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Hoy los chicos resposarían después del partido con el Barcelona, eso no quería decir que no fueran a entrenar sino que pasarían la mayor parte del tiempo con los físios mirando los músculos y vigilando ningún signo de lesión. Por mi parte, yo estaba en el Juventus Medical con Marko, comenzarían sus entrenamiento de recuperación y quería estar con él todo el tiempo que pudiera, sabía que iba a tardar bastante tiempo en recuperarse de la lesión. Estábamos sentados en unas sillas antes de entrar en la sala de recuperación, él miraba el móvil mientras yo estaba apoyada en su hombro viendo pasar el tiempo, dejó el móvil y luego me miró sonriendo, yo le miré de igual manera y junté mis labios con los suyos poco después. Pasó su mano por mi cuello y profundizó el beso poco a poco, sonreí y antes de separarse, con una sonrisa, me mordió el labio.

-¿Por qué? -dije quejándome.

-Porque puede venir el físio en cualquier momento. -rió mirando por el pasillo.

-Ya pero no ha llegado de mome…

No seguí porque volvió a besarme, sonreí y pasé mis manos por su cuello y le acerqué más a mí pero empezó a correr su cara hacia un lado y dejó besos por mi mejilla, mandíbula y al final en mi oreja. Reí porque me hacía cosquillas y al final, le aparté yo a él porque el médico estaba mirándonos e intentando no reírse. Me acaricié la frente y sonreí mirando al suelo, Marko se levantó y luego me dijo que le siguiera, caminé detrás de ellos mientras hablaban. Mi cabeza viajó al nuestro próximo destino, Barcelona… Iba a estar bien volver a ver un partido en casa, lo malo es que sea en estas circunstancias. Entramos en la sala y el físio se fue directamente a trabajar con Marko y su rodilla.

Pasaron tres horas y salimos del edificio, fuimos directos al coche del croata, él se subió en el lado del copiloto y yo al lado del.piloto, comencé a conducir a su casa, ya me conocía el camino de memoria, estaba cerca de la de Paulo, por tanto la mayoría del tramo era el mismo. Sonreía mientras me contaba sus chistes malos, luego le miraba con una ceja levantada, porque eran terribles. Llegamos a casa y él fue directamente a tirarse al sofá, pobre, debía estar reventado. Fui a la cocina y cogí una botella de agua para luego ir al salón y sentarme al lado de él, para que apoyara la cabeza en mis piernas. Encendimos la tele pero al poco se quedó dormido por las caricias, yo no tardé en sumarme porque para qué mentir, si yo veía a alguien dormir, me entraba el sueño.

Me desperté dos horas después y estaba sola en el sofá, tumbada y medio dormida, miré en busca de Marko y le vi sentado en el suelo, jugando al FIFA. Me acerqué a él y dejé un beso en su mejilla, sonrió pero no apartó la mirada del televisor, bufé y fui dejando besos desde su cuello hasta su mejilla, mordiéndola alguna vez, al final acabé besando sus labios y quitándole el mando, sentándome yo en el sofá y jugando el partido que él había comenzado. Él me miró riendo y se subió con cuidando, sentándose a mi lado.

-No vale que me quites el balón, cuando yo estaba jugando.

-No vale que no me hagas caso por culpa del partido. -dije parando el juego y sentándome en su regazo con cuidado.

-Ya, pero yo estaba jugando.

-Y yo quería que me hicieras caso.

-Eres un poco mimada… -me sonrió.

-La culpa es toda vuestra.

Negó con la cabeza mientras reía y me cogió de las mejillas para acercarse y besarme. Sonreí pero poco a poco ese beso fue subiendo de tono, mis manos fueron por sus brazos y acabaron al borde de su camiseta, creo que nunca había tenido tantas ganas de quitarle la camiseta como ahora… Marko se separó del respaldo del sofá mientras me cogía de la cintura y fue él el que se quitó la camiseta al momento, os lo digo muy enserio, el cuerpo de este hombre me puede, mucho… Luego sus manos volvieron a mi cintura y fueron, lentamente, colándose por debajo de mi camiseta.

Torino |Paulo Dybala|Where stories live. Discover now