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Las cosas en Turín se me estaban complicando, no había podido tomar una decisión, no sabía si Marko debía ser el escogido o si Paulo debía serlo, la verdad es que me había mantenido un poco apartada de ambos para poder pensarlo, pero tampoco me ayudaba mucho. Además, los chicos no estaban muy contentos por el empate ante el Atalanta, estaba esperando en la entrada a los vestuarios para irnos al hotel. Los chicos comenzaron a salir poco a poco, algunos con caras más largas que otros, pero fuimos hacia el autobús. Me senté en mi ya reconocible asiento y a mi lado se sentó Paulo, estupendo, yo queriendo estar sola y él todo el rato detrás.

-Hola de nuevo. -me sonrió.

-Hola, hola…

-¿Estás bien?

-Perfectamente.

-Te noto distante, segura que estás bien.

-De verdad.

-Helena…

-Paulo, ¿puedes callarte al menos hasta que lleguemos al hotel?

-Claro…

-Perdona, solo quiero descansar un poco, estoy cansada tanto física como mentalmente.

-Dale, entonces te dejo hasta que lleguemos, pero solo hasta lleguemos al hotel.

Apoyé la cabeza en el cristal y cerré los ojos hasta que llegamos, Dybala comenzó a mover mi hombro lentamente, supuse entonces que habíamos llegado al hotel, me quité los cascos y abrí los ojos, luego comencé a levantarme y cada uno nos dirigimos a nuestras respectivas habitaciones. Antes de entrar en la habitación, el argentino me alcanzó para entrar conmigo. Me senté en la cama y me quedé mirándole con una ceja levantada, acabé levantando los brazos.

-¿Y? ¿Qué quieres?

-¿Has hablado con… Marko? -dijo rascándose la nuca.

-En realidad no, me he pasado esta semana entera pensando qué hacer.

-Pero…

-Crees que es fácil decirle que no, o que lo es decírtelo a ti.

-No, pero pensé que tal vez…

-Dame tiempo, es lo único que te voy a pedir. Tiempo para pensar qué hacer, al menos para pensar en cómo decirle…

-Entonces… -se acercó a mí riendo, y cuando me iba a besar le paré.

-Con calma vaquero. Con calma…

Dejó un beso en mi frente y dejó su mochila en el suelo, luego se quitó la chaqueta y se lanzó a mi cama.

-Tú como en tu casa, eh niño. No te cortes. -dije llendo hacia el baño.

-En casa vos estabas conmigo, aquí, contigo, es como si estuviera en casa.

-Eres… -negué con la cabeza -De lo que no hay.

-Pero así me querés.

-En eso no te equivocas.

Fui al baño a cambiarme de ropa, para ponerme el pijama, y volví a la habitación, Paulo estaba mirando en el televisión, mirando la repetición del partido. Cogí el mando y cambié de canal rápidamente, quería ver una película.  Él me miró con una ceja levantada mientras me tumbaba a su lado.

-Estaba viendo el juego.

-Ya, pero yo quiero ver una película. Además esta es mi habitación, yo mando.

-Vos mandás en todas partes -se subió encima de mí -. ¿Segura que querés ver esa película?

-No lo sé, ¿qué me ofreces?

Torino |Paulo Dybala|Where stories live. Discover now