Capítulo 35

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— Dann, ya te dije que no pasó nada.— Se excusó Allen por tercera vez mientras Dann gruñía  la vez que iba limpiando su habitación.— ¿Quieres dejar que te ayude? 

—No.— Volvió a gruñir, Allen suspiraba molesto, últimamente Dann tenía un humor de perros.—¿Por qué no te vas a casa? O mejor, ¿por qué no vuelves a la casa de ese tipo?

El chiquillo rodó los ojo sentándose sobre la cama del rubio, ¿de nuevo con eso? ¿qué haría para que le entendiese de una vez?

—Dann, es un secreto, prometí no decir nada, por eso no te puedo contar con quien estaba, pero te juro que solo le corto el pelo joder.

—Sí, si no dudo que solo le cortes le pelo, lo que dudo es de qué sitio se lo cortas.

—¡¡Dan por dios!!

—¡¡Por dios te digo yo a ti!! — Gritó haciendo al chico dar un respingo.— ¿Que coño piensas? ¿Me ves la cara de idiota? — Se señaló a sí mismo.— Nadie paga esa burrada de dinero por un jodido corte de pelo Allen, joder, ve a reirte de otro.

El menor comenzó a llorar, su corazón se desgarraba en mil pedazos, le dolía que el chico al que más había querido de todos, el que mejor le había hecho sentir y el único que le había valorado como merecía, estuviera diciéndole aquellas palabras tan duras.

Dann se sentó a su lado, le echó el brazo por encima y le apretó contra su pecho.

—Allen, te quiero, nunca he sentido nada así y ahora con lo de mi madre...joder, siento que eres lo único que me queda, no quiero perderte, ¿Puedes entenderlo?

—T-Tom...C-Crauford...— Tartamudeó suplicandole perdón en su interior a Patrick por haber roto la promesa.

—Crauford murió en...espera, ¿le conoces?

— Es el hombre al que le corto el pelo, es el marido de Patrick.

Dann quedó petrificado, tragó saliva y se rascó una ceja.

—¿Te estás quedando conmigo?

—No, están metidos en un asunto muy raro, no sé nada, no puedo contarte más, solo sé que ellos me suplicaron, bueno, más bien ordenaron, que no dijera nada de esto a nadie. 

El mayor sintió fuertes remordimientos en su corazón, Allen seguía soltando alguna que otra lagrimilla la cual atrapó en su dedo y le levantó la cara para verle los ojos.

Allen suspiró al ver aquel chico tan guapo.

—Quizás ahora no merezca que me dirijas la palabra pero te pido perdón.

El menor asintió.

—Yo... no pasa nada...habría pensado lo mismo si fuese al revés...

—Lo sé, porque tú también me quieres.

Le apretó entre sus fuertes brazos, el chico se sentía en el cielo recostado sobre aquellos duros pectorales escuchando el corazón del otro latir.

—Osito...

—¿Uhm?

—Dímelo otra vez.

Dann sonrió como un niño bobo, tiró del menor sin hacer a penas esfuerzo y una vez, los dos tumbados en la cama, comenzó a darle tiernos besos en la frente a la vez que acariciaba sus mechones rubios.

—Te quiero.

(...)

Hugo estaba en el local de Andrew, ya no solía parar por casa, estaba aprovechando aquella semana para estar al lado de ese hombre que le traía la cabeza loca pues, aun seguía sin follárselo.

Give Me LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora