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Me daba pena volver a dejar a Marko solo para volver a Nápoles. No quería dejarlo de nuevo pero es lo que el trabajo trae consigo… Estaba sentada en mi sitio, sitio que compartía con Marko, sola, todos iban hablando con otros y yo solamente miraba el móvil o por la ventana. Estaba, lo que viene siendo, aburrida a más no poder. Estábamos a punto de llegar al aeropuerto para coger el avión hacia la ciudad costera italiana, bajé del avión aún con los cascos puestos, Paulo no me había dicho nada en ningún momento, eso en parte me molestaba pero a la vez me aliviaba. Estábamos facturando cuando se me acercó Rugani, hacía muchísimo tiempo que no hablaba con él…

-¿Qué tal estás? -le pregunté.

-Aquí, tirando -rió -. ¿Tú?

-Bien, aquí me ves, más sola que la una. Pero bueno, es lo que toca ¿no?

-No creo que debas marginarte por dejarlo con Paulo y comenzar, lo que quiera que tengas, con Marko.

-Si yo no me margino, nadie viene a hablar conmigo, sólo tú. -reí.

Seguimos caminando y cuando llegamos a la puerta del avión nos tuvimos que separar porque nos sentábamos en lugares diferentes. Iba mirando el billete hasta que llegué a mi asiento, me tocaba en la ventana así que guardé la pequeña maleta y me cogí la mochila para ir a mi asiento. Cuando estaba mirando el móvil vi que alguien se sentaba, puse los ojos en blanco al ver que era Dybala…

-Estupendo… -dije por lo bajo.

-¿Dijiste algo vos? -me preguntó  enfadado.

Le miré mal para luego apartar la mirada de él, negué con la cabeza y luego volví mi mirada al móvil, no me puedo creer que le tenga en todas partes, que entiendo que esté en el equipo y tenga que viajar con él pero por Dios, no me lo pongas al lado en el autobús. Me volví a colocar los cascos y miré por la ventana mientras despegamos. Pude divisar varias veces que me miraba, yo intentaba no hacerle caso pero me llegaba a poner muy nerviosa, no quería estar de malas con él porque se había convertido en una persona muy importante para mí pero lo único que estaba consiguiendo era sacarme de mis casillas constantemente.

-No podemos seguir así… -dijo Paulo quitándome los cascos.

-¿Qué?

-No podemos seguir enojados vos y yo. 

-Eres tú el que me hablas mal todo el tiempo y me tratas mal.

-¿Yo? Sos vos la que te metes con mis compañeros.

-¿¡Ves!? Luego soy yo la mala… No quiero hablar más Paulo, no quiero seguir discutiendo.

-Pues entonces sentante conmigo en el autobús y hablamos, tranquilamente.

Me lo dijo serio y entonces yo decidí hacerle caso y hablar con él en el autobús, no sabía lo que podría pasar si hablamos sobre estas cosas pero probablemente no fuera nada bueno. Llegamos a Nápoles antes de lo que me esperaba y por tanto, había menos tiempo antes de tener que hablar con Paulo, bajamos del avión y nos dirigimos al edificio para luego ir a por el autobús. Me senté en uno de los primeros asientos que encontré, no tenía ni idea de por dónde andaba Paulo así que estuve esperando un poco, si no aparecía, juro que me iba a otro lado.

-Vale… Acabemos con esto de una vez… -se sentó a mi lado y puedo jurar que los chicos nos miraron raro.

-Tú dirás.

-Se acabó. -me dijo y le miré desconcertada.

-¿El qué se acabó exactamente?

-Esto, vos y yo enojados. No podés seguir con Pjaca, tenés que…

Torino |Paulo Dybala|Where stories live. Discover now