Capítulo XVIII: Muerte por derecho

1.2K 116 25
                                    

Las cosas sucedían en parpadeos. Un parpadeo, eso es todo lo que tomaba.

Un parpadeo, las paredes se desdibujan, la oscuridad empieza a rodearla. Lydia sintió sus rodillas temblar, a pesar de que no las estaba usando, estaba siendo arrastrada.

¿Qué le estaba sucediendo?

Parpadeo.

Olor a moho, agua estancada, escalofríos, murmullos, gritos silenciosos de ayudas, almas que fueron silenciadas, vidas que fueron acabadas.

Parpadeo.

Una puerta, Cordero abriéndola, una mirada hacia ella.

Parpadeo.

Sintió como fue apoyada en una especie de silla, sus manos siendo atadas, el hombre a su lado sonriendo, Lydia quiso vomitar, pero se negó a que vieran lo que estaba sintiendo.

Respira. Mantente calmada. Encuentra tu oportunidad.

Parpadeo.

Un chasquido frente a sus ojos, la habitación giraba, las nauseas aumentaron.

—Vamos Lydia, concéntrate —Cordero chasqueó nuevamente sus dedos frente a su rostro.

Lydia volvió a parpadear, enfocando la imagen de ambos doctores frente a ella.

—¿Qué están haciendo? —apenas reconoció su voz, temblorosa, frágil, confusa.

—Te ayudaremos a responder la pregunta —Valack dijo, una sonrisa arrogante en el rostro—, te ayudaremos a ver.

Ella negó, apretando los ojos por el dolor.

—Quieren que sea sus ojos.

—Verás cosas, Lydia —Cordero se adelantó, mirándola con admiración y compasión, como si entendiera la carga de lo que estaba por suceder—. Cosas que nadie más puede ver. Puede que no sobrevivas, pero podrás salvar la vida de tus amigos.

Lydia le miró, por un momento, el tiempo se detuvo, casi podía verlo, todo volviéndose lento, como si fuera una película. Las voces se escuchaban borrosas, no era que importara, su mente estaba en algo más importante.

«Podrás salvar a tus amigos» si Cordero y Valack estaban en lo correcto, algo realmente malo iba a suceder, no es como si ella no lo hubiera sabido, o inclusive Parrish.

Él mismo se lo dijo ¿no? Predijo que todos morirían, incluyendo ella.

Una vida a cambio de miles.

¿No era acaso lo que importaba? Nunca pensó que tendría un final feliz de todas maneras, no luego de todo lo que hizo, lo que vivió. La Banshee destinada a destruir la oscuridad se destruiría en el proceso, era lo justo.

Porque si ella debía destruir la oscuridad, al final, la única oscuridad que quedaría era ella misma.

Siempre supo que no era como Scott o Stiles, o Kira, ella no era uno de los buenos.

—¿No lo ves, Lydia? —Cordero la miró, sus ojos sinceros que en el pasado se habían convertido en un refugio seguro. Ya no lo eran más—, tú y tus amigos, ya han luchado esta batalla antes, derramaron la misma sangre, sufrieron las mismas perdidas. Esta profecía solo ha traído la misma destrucción, el mismo dolor y la misma muerte. Y mientras sigas sin hacer nada al respecto, eso continuará sucediendo. Puedes salvarlos, solo tienes que dejarte ir.

—La historia nos recordará, Lydia, nos recordará por cazar derrotar a la gran Bestia de Geuvadan —Valack habló con admiración y orgullo.

Teme | Teen Wolf #6|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora