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Para mi mala suerte hoy tenía que madrugar más porque jugaban por la mañana y para ser sincera, malditas las ganas que tengo yo hoy de partido por la mañana. El partido comenzaba a las 12:30 por lo que teníamos que llegar al estadio un poco antes para que los chicos pudieran calentar y todas esas cosas. Estaba en el autobús del equipo con Marko, él iba hablando tranquilamente con alguien por el móvil y yo intentaba dormir en su hombro. Mario andaba por ahí grabando y por lo que había podido escuchar me había grabado intentando dormir. No es mi culpa que tenga insomnio por las noches y no pueda dormir todo lo bien que quiero.

-Ey, bella durmiente, creo que va siendo hora de que te despiertes -me dijo Marko pero yo solo me sujete a su brazo y escondí la cara en el asiento, a lo que él rió -. Ah claro, que solo funciona con el beso, espera que llamo a Paulo…

-¡Ya estoy despierta! -grité y me levanté de golpe, dándome en la cabeza con el techo y causando las risas de todos -Ich hasse sie alle -miré a Sami que me miraba con una ceja levantada, él o se había reído -. A ellos, a ti no.

-Me pone de los nervios no entender lo que dices. -dijo Leo.

-Es lo bueno de saber siete idiomas, puedo insultar en cualquiera de ellos y la mayoría no me entenderéis.

Cuando el autobús paró y nos bajamos, Mario volvió a grabar de nuevo, había mucha gente en los alrededores esperando para verles. Aún me acuerdo cuando estaba en Barcelona y era los mismo siempre, espera a mí se me olvida algo…

-¡Ostia! -creo que asusté a Leo y Marko, que iban hablando conmigo -Es que hoy juega el Barça y no sé a qué hora es, entonces tengo que desearle buena suerte a mi hermano y a Sergi… -Leo empezó a decir cosas en italiano, algo oí de “es igual a una quinceañera” -Eh, las quejas a la cara y en español. -le dije riendo.

-¡Tú antes te quejaste en alemán! -me dijo-

-No odies al jugador, odia al juego. Yo lo dije a la cara, que no lo entendieras es cosa tuya. -al final acabé encima de su hombro como una saco de patatas.

Tomemos nota, nunca vacilar a Leonardo Bonucci. Cuando llegamos a la entrada del vestuario él me dejó en el suelo, se despidió tirándome un beso y entró. Payaso. Miré mi móvil y sentí que me revolvían el pelo, levanté la mirada y Marko me sonreía. Tuve que arreglarlo de nuevo. Payaso número 2. Salí al campo y estuve dando una vuelta por la zona de banquillos, me dio tiempo a llamar a Sergi y desearle suerte aunque me dijera que el partido era por la noche, luego llamé a mi hermano y más de lo mismo. Hablé un poco con Milan, que me decía que tenía ganas de verme, igual que yo a él. Me encantaba tener dos sobrino, era monísimos. Los chicos comenzaron a salir y yo antes de nada decidí sacar una foto con el Snapchat para subirla a mi historia con el “#ForzaJuve” de comentario. Decidí ponerle alegría al momento y quién mejor para dar alegría que Allegri. Que chiste más malo…

-Ciao, buongiorno! -dije abrazándole por los hombros de golpe y él comenzó a reír -Sorride un po '. I ragazzi sono pronti. Noi vinceremo.

-Spero che tu abbia ragione. -me dijo sonriendo.

-Non mi sbaglio mai.

Dejé de grabar y lo subí al InstagramStory. Estuve mirando a los chicos entrenar y luego miré a las gradas a ver si veía a mi hermana, se suponía que hoy iba a venir. La ví sentada y hablando con Martina, que también había venido. Poco después comenzó el encuentro y he de decir que veía a los chicos muy bien, muy concentrados y todo. Tenía grandes expectativas sobre este partido. Creo que no pude gritar por el absoluto estado de estupefacción en el que me encontraba. Paulo acaba de marcar el primer gol. Un gol en el minuto 5, pero lo que más me llamó la atención fue que hizo el mismo gesto que había hecho la última vez. El gesto de nuestras fotos.

Torino |Paulo Dybala|Where stories live. Discover now