Capítulo 2

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Chris llegó a casa, su padre le estaba esperando con los platos de comida en la mesa.

Como no, el primer plato era una crema de champiñones de sobre. El segundo, filetes empanados.

-Hola...papá.- Saludó decaído dejando la mochila a un lado del suelo y sentándose en la mesa.

-Hijo, se que estás cansado de los champiñones, pero tampoco te deprimas tanto.- Bromeó intentando alegrar al chico.

Este tan solo esbozó una falsa sonrisa.

Si estaba aguantando, si intentaba rehacer su vida y ser un adolescente normal, era por Antonio.

Recordaba cada día de su vida aquella vez que intentó suicidarse, la última vez, cuando Antonio le dijo que antes de volver a cometer una cosa así, pensara en él.

Y por eso mismo seguía allí, por su padre, por nadie más.

Le había ocultado su relación con Allen, sabía que su padre no la aprobaría pues ni siquiera sabía de la ruptura de ambos, Chris le había comentado sobre la mudanza de Dylan por un tiempo, pero poco más.

-¿Le hechas de menos verdad?- Saltó con aquella pregunta que tanto odiaba.

-Papá, prefiero no hablar de eso ahora. 

-¿Por qué? ¿Estáis enfadados hijo? No quiero que me ocultes las cosas.

Chris siguió comiendo, más al ver que su padre no se bajaría del burro hasta saber algo, decidió hablar un poco del tema.

- La distancia...- Negó con la cabeza.

-Vaya, bueno, seguro que cuando vuelva todo irá como antes, extraño ver ese flequillo rubio por toda la casa, ya nadie se come los plátanos, no sé ni para qué los compro.

-Pues deja de comprarlos entonces.- Falfulló levantándose de la mesa de mala gana.- Buenas noches papá.

-Hijo, si necesitas hablar...

-No, no quiero hablar más.- Cerró la puerta de su habitación un tanto violento mientras se tiraba en la cama revolviendo sus cabellos castaños.

Se estaba volviendo loco.

Y eso que todavía, no había vuelto de New York.

Su corazón latía con intensidad solo con pensar en volver  a ver su sonrisa, su piel tan suave y sus cabellos dorados.

Lo peor de todo, es que entraría de nuevo al equipo, entrenarían juntos, se ducharían juntos, pasarían demasiado tiempo cerca el uno del otro.

-¿Cómo voy a soportar eso?- Se preguntó en voz alta escuchando la puerta de  la calle cerrarse.

Antonio se acababa de ir al trabajo.

Se levantó de la cama sentándose en la silla del ordenador.

-No puedo hacerlo.- Trató de pelear contra sus pensamientos que le decían ''hazlo'' a cada momento.- No quiero verle.. no me importa su vida...

Pero donde manda el corazón, no hay razón ni lógica que pueda hacer nada.

Chris terminó entrando al facebook del chico.

Él llevaba desde que el rubio se fue sin volver a entrar, sin subir ni una sola fotografía.

En cuanto vio su nombre, esas simples letras formando ''Dylan Mckiben'', su corazón se desbocó. 

Pero peor fue al comenzar al ver cientos de imágenes con su perfecta cara de ángel y sus lindos ojos azulados como un hermoso día de primavera.

Rompió a llorar, no pudo evitarlo ni un solo segundo más.

Give Me LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora