Especial parte 3: Luces en el cielo

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—Nunca entiendo las historias que me cuentas —Lydia se bajó de la silla, mientras se dirigía a la entrada con Peter a su lado, este le había prometido que la acompañaría hasta su casa, ya que no era una buena idea que una niña estuviera sola por el bosque con el sol cayendo.

—Algún día las entenderás.

Ella dio un suspiro exagerado.

—Siempre dices "algún día", quiero entenderlas ahora —Se cruzó de brazos, enojada porque no lo entendiera.

Peter la miró divertido mientras salían de la casa, el bosque de Beacon Hills se veía apagado por la blancura de la nieve. El verde de sus árboles apenas viéndose, o el olor a tierra y pino.

—Las historias pierden sentido cuando son explicadas —se limitó a decir, Lydia lo miró, caminaba con ambas manos detrás de su espalda, su caminar era ligero y elegante, como si fuera algo que estuviera en su ADN.

Siempre le había fascinado su andar, era como si pudiera atraer cada mirada que hubiera hacia él sin siquiera buscarlo. Pero no de repente, Peter captaba la atención lentamente, la gente a su alrededor tarde o temprano se veía cautivado por su aura de poder que solía emanar, y todos se quedaban para admirarlo, cautivados, como cuando sabes que eres la presa de una serpiente, y por más que sabes que debes correr, no puedes apartar tus ojos.

—Siempre hablas con acertijos —Ella dijo, mirándolo desde su baja altura. Peter parecía aún más alto de lo que era cada vez que lo miraba.

Lo vio hundirse de hombros, como si ese hecho no le molestase en lo absoluto. Y quizás no lo hiciera, Peter parecía importarle muy poco lo que opinasen los demás sobre él.

Aunque claro, nunca había escuchado a nadie hablar de él.

—Dime algo, Lydia, ¿te asustan los monstruos? —Peter preguntó de repente.

Ella parpadeó, sorprendida. Y le miró, no entendiendo a qué se refería preguntó en cambio:

—¿Monstruos? ¿Cómo cuales?

—Fantasmas, hombres lobo, Wendigos... Monstruos.

—No lo sé... —ella se mordió el labio, pensativa—, depende de cómo sean, si es bueno o malo. Si es malo, si... pero si no, ¿por qué lo tendría?

Peter ahora fue el pensativo.

—¿Por qué crees que un monstruo puede ser alguien bueno?

—Porque no todos los monstruos hacen cosas monstruosas —Lydia se hundió de hombros, como si eso tuviera sentido para ella.

Pero no para Peter, quien continuó el resto del camino en silencio, ella pudo ver que estaba pensativo, porque siempre que lo estaba fruncía su entrecejo y se frotaba la barbilla.

Cuando llegaron a la entrada de su casa, Lydia se detuvo y lo miró.

—¿Estás bien? —preguntó entonces.

Peter parpadeó, asintiendo, antes de agacharse y tomarla de ambos brazos.

—Quiero que me escuches algo, y es muy importante —Ella asintió al ver su seriedad—, ¿Viste las historias que te he contado? ¿Sabes qué tienen en común?

Lydia negó

—Todas van sobre la oscuridad. Lo que intento enseñarte, es que está bien abrazarla y ser uno con ella, pero escúchame bien, la oscuridad te cambiará, está destinada a hacerlo. Pero que te cambie, no significa que debas ser alguien malvado. Recuerda esa diferencia.

Teme | Teen Wolf #6|Where stories live. Discover now