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Mi hermana no se sentó en el asiento del copiloto y fui yo la que me senté ahí. Ella iba mirando siempre a la pantalla del móvil y al final acabé le mandando un mensaje en el que le dejaba bien claro que en cuanto llegase a casa no le libraba ni Dios del interrogatorio. Paulo era el que menos preocupado estaba, es más iba meneando la cabeza al ritmo de la música que sonaba en el interior del coche.

-Estoy re cansado… Tengo unas ganas de dormir. -dijo para luego bostezar Paulo.

-Pues yo tengo que arreglar algunos asuntos antes de dormir. -dije claramente dirigiéndome a mi hermana.

-¿Se puede saber de qué va ese asunto?

-Nada, un asunto familiar que me preocupa. -seguía dirigido a Sarah.

Poco después llegamos  a casa y mi hermana se fue rápido a la habitación, a mi habitación, porque decía que estaba cansada. Yo fui a la cocina e intenté tranquilizarme para luego acosar a mi hermana a preguntas. No iba a quedarme tranquila hasta que no le haya preguntado por qué le está haciendo esto a Paulo. Tampoco puedo reñirla mucho porque en parte él está haciendo lo mismo y yo se lo estoy haciendo a Sergi de alguna forma. Estamos los tres iguales pero yo no sabía desde cuando estaba ella engañando a Paulo. Él aludido apareció por la puerta.

-¿Sarah está bien? -me preguntó preocupado.

-Ya te lo dije, un problema familiar. Pero no tienes que preocuparte. Lo tengo controlado. Pero lo más probable es que duerma en mi habitación…

-Y ¿Buffon?

-Hablé con él y no dirá nada. -le dije tranquila.

-¿Segura?

-Si no estuviera segura no estaría tan tranquila. Así que estate tranquilo, no dirá nada de lo que vio.

-Y lo que dijis…

-Se lo que dije y es verdad, pero no podemos seguir así Paulo. Y lo sabes, alguien más podría enterarse, mi hermano también nos vio, ahora Buffon… Mañana podría ser Sarah.

-Lo sé...

-Así que hay que parar. Tenemos que parar. -dije mirando al suelo.

-Creo que tienes razón…

Se quedó mirándome para luego poco a poco ir acercándose a mí. Cuando ya estuvo lo más cerca posible, yo bajé la mirada y él, únicamente, dejó un beso en mi mejilla. Acarició la misma y subió por las escaleras. Cerré los ojos y me preparé mentalmente para lo que estaba a punto de suceder. Salí de la cocina, dejando todo recogido y con las luces apagadas y fui directa a mi habitación. Entré y miré a mi hermana seria, ella sólo miraba el móvil sonriente.

-Más te vale que me crea lo que me vayas a contar. -le dije directamente.

-No tengo excusa -vale, eso me sorprendió -. Pero no puedo negar que tiene algo que me atrae.

-Tienes novio. Y te quiere. Tú le quieres, me lo has dicho miles de veces.

-Sí, pero el día que me encontré a Dani y fuimos a tomar algo, hubo algo dentro de mí que cambió. 

-¿Pero qué te va a cambiar a ti? A ti lo que te pasó fue que le viste cara de niño bueno como yo y te tiene cogida. Pero escuché que no tiene muy buena reputación con las chicas. -dije recordando lo que había dicho Paulo.

-¿Y eso quién lo dijo? No te creas todo lo que te dicen porque…

-Principalmente tú novio. Y no solo eso, les escuché hablar un día, Paulo le recordaba su mala reputación con las chicas y él no lo negaba. ¿Quieres darte cuenta de lo que has hecho?

Torino |Paulo Dybala|Where stories live. Discover now