Capítulo 37

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Ustedes estan mal acostumbradas/os a los cariñitos...por algo esta historia se llama 50 sombras... por la rudeza de ciertos momentos. 

Allen estaba con Dann en el baño, Dann sentado en una silla y Allen sobre sus piernas recortándole la barba. 

—¿Crees que debería quitármela?

—No, estás muy sexy así.— Respondió terminando la parte del cuello.— Eres el chico más guapo al que le he cortado el pelo en toda mi vida.

—Mmmm, espero que sea así por mucho tiempo.

Allen dejó las cuchillas a un lado para coger las tijeras, Dann le acariciaba el culo mientras el chico hacía su trabajo.

—¿Cuánto quieres que te pague por esto? — Metió ambas manos en el interior de los calzoncillos de Allen, pues este solo estaba con ropa interior y una de sus camisetas puestas las cuales le quedaban por los muslos.

—Quiero que me pagues follándome hasta que me quede sin aire.— Al decir aquello se sonrojó un poco y agachó la cabeza, Dann sin embargo buscó su mirada sacándole una bonita sonrisa mezclada con vergüenza. 

Sacó su mano del boxer de Allen, se llevó dos dedos a la boca y los volvió a meter dentro.

Allen se mordió los labios, metiendo sus manos también bajo la camiseta de Dann, levantándola para deleitarse con aquel torso fuerte y con un ligero camino de vellosidad rubia. 

—Mi osito.—Susurró en su oreja levantando un poco las caderas para que los dedos de su novio entraran dentro de él.—Mmm...

Dann se quitó la camiseta para que Allen le toqueteara todo lo que quisiera, el cual, por supuesto, lo hizo sin pensarlo dos veces, acariciando cada músculo con sus manos y besándole sin parar.

—Me encanta cuando te pones así de salvaje mi pitu.— Le mordió el labio inferior.—Oye... me gustaría preguntarte algo gordi. 

Allen se volvió a sonrojar muchísimo, le encantaba que le dijera así a pesar de estar acomplejado, sabía lo que a Dann le volvían loco sus carnes y amaba ese apodo cariñoso tan íntimo entre ellos.

—Lo que mi soldadito quiera.

—Si te compro ropa interior femenina sexy...como unas braguitas de encaje...—Allen se sorprendió muchísimo, estaba tan rojo como un tomate.— ¿Te las pondrías para mí?

—¿Qué? ¿Braguitas?— Dijo aquello con voz de nena.

—Sí, con el pedazo de culo que tienes, y estos muslos.— Le mordió el hombro mientras le apretaba las carnes.— Te tienes que ver tan rico, mmm, se me pone durísima solo de pensarlo.

—Me las pondré.— Accedió sin dejar de sentir vergüenza.— Lo haré para ti, pero yo también quiero algo..

Dann comenzó a hacerle cosquillas por debajo de la camiseta.

—Mi gordi, eres un goloso, dime que quieres, dime, dime.

Allen se reía sin parar pegándole de broma para que dejara de hacerle eso.

—Quiero que te pongas el uniforme de militar, para mí.

—Mmmm, ¿me quieres ver con la escopeta cargada?— Le cogió en brazos y le subió al lavabo, comiéndole toda la boca y metiéndole la lengua hasta la campanilla mientras se bajaba los pantalones y liberaba su erección.— Gordi, me vuelvo loco contigo, no sé que me haces, será por lo lindo que eres joder.

Allen  se abrazó a sus caderas con las piernas, notando aquellas manos grandes y delicadas acariciar toda su piel, volviéndole loco, mientras sentía de nuevo a su hombre dentro de él, llegando hasta lo más profundo.

Give Me LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora