Capítulo 28

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Chris abrió la puerta de la habitación en las que le había tocado pasar aquellos días, se sentía un poco mal, ya que, Dylan estaría acostumbrado suites y grandes lujos, y aquello, no era más que un hotel de tres estrellas que, para él estaba genial, pero pensaba que no llegaba a lo que ''su rubio'' merecía, pero no podía pedir más a su padre, de hecho, aun estaba mosqueado porque se gastara su dinero en estas cosas.

-Me encanta.- Escuchó la voz dulce de Dylan a su espalda, se giró sobre sus talones viendo como este saltaba en la cama.

-Pero bueno, ¿qué tienes? ¿tres años?

-¡En los hoteles de lujo no puedes hacer esto Chris!- Dio una voltereta.- ¡Yuju!

''¿Y este es el que hace media hora lloraba a mares por la muerte de su tía? Mas bipolar no puede ser...'' Pensó el castaño cruzándose de brazos.

-Espera.- Dylan quedó pensativo observando minuciosamente su alrededor mientras adoptaba una expresión de terror.- ¿Solo hay una cama? 

-Ajá.- El castaño se apoyó sobre un armario de madera contrachapada con una ligera sonrisa en la cara.- ¿Qué problema hay?

-Dormirás en el suelo.- Instó señalando hacia la almohada.- Como el sucio perro que eres.

Dylan bajó de la cama dirigiéndose al baño para ver que tal estaba.

-De sucio nada, que me ducho todos los días y hasta varias veces, y lo de perro.- Alzó un dedo a modo explicativo.- Si lo dices porque me encanta comerte el culo pues bueno, sí. 

El rubio se sonrojó al escuchar aquello, evitando darse la vuelta para que no se percatara de tal timidez.

-Te estoy viendo por el espejo.- Añadió Chris aumentando el enrojecimiento del chiquillo.- Y te ves precioso cuando te intimidas.

Este avanzó hacia el chico, tomándole por detrás de la cintura, regalándole un inocente beso en la nuca.

-¿Estás mejor? te veo más animado.

Dylan asintió sin contestar, tan solo se dejaba apretar por aquellos brazos que le hacían sentir en otro mundo más perfecto.

-No soporto que llores cosita, se me rompe el corazón ¿lo sabías? 

-No creo que sea cierto, porque bien que me hiciste llorar y poco te importó.- Se zafó del agarre de Chris saliendo de nuevo a la habitación.

-¿Cuándo vas a perdonarme?- Preguntó suplicante sin dejar de perseguirle de un lado para otro.

Dylan sacaba ropa a cada cual más cara que la anterior y se la iba tirando a Chris encima como si fuese su perchero andante.

-Mira a ver si me tiras unos calzoncillos y así los huelo, pero que estén usados.

-¡Christian!- Le lanzó un zapato.- ¡Así no vas a conseguir que te perdone!

-Ya, es que no lo voy a conseguir de ninguna forma porque eres un jodido rencoroso.- Le lanzó toda la montaña de ropa a la cabeza.

-¡No soy rencoroso!

Dylan no podía creerlo, ¿rencoroso? ¿rencoroso él? ¡Por favor! ¿Cómo podía decirle semejante burrada?

-La cuestión es que te quiero joder, y no sé como metértelo en la puta cabeza.- Se explicaba el castaño con la vena del cuello ya hinchada a causa de los nervios.

-Yo sé que me quieres, pero tienes que sufrir antes de que vuelva a entregarte mi corazoncito.- Comenzó a sacar boxers de Calvin Klein y a tirárselos  encima.- ¡Ahí tienes! ¡Huélelos todos!

Give Me LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora