Capítulo VI: Mentiras por omisión

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Scott golpeó dos veces la puerta de la casa de Malia, y esperó, paciente, mientras esta salía. Se planteó si había sido lo indicado ir allí, pero ya no había vuelta atrás. Habían hablado con Stiles de ir uno a uno para contarles las últimas novedades, la primera parada había sido la coyote que lentamente se había estado distanciando del grupo.

Esta abrió la puerta, su mirada era un tanto alarmada, como si la hubiera atrapado en medio de algo. Scott tragó saliva.

—No deberías haber venido. —Ella dijo secamente.

Scott se dio cuenta de que eso era solo una apariencia, había llegado a conocer a Malia en los últimos meses, sabía que detrás de todo ese frío exterior de chica de acero estaba una chica asustada. Una que había vuelto a confiar, y a la cual habían defraudado.

Tanto Stiles, como él y Lydia.

—No contestabas el teléfono —Dijo este, haciendo una mueca.

Malia miró dentro de la casa, luego a él.

—Estoy ocupada, no puedo ayudarte, no ahora.

Scott dio un paso al frente.

—¿Y si te digo que eres la única persona que me queda? —Le preguntó, Stiles aún no lo perdonaba debido a su traición, Kira no podía verlo al rostro, y Lydia parecía haberse resguardado dentro de esa cascara que había tenido cuando llegó por primera vez en el pueblo.

Él los había traicionado a todos, perdiendo su confianza. Menos a Malia.

—No vas a querer mi ayuda, Scott —Ella suspiró, como si ese hecho le produjera tristeza.

—Todo lo que pasó entre nosotros... —Él habló, deteniéndose al ser interrumpido por esta.

—Estoy hablando de algo que va a pasar. Algo que voy a hacer —Sentenció—. No voy a gustarte mucho después de eso.

Scott la miró fijamente, luego, su cabeza se inclinó levemente.

—¿Es por eso que oigo dos latidos dentro de tu casa? ¿Y por eso el tuyo late tan rápido? —Le preguntó.

Malia abrió la boca, pero luego la cerró. Lentamente le vio hacer una mueca, antes de fruncir el ceño.

—Mira, siempre que me necesites, estaré allí, para cualquiera de ustedes. Hablé con Lydia inclusive hace poco, se que ella no es la culpable de lo sucedido, y ella apestaba a terror. No sé que está sucediendo ahora mismo, pero no me quieres en tu manada. No cuando voy a hacer lo que voy a hacer.

Fue el turno de Scott de fruncir el ceño.

—¿Lydia apestaba a terror? ¿Cuándo?

Malia lo miró, confusa.

—El otro día en clase —Le dijo, como si fuera obvio—, estaba prácticamente del otro lado de la escuela y lo sentí, ¿tú no?

Scott negó, lentamente, preguntándose por qué no había sentido a Lydia, cuando ocasionalmente era capaz de precisar con exactitud dónde y qué sentían cada uno de los miembros de su manada.

—Le pregunte que le sucedía y me dijo que nada, así que me fui —Dijo esta, haciendo una mueca—, aunque mentía.

Él sabía que eso significaba solo una cosa: Lydia estaba detrás de algo. La pregunta era si ese "algo" estaba relacionado con las recientes muertes.

—La policía encontró el cuerpo de un chico, un cambiador, Deaton dice que no sabe qué es, parece ser una mezcla de diferentes especies —Le contó este, de forma apresurada—, creo que deberías saberlo.

Teme | Teen Wolf #6|Où les histoires vivent. Découvrez maintenant