—¿Me vas a pagar la consulta? Cuando lo hagas, te daré la razón.

Tom rodó los ojos poniéndolos en blancos dignándose a marcharse.

—¡No te emborraches! ¡O te llevaré de vuelta a Londres!

Un portazo hizo que retumbaran las paredes y uno de los cuadros preferidos de Andrew cayese el suelo.

—El último que hizo eso acabó en el fondo de un pantano.— Apagó el cigarro oyendo que tocaban de forma delicada y constante.—Adelante.

Hugo entró cerrando la puerta, llevaba unos vaqueros desteñidos rotos por las rodillas con un suéter rojo y con dibujos verdes, sus zapatillas eran rojas también y su pelo, un desastre.

—Hola.—Saludó mirando de forma extraña el cuerpo del hombre que seguía tirado en el suelo.—¿Qué le ha pasado?

—Digamos que se ha reído del mono equivocado.

A Hugo se le escapó una carcajada.

—¿Tom?

Andrew asintió.

—¿Qué te trae por aquí?— El moreno hizo un gesto invitando al menor a sentarse en el sillón que estaba frente a la mesa en la que reposaban su portátil y sus papeles.

Y por supuesto, un libro sobre psicología.

—Llevo todo el día sin saber nada de ti.—Dijo incomodado por tener que revelar que le echaba de menos.—Y la última vez que estuvimos juntos...te marchaste de una forma un poco rara.

—Discúlpame, tengo mucho trabajo planeando toda esta mierda.—Hizo un repaso rápido con los dedos sobre un montón de papeles.—Nada puede salir mal o todo se joderá para Tom.

—¿Y para ti?— Preguntó al fin aquella pregunta que carcomía su alma.—¿Tú corres algún peligro?

—Richard me tiene afecto.— Cada vez que tenía que hablar de ello recordaba su infernal infancia.— Él no me va a hacer nada, pero sé que le tiene ganas a Tom, sabe que mientras Patrick esté vivo no va a poder manipularme como él quiere hacerlo.

—¿Va a matar a...?

—No creo.— Se sirvió una copa e invitó a Hugo a otra.—Sabe que eso haría que Tom se pegara un tiro en la cabeza y entonces, se acabó el negocio.

Hugo estaba pensativo.

—Es que no lo entiendo, si tu padre quiere a Tom trabajando para él, supongo que entonces, haría las cosas de otra manera, siento que esto no tiene sentido.

—Sientes que le está conduciendo a su propia muerte para así vengarse por darle tantos dolores de cabeza ¿verdad?

—Si quiere matarle, entonces, ¿Por qué no lo hace directamente? O mata a Patrick y así Tom se suicida.

—Por mí, sabe que no se lo perdonaría jamás, por eso juega a los polis y ladrones, intentando ganar a toda costa y por eso, yo voy con él, para cubrir sus espaldas y asegurarme de que no hay trampas y, que obtiene su libertad.

—Pero entonces, ¿quiere a Tom trabajando para él o no?

—Mi padre siempre ha sentido fascinación por Tom, y es cierto que es el mejor asesino que conozco pero...supongo que su paciencia se está limitando, tengo mis dudas, si mi padre es listo sabrá que Tom no está interesado en seguir en este mundo, y él, no piensa darle la libertad, así que supongo que será una guerra entre ambos hasta que uno de los dos caiga.—Golpeó la mesa sin que el chico se lo esperara y este se sobresaltó sobre el asiento.—¡Bu!—Comenzó a reírse.— Ya basta de hablar tonterías, pasará lo que tenga que pasar, no te preocupes.

Give Me LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora