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-No me puedo creer que hayas llegado a eso Helena.

-No es lo que tú crees ¿vale? No lo es. -le dije a mi hermano.

-Entonces ¿qué es? Porque hasta donde yo se, os estabais besando. Paulo y tú, el novio de tu hermana.

-Mira, voy a ser sincera. No tengo ni idea de qué demonios me pasa con él ¿vale? Hay momentos en los que solo quiero matarle pero luego, momento en los que quiero estar con él. No sé qué es todo esto.

-He visto cómo te mira.

-¿Qué? -él sonrió.

-Vamos, soy tu hermano. Lo vi nada más entrasteis por la puerta. Tú le miras de manera intermedia, con amor y con odio a la vez. Pero él, tiene algo en los ojos que no tiene cuando mira a Sarah -miré hacia el suelo y cerré los ojos -. Yo no te voy a decir qué hacer pero sólo quiero pedirte que arregles esto rápido, antes de que tú y Sarah salgáis lastimadas.

-Con cualquier cosa que pase, sea yo o sea Sarah, una va a acabar sufriendo.

-Pues procura que no sea tan dañino cuando pase.

Me acerqué a él y le abracé. Me encantaba tener un hermano mayor que me ayudara en todo, que me apoyara y que estuviera siempre para mí. Se separó de mí y volvió junto al resto, yo me quedé mirando hacia ellos, no sabía qué hacer, estaba muy perdida. Mi mirada se dirigió al argentino, que reía junto a Sarah, Miralem, Bonucci y sus respectivas parejas. Parecía tan cómodo, que ni siquiera notaba que le estaba mirando. Oí una puerta cerrarse y dirigí la mirada al sitio del que procedía el ruido. Cuando me giré y le vi ahí parado, mi cara se descompuso al momento… Se acercó a mí hasta quedar enfrente.

-¿Qué haces aquí?

-No joderla una vez más. -me dijo Sergi.

-Pero… -me puso una mano en la boca.

-Quiero que me escuches. Sí, la jodí y te perdí. Pero no pienso volver a cometer los mismos errores que cometí hace tiempo. No pienso, no quiero perder a la chica que me ayudó tanto. Y parece ser que tenías que venir a Italia para que me diese cuenta de cuan enamorado estoy de ti -a mí me va a dar un infarto ahora mismo -. Porque es cierto, estoy enamorado de ti hasta las trancas. Me he venido a Italia, hoy, el día de tu cumpleaños porque no veía mejor momento para decirte esto, no es algo que pueda decirte por teléfono o por Skype, es algo que debo decirte mirándote a los ojos. Te juro que nunca quise perderte o hacerte daño. Lo que pasó con esa chica fue un completo error, pero el mayor de todos fue dejarte ir. Estoy loco por ti y estoy dispuesto a hacer locuras por ti -me reí y miré al suelo para luego volver a mirarle a él -. Solo tienes que verme, me cogí un vuelo sin avisar a nadie y aquí me tienes. Eres lo mejor que me pasó en la vida y no quiero tener una sin ti.  Por favor, dame una segunda oportunidad.

-Yo…

-Entendería que me dijeses que no, como la última vez por teléfono. Pero no podía no volver a intentarlo. De verdad que te necesito. Dame una segunda oportunidad. -se le veía tan vulnerable y tan arrepentido… Y aunque quisiera negarlo él me había ayudado como nadie y le echaba de menos.

-¿Va todo bien? ¿Te molesta? -miré a mi derecha y estaba Paulo, detrás de él Sarah. Volví a mirar a Sergi.

-Sí.

-¿Sí? -dijo Paulo.

-¿Si? ¿Qué? -me preguntó Sergi ahora.

-Que quiero volver contigo. -le dije aún sorprendida.

-¿¡Qué!? -dijo Paulo, bueno gritó.

-¿Enserio? -me preguntó el culé y sentí.

-Pero…

Torino |Paulo Dybala|Where stories live. Discover now