Capítulo XXV: La supervivencia del más fuerte

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Stiles y Scott abrieron los ojos al mismo momento, dando una gran exhalada de aire, como si se hubieran estado ahogando. Se sentía de esa forma en cierta manera, como si hubieran caído en la más profunda oscuridad.

La cabeza de Stiles giró enseguida hacia Lydia, quien se encontraba tendida en la mesa de la clínica veterinaria.

—¿Lydia? —Se movió hacia ella, tocando su rostro—, ¿Lydia? No, no, no, no.

Deaton se aproximó a ellos, su mirada preocupada.

—¿Qué ha sucedido? —les preguntó.

—Lydia... ella... —Scott apenas podía decir las palabras, miró a su amigo quien seguía sacudiendo a la chica, buscando que despertara—, para despertar, ella utilizó la espada sobre ella misma. ¿Crees que...?

Deaton palideció, moviéndose hacia uno de los cajones.

—¿Le dijeron que cualquier daño que sufriera en el sueño podría repercutir en su vida física? —Scott negó, tragando saliva.

—Vamos, Lydia. Despierta. Vamos —Stiles seguía mirando a la chica, cada vez más desesperado.

Vio a Deaton acercarse con una jeringa en la mano, la cual contenía una sustancia que a la luz brillaba de forma azulada.

—¿Qué es eso?

Este destapó la jeringa, y lo miró.

—Adrenalina —se la clavó directamente en el pecho de Lydia—, es nuestra única esperanza.

Stiles miró a la chica, tocando su rostro, esperando.

—¿Lydia? Por favor, Lydia... ¿Puedes oírme? —Sentía ganas de llorar, su garganta se cerraba, no podía perderla, no después de todo eso—, vamos, Lydia, abre los ojos, venga, Lydia... escúchame... Enséñame tus ojos.

Scott miró a Deaton, quien tenía una mirada de pesar mientras miraba a la pareja. Sintió deseos de gritar, ¿de qué le servía ser un Alfa si no podía salvar a los que quería?

—¡LYDIA ABRE LOS OJOS! ¡TIENES QUE ABRIR LOS OJOS!

—Stiles... —Scott miró a su amigo, dando un paso.

Este negó, desesperado.

—Lydia, por favor, no puedes dejarme, prometiste no hacerlo, Lydia... ¡ABRE LOS OJOS!

Al decir esa última palabra, los ojos de la chica se abrieron, encontrándose con Stiles un momento antes de levantarse de la mesa, y gritar.

Scott cayó al suelo por el dolor, y Deaton tuvo que taparse los oídos, el grito fue tan fuerte que las ventanas de la veterinaria estallaron, miles de cristales fueron lanzados a toda velocidad.

Sin importarle el mismo, Stiles saltó para proteger a Lydia de los mismos, quien ya estaba cayendo hacia atrás, débil.

Este la detuvo a tiempo, ambas miradas encontrándose.

—Me encontraste —Susurró esta.

Stiles le dio una pequeña sonrisa.

—Te dije que lo haría.

Atrás de ellos, Deaton y Scott compartieron una sonrisa, que rápidamente desapareció cuando este recordó algo más.

—Kira.

Justo en ese momento, la puerta se abrió, revelando a la chica llegando con Theo, quien la sostenía para que no cayera por sus múltiples heridas.

Teme | Teen Wolf #6|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora