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El día siguiente estuvo un poco más tranquilo, pero sólo un poco. Aún podía notar en Paulo la decepción del día anterior. Estaba preocupada, para que voy a mentir, ayer por la tarde no salió en ningún momento de su habitación. Tampoco sabía nada de mi hermana y ahora sí que me empezaba a preocupar también, puede que ella se haya equivocado y puede que fuera algo dura con ella, pero seguía siendo mi hermana y tiene que aprender a reconocer sus errores. Era por la mañana y debíamos ir a Vinovo, espera, allí iba a estar Daniele… No sé yo cómo va a acabar todo esta locura. Sentí a Paulo bajar por las escalera, venía sin camiseta… Pero que manía tiene este hombre de verdad…

-Vaya, veo que estás vivo… -me miró mal y me dio la espalda -Vale, mal momento -seguía sin hacerme caso -

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-Vaya, veo que estás vivo… -me miró mal y me dio la espalda -Vale, mal momento -seguía sin hacerme caso -. Sé que estás pasando por un mal momento pero no es necesaria la hostilidad hacia mi persona -sólo le sentí bufar -. Pero bueno… -me ofendí.

Se dio la vuelta y con el café en las manos se sentó enfrente de mí en la mesa, sin dirigirme la mirada o una simple palabra. Vale, tengo que idear un plan, yo he pasado por lo mismo y sufrir en silencio no es la mejor de las opciones, que tampoco hay muchas… Bueno, que me desvío del tema, tenía que romper el hielo y esta maldita sensación de pesimismo que estaba impregnada en el ambiente. Vi un vaso de agua a mi derecha y se me encendió la bombilla encima de la cabeza, es probable que luego me mate por lo que estoy pensando hacer pero todo sea por sacarle de su estado pensativo y deprimente.

Me tuve que preparar mentalmente para lo que estaba a punto de hacer, incluso organicé varios planes de huída por si las moscas… Me levanté, recogí primero la taza del café con las tostadas y luego volví a por la servilleta y el vaso. El vaso que ahora sería mi aliado pero luego sería la causa de mi muerte… Madre, estoy hecha una Drama Queen, como mucho acabaré encerrada en algún lado y sin que me dirija la palabra pero me voy a arriesgar. Recogí lentamente y cuando pasé por su lado, respiré profundamente y dejé caer encima de su pelo y cuerpo el agua que portaba el vaso. En el mismo momento que sintió el agua correr dejó de mover la cuchara del café y se quedó quieto, yo lentamente y con mucho sigilo me fui alejando de él pero sin quitarle la vista de encima por si empezaba a levantarse. Le vi girar la cabeza y mirarme por el rabillo del ojo, daba un poco de miedo. Le sentí reír y decir algo que no llegué a entender porque ya estaba corriendo para alejarme lo máximo posible de él. Se ve que mi plan de escape no funcionó como debía porque acabé encima de su hombro e intentando bajarme. Le vi cruzar el salón y dirigirse a la terraza, no será capaz…

-Paulo no nos precipitemos, ha sido un vaso pequeño, no hace falta llegar a estos extremos. -le dije golpeándole la espalda cuando le vi acercarse a la piscina.

-Yo soy el que acabó mojado.

-Ya hombre pero que estamos en invierno y yo me pongo mala con mucha facilidad. Además sólo fue una pequeña broma. -dije sufriendo.

-Que pena.

No me dio tiempo a seguir quejándome porque me lanzó directamente a la piscina. Cuando salí a la superficie le vi mirarme con una sonrisa sarcástica. Salí rápidamente de la piscina y antes de que se fuera, le cogí del brazo y con todas mis fuerzas conseguí tirarle a él a la piscina, lo malo es que me arrastró con él. Volví a salir a la superficie y le vi mirarme serio pero yo no podía devolverle esa mirada seria. Tenía el pelo todo empapado y gran parte de él le caía por la frente, tenía gotas por todas su cara y si añadimos la desnudez de su pecho pues os podéis imaginar lo que pasaba por mi mente…

Torino |Paulo Dybala|Where stories live. Discover now