45

6.2K 239 23
                                    

Hoy era el partido definitivo. Puede que la gente ya pensara que por ganar en Oporto teníamos la eliminatoria ganada pero también se pensaba lo mismo del PSG y fue todo muy distinto. Estábamos en Vinovo, los chicos estaban descansando aquí hasta que llegara la hora de marchar hacia el campo. Había podido hablar un poco Iker ayer pero nada del otro mundo. Habían sido como unos diez minutos de reloj. Daba vueltas por las instalaciones, no quería encontrarme con ningún chico, porque no quería desconcentrarlos, y tampoco quería ir a ver a María porque me recordaría lo idiota que está siendo Marko en estos momentos. Pero ¿sabéis lo mejor de mi vida? Que el mundo me odia y ahora mismo tengo delante de mí a Marko…

-Helena. -dijo intentando acercarse a mí.

-No. Adiós.

Me di la vuelta e intenté irme hacia otro lado pero, literalmente, me comí la pared. ¿Desde cuándo está esta pared aquí? Me giré de nuevo y ahora me choqué con su cuerpo.

-Por favor, ¿qué demonios quieres ahora? -le dije de brazos cruzados.

-Tú y yo, nos vamos a sentar a hablar de manera seria.

-Lo llevas claro -intenté pasar pero de nuevo, no me dejó y me llevó a la pared -. Eres muy pesado, ¿te lo dije alguna vez?

-No, solo me decías lo encantador y buena persona que era y lo mucho que me querías.

-Ya… Mira, tienes partido hoy, así que mejor que te vayas a descansar o hacer lo que quieras.

-¿Qué me sugieres?

-Que te pierdas.

-Si me pierdo, no hay partido. -me dijo riendo.

Suspiré fuerte y le miré enfadada. De verdad, no sabía cómo una persona que me había apoyado tanto, ahora mismo me esté dando tal dolor de cabeza. Él estaba delante de mí, era más alto y me doblaba en masa muscular. Era un poco armario para su edad ha decir verdad… Hubo una cosa que me llamó la atención y fue que en un momento él me miró a los ojos y luego a la boca y de nuevo a los ojos pero cuando me miró a los labios, él se mordió el suyo… Mis ojos se abrieron y le empujé con toda la fuerza posible para quitarlo de delante. Comencé a caminar lo más rápido que pude. Sabía que había una sala en la que descansaban los jugadores y me puse en su busca. Al llegar vi a Paulo sentado en un puf medio dormido. Me acerqué a los chicos y me senté al lado del argentino dándole un beso en la mejilla. Él abrió los ojos y pasó su brazo por mis hombros para acercarme a su cuerpo.

Al poco llegó Pjaca a la sala y se sentó en el lado contrario de la sala, lo más alejado de nosotros dos. Nos miró e hizo una mueca pero yo decidí no prestarle atención y apoyar mi cabeza sobre el hombro de Paulo. Me estaba quedando dormida porque en la sala había una música que relajaba el cuerpo pero sentí a Paulo acariciar mi pelo y darme besos en la mejilla y abrazarme más a su cuerpo. Sonreí y giré mi cara hacia él y luego me dio un beso en la boca, beso que yo le correspondí de buena gana. Pero lo que más me gustó del beso fue que lo profundizó cada vez más y más. Por dios, os juro que nadie me ha besado como lo hace Dybala, es demasiado para mí…

***

El partido iba a comenzar y los chicos estaban en el túnel de vestuarios listos para salir al campo. Yo estaba al lado de Paulo hablando con él y con Gonzalo. Estábamos esperando para ver a Iker de nuevo, hoy me llevaba su camiseta, lo juro. Hacía mucho que no tenía uns suya, la última era la del Real Madrid. Mientras esperábamos, Dybala me cogió de la cintura y me besó de manera cariñosa, vale, ahora se pasaba la vida besándome, que yo no me quejo. Era tan mono…

-Eres adicto eh. -le dije pasando mi dedo por su nariz.

-Soy adicto a toda vos. Sos re linda y sos toda mía. -me dio otro beso pero me separé cuando los jugadores del Oporto comenzaron a llegar.

Torino |Paulo Dybala|Where stories live. Discover now