscuridad, se encontró paralizada.

Tres momentos en toda su vida.

El primero de ellos fue cuando su hermano la traicionó y fue llevada al psiquiátrico, el segundo, fue cuando descubrió que su mejor amiga, Allison Argent, había sido asesinada.

Y el tercero, era ese momento.

Cuando Malia le dio la noticia, cuando vio su rostro de desesperación y miedo, y cuando los susurros comenzaron.

En ese momento, Lydia Martin, la Banshee destinada a destruir la oscuridad, volvió a quedarse paralizada.

Podía escuchar el palpitar salvaje de su corazón contra su pecho, podía sentir su piel fría y oler a la muerte a su alrededor.

Los susurros se alzaban, peligrosos y salvajes, como danzas macabras que la dejaban sin aliento. Había tenido un horrible presentimiento tiempo atrás, y lo había ignorado, pensando que era debido a la Bestia.

Pero era Stiles.

Stiles estaba en peligro, y ella no había podido predecirlo.

Se sostuvo de la mesa cuando sintió que sus piernas le fallaban, Malia dio un paso hacia ella, pero se detuvo cuando Lydia la miró.

—¿Dónde está Scott?

—Está con Kira, ella fue la última en verlo, al menos eso creemos...

—¿Eso creen? —Lydia preguntó, sin entender.

Malia intercambió una mirada con Theo, como si estuvieran decidiendo silenciosamente si decirle lo que iban a decirle.

—¿¡Eso creen!? —Lydia estaba cansada de que tuvieran cuidado a su alrededor, no era débil, nunca más volvería a serlo.

—Kira estaba rodeada de su sangre —Theo fue el que habló, dando un paso al frente—, ella no recuerda cómo acabó ahí.

La vista de Lydia se nubló, sintió las nauseas aumentar en su estomago y tuvo que taparse la boca para no vomitar.

—¿Dónde crees que se lo llevaron? —Malia la miró—, ya sabes, con tus poderes Banshee y eso, ¿no te dicen nada?

Lydia no la miró, no podía hacerlo, no podía decirle que las voces le habían gritado hasta hacerla sangrar, y que la muerte solo aparecía cuando ya era demasiado tarde. Ella no era una buena Banshee, no era una buena elegida, no era una buena nada.

Y ahora Stiles podría morir por su culpa.

—Esto es mi culpa.

Nadie dijo nada. Quizás porque todos sabían que era así.

—Nadie se lo ha dicho al sheriff ¿cierto? —Miró al resto.

—Scott habló con él, la policía ya está moviéndose, faltamos nosotros. Pensamos que quizás tu habilidad Banshee y tu habilidad de cazador sean de ayuda.

Chris asintió.

—Necesito ir al lugar donde fue tomado.

—Te llevaré —Malia asintió—, Lydia, ¿qué harás?

Lydia miró al resto, quienes esperaban una respuesta, ¿qué iba a hacer? No tenía idea, sentía que se estaba quedando sin aire, al borde de un ataque de pánico.

—Iremos con el sheriff a ayudar —Theo dio un paso al frente, notando enseguida lo que le sucedía.

Lydia solo pudo agradecerle con un asentimiento de cabeza.

Teme | Teen Wolf #6|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora