Capítulo 36

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Os comento algo, el romanticismo el amor y todo lo cute ya se acabó, ahora vienen curvas. 

Hugo despertó notándose algo sudado y sobretodo, apretado. 

Estaba bajo las mantas, envuelto entre los brazos de Andrew que dormía plácidamente a su lado con la boca abierta soltando leves ronquidos.

Hugo sonrió acariciándole la barba y depositando un pequeño beso en sus labios.

Andrew abrió sus ojos y el menor sintió que estaba viendo el cielo de aquella mañana, aquel celeste era el más precioso que hubiese visto jamás.

—Buenos días.— Saludó al mayor dulcemente.

El moreno arrugó el ceño, soltó al chico y le apartó a un lado.

Bajó de la cama dispuesto a darse un baño mientras Hugo le iba siguiendo como un perrito faldero.

Vio como el magnífico cuerpo de aquel hombre se sumergía entre agua y espuma, tragó saliva y se acercó por detrás poniéndo sus manos sobre los hombros de este.

—Deberías desayunar, ir al instituto y toda esa mierda. 

—Estoy expulsado un mes, te lo recuerdo.

—Uhm sí, que desgracia, ahora también tendré que aguantarte por las mañanas.

Hugo seguía haciéndole un masaje a Andrew, acariciando con sus dedos aquellos fuertes músculos bien apretados.

Tenía algunas pecas por los hombros y algún que otro lunar en el pecho, los cuales aumentaban su atractivo.

—Anoche no decías lo mismo mientras me hacías el amor.— Susurró en su oído con una pequeña sonrisa en los labios, deseaba tanto que aquello volviera a repetirse.

—¿El amor?— Bufó.— Yo nunca he hecho el amor, con nadie.— Salió del agua dejando que Hugo admirara su trasero y sus piernas a lo que comenzaba a secarse, tenía ganas de abrazarle por la cintura y besar su espalda, pero sabía que eso ya sería arrastrarse demasiado.—¿Qué miras tanto? Ve a desayunar, estás quedandote en los huesos.

—No tengo hambre.— Agachó la cabeza, en realidad le rugían las tripas, pero esperaba al menos que así Andrew le insistiera un poco a parte de que le hiciese algo de caso.—No me encuentro muy bien...

—Por favor, eres como mi mujer, fingiendo estar enferma para que me quede en casa con ella.— Comenzó a anudar su corbata.— Tengo muchas cosas que hacer Hugo, lo siento.

—No importa.— Salió de baño tras el viendo como se marchaba cerrando la puerta.— Pero yo no estoy fingiendo...de verdad no me encuentro bien.

(...)

Aun era de noche en Londres, Patrick y Tom habían pasado los últimos días en la casa de campo de este, pues pronto se irían a Madrid por asuntos de ''negocios'' y Patrick debería quedarse con Hugo al menos unos tres días.

Verónica, haciéndose pasar por su tía, la cual tenía la custodia del chico desde la muerte de sus padres, se había excusado en el instituto diciendo que debían hacer un viaje de urgencias por motivos de trabajo y no podía permitirse dejar a Patrick solo a parte de que un cambio de aires sería magnífico para su salud mental después de tan terribles sucesos vividos.

Eran las cuatro de la madrugada, sobre las once de la noche Tom había recibido una llamada, justo cuando estaban a punto de tomar el postre viendo otra de sus tantas películas favoritas juntos.

No le había dicho por supuesto a donde iba, tan solo la palabra ''negocios'' lo cual ya sabía lo que significaba.

Y el motivo de su insomnio no era la ausencia de Tom, si no la presencia de este y de otro hombre más abajo, en el sótano.

Give Me LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora