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Estábamos a sábado y hoy tendríamos que irnos a Sassuolo, estaba relativamente cerca. Sí, he mirado por el Google Maps porque en Italia estoy más perdida que un pulpo en un desierto. Ayer se había descubierto que el gesto que Paulo hacía era representando la máscara de un gladiador porque todo el mundo necesita, en algún momento, afrontar sus problemas, tal y como hacían los gladiadores. Íbamos en el autobús y yo miraba algo que me llevaba comiendo la cabeza durante varios días, me haría un tatuaje pero no sabía qué. Uno lo tenía muy claro, pero quería hacerme uno en la mano y no sabía muy bi… Espera, ya lo tengo. En el autobús y se escuchaban las conversaciones de todos los jugadores así que decidí ponerme mis cascos, muchas canciones en mi móvil eran covers de piano. Tocaba el piano y muchas veces me relaja aporreando las teclas, pero ahora no tengo piano y no tengo nada que aporrear. Bueno sí, a Paulo, el problemas es que luego me las devuelve.

-¿En qué piensas? -me preguntó Marko por encima de la cabecera del asiento. Yo estaba sentada sola y con la espalda apoyada en el cristal.

-En qué tatuajes hacerme. ¿Por?

-Porque llegó un momento en el que empezaste a mover los dedos como si tocaras el piano en tus piernas.

-Es porque toco el piano. Y tengo canciones de piano en el móvil.

-Cuando vamos a Sassuolo siempre vamos al mismo hotel y creo recordar que hay un piano. ¿Crees que podrías tocar algo? -En ese momento se me vino una canción a la cabeza.

-Claro. Consígueme el piano y yo toco.

Él se volvió a sentar correctamente y yo volví a lo mío y escogí la canción que quería tocarles en el hotel. La había usado algunas vez para alguna competición, era una de las canciones que más me emocionaba. Creo que hasta una vez en Barcelona, en una competición acabé llorando. Cuando llegamos a la estación de tren nos tuvimos que bajar del autobús para hacer el trasbordo. ¡Ostia que se me había olvidado! ¡Hoy era el cumpleaños de Gianluigi! Rápidamente busqué en mi móvil nuestra foto juntos y la subí felicitándolo. Iba caminando mientras miraba el móvil y me choqué con la espalda de alguien, bueno de Paulo porque al momento reconocí su pelo.

-Pero mirá por dónde vas. Así siempre te vas a golpear con la gente.

-Es mejor golpearte a ti, así que mejor me sigo chocando contigo.

-Que payasa que sos…

-Oye quiero pedirte un favor. He llamado a un amigo que vive cerca de donde vamos, bueno es amigo de Sarah, pero hace tatuajes y quería que… Bueno que estuvieras conmigo cuando lo hiciera.

-¿Vas a ir a la tienda?

-No el viene al hotel. Pero yo soy muy rara porque me dan miedo las agujas pero me voy a hacer dos tatuajes, uno de ellos un poco muy grande. -dije rápidamente.

-Cuando tu hermana me dijo que era un poco rara no llegué a pensar que tanto…

-¿Gracias? -dije confusa.

-De nada.

Se fue dejándome ahí confusa, pero este de verdad era algo tonto… Entramos al tren y yo me senté con Paulo, Tomás e Higuaín. Eran los que mejor español hablaban, así que no me culpéis. Yo cogí una tablet que traía en la mochila y le conecté los cascos. Tenía una aplicación de piano descargada y a veces me daba por usarla. Creo que estaría bien para ver si recuerdo como se toca la canción, porque sería muy triste llegar y no saber tocarla. Mientras los chicos hablaban yo estaba a lo mío. Poco a poco me fui cansando y decidí dejarlo para poder dormir un poco. Como estaba al lado de Paulo me apoyé en su hombro y me puse los cascos para escuchar solo música. Poco después me desperté, se me había caído un casco y escuché la conversación de los chicos.

Torino |Paulo Dybala|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora