Prefacio

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Scott se detuvo junto a la niña, quien tenía la mirada perdida en un punto fijo del suelo de la veterinaria de Beacon Hills.

Algo dentro de él se removió con pesar, no era nada raro ver en las miradas de las personas esa expresión en estas últimas semanas. Beacon Hills se había sumido en una terrible oscuridad, la gente temía salir a la calle, temía sonreír a otros, o reír siquiera.

Todo había comenzado cuando el primer cuerpo apareció, una chica, su nombre era Stella. La encontraron muerta, y cuando la estaban llevando a la morgue, su cuerpo desapareció.

Había pensado que quizás se tratase de algo sobrenatural, pero con el tiempo, esa sospecha iba haciéndose cada vez más pequeña. Quizás quería creer que lo era, porque eso significaría tener una excusa para hablar con sus amigos.

Con su manada.

Una que ni siquiera existía ya. Stiles había estado sumido en sus propios problemas, ayudando a su padre en la comisaria. Lydia ni siquiera había sido capaz de asistir a clase las primeras semanas luego de la muerte de Allison.

Kira es incapaz de verlo a los ojos, y cada vez que lo ve acercándose, corre en la dirección contraria. Él podía oler la culpa saliendo a raudales de ella cada vez que se encontraban.

Quizás lo peor de todo es Malia, porque ella ha estado desapareciendo por días. Y a pesar de que cree que él no lo sabe, lo hace, ha estado cazando a su madre, y él sabía porque.

Nunca pensó realmente qué haría o cómo reaccionaría cuando uno de ellos cruzase la línea, entre ser un asesino y un héroe.

La única persona que se había mantenido a su lado había sido Theo, quien se había convertido más y más en un amigo para él. Theo había estado deprimido luego de la muerte de Allison, y ambos habían encontrado un punto en común: el dolor por la pérdida de una amiga.

Se arrodilló frente a la niña, su cabello dorado ocultaba la mayor parte de su rostro. Pero Scott pudo sentir las lágrimas que corrían por sus mejillas, desembocando en su mentón y perdiéndose en el vacío. La tristeza que emanaba era tal, que sintió su corazón oprimirse.

—Hey... —se arrodilló junto a ella, y le dedicó una pequeña sonrisa—, va a estar bien.

Hacía menos de treinta minutos que el padre de la niña y esta habían traído a un perro a la consulta. Por la mirada de Deaton, Scott pudo darse cuenta de que las cosas estaban realmente mal.

Él se había quedado fuera de la consulta cuando este le pidió que le dejara hablar con el padre.

Scott sabía que eso no siempre significaba algo bueno, pero tenía que creer que después de todo, Deaton sabía muy bien lo que hacía.

—¿Cómo lo sabes? —la pequeña voz le hizo estremecer de tristeza. Parecía tan rota y frágil que quiso simplemente abrazarla y decirle que todo iba a estar bien, incluso si no lo estaba.

—Mi jefe es realmente bueno en lo que hace —Le aseguró—, ¿Qué te parece si te cuento una historia mientras esperamos?

La pequeña dudo un instante antes de asentir, Scott se sentó a su lado y respiró profundo.

—Veamos... —Pensó—. Erase una vez, en un reino muy, muy lejano, un rey que vivía en un castillo. Ese rey fue bendecido con muy buenos amigos que hubieran hecho cualquier cosa para protegerlo y una reina a la cual amaba más que nada.

Viendo que tenía la atención de la pequeña, Scott prosiguió

Pero este rey, tenía demonios que lo perseguían, decididos a derrocarlo y lanzarlo a las sombras. El Rey sabía que mientras tuviera a sus amigos, todo estaría bien... pero los demonios, que eran muy astutos, sabían eso también.

La niña frunció el ceño

—¿Y qué sucedió?

Scott suspiró

Los demonios consiguieron apartarlos de él, lo volvieron desconfiado, inseguro. Hasta que cada uno de sus amigos se fue, dejando al rey con el corazón roto. Y cuando los demonios fueron a atacarle, el rey perdió a la única persona que se quedó, su amada reina.

Hizo una pausa, sintiendo el dolor renovarse mientras los recuerdos se agolpaban en su mente.

Así que, ahogado en su dolor, el rey se encerró en su castillo, y se quedó allí, en soledad. Culpándose por todo lo ocurrido.

—¿Y qué pasó después? —La niña preguntó, curiosa.

Según cuenta la historia —Continuó él—, se dice que todas las noches, una luz se ve en el castillo. El rey, cada día, mira por la ventana de la habitación de su amada, esperando encontrar a uno de sus amigos esperándolo debajo, como tantas veces habían hecho.

La niña ladeó la cabeza, con gesto pensativo

—¿Y los demonios?

Los demonios habían tomado el reino, y sembrado el caos, dado que el rey no había salido de su castillo, fue incapaz de salvar al resto de las personas —Le dijo, antes de acercarse y susurrarle, como quien cuenta un secreto—. Pero lo que ellos no sabían, era que el rey no se había rendido, sino que había estado preparándose todo este tiempo, ya que no descansaría, hasta que todos sus enemigos fueran derrocados, y sus amigos estuvieran de regreso con él.

Justo cuando acababa la última frase, la puerta de la consulta se abrió. Deaton salió junto con el padre y el perro, el cual se encontraba lamiendo el rostro de su amo.

La pequeña a su lado dio un salto de la silla, dando un pequeño grito de júbilo, que hizo que Scott sonriera.

—Era solo un pequeño caso de acónito —Explicó Deaton—, su cachorro estará mejor que nunca.

El padre asintió, dejando que la niña cargara al perro, el cual, feliz, comenzó a lamer el rostro.

A través del espumoso pelaje del animal, la niña miró a Scott sonriente.

—Gracias Dr. McCall

La sonrisa de Scott se transformó lentamente en una de tristeza

—Todavía no lo soy —Le respondió

La pequeña se limitó a sonreír y seguir a su padre fuera, deteniéndose un momento en la entrada

—¿Y lo consiguió?

Scott frunció el ceño

—¿Qué cosa?

—El rey ¿Consiguió reunir a sus amigos? —La niña cuestionó, esperando su respuesta.

Scott hizo una pequeña mueca

—Supongo que el tiempo lo dirá —Confesó—, ¿tú qué crees?

—Él lo hará —Ella aseguró firmemente—, sus amigos lo perdonarán... eso hacen los amigos ¿no?

Desde el marco de la puerta de la consulta, Deaton sonrió.

—Sí, eso es lo que hacen —Scott susurró, viéndola partir.

Teme | Teen Wolf #6|Where stories live. Discover now