Capítulo 42

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—Te quiero.— Susurró Dylan en los brazos de Chris.—Gracias  por entenderlo. 

—No hay nada que entender, yo también aprecio a Patrick y si ha pasado lo que tu dices...es mejor que estemos allí con él.

Dylan asintió tomando su cartera y su móvil nuevo. 

—Voy a bajar para decir que dejaremos la habitación libre esta noche, a lo mejor pueden devolverle el dinero a Antonio.

—A mi padre el dinero le da igual.— Caminó hacia Dylan arrinconándolo contra la puerta.—Lo que él quería era que nos reconciliaramos.

—Pues eso lo ha conseguido.— Canturreó juguetón colocándose de espaldas para provocar al moreno el cual no tardó en meterle mano.—Chris, oye, que me tengo que ir. 

—¿Y por qué me provocas entonces? eres muy malo.— Le jaló del flequillo manteniéndole apresado contra la puerta.—Te quiero, pórtate bien.

—Lo haré, no olvides llamar al aeropuerto, necesitamos salir hoy mismo, da igual lo que cuesten los billetes, yo lo pago.

Chris se vistió con rapidez, cuando estaba con Dylan pasaba mas tiempo desnudo que con ropa, lo cual no es que le desagradara en absoluto.

Se calzó las zapatillas y bajó a la recepción, iba a ir a una agencia de viajes antes de llamar al aeropuerto para ver si así, podían cambiar los billetes de día, ya que era el mismo sitio en el que su padre los había sacado online.

¡Antonio usando internet!

—Vaya culo.—Silbó por lo alto a Dylan que estaba de espaldas apoyado en el mostrador.

Este se quedó con las mejillas rojas mientras la chica de la recepción se reía y Chris le guiñaba un ojo.

—Es el idiota de mi novio, no es feliz si no me hace pasarlo mal.—Le escuchó decir antes de salir del hotel.

El día estaba bien, tan solo algunas nubes flotaban por el cielo, una leve brisa corría entre las calles avisando que el invierno estaba muy cerca y que el otoño, con sus preciosas hojas cubriendo los parques y avenidas, tenía ya los días contados.

—Adoro esta época del año.—Pensó en voz alta entrando en la farmacia para comprar algo.

Se paró frente a los lubricantes de sabores buscando uno en especial.

—Oh sí.—Sonrió perverso al encontrar el de plátano.

Lo cogió sin vergüenza ninguna y se puso en la cola para esperar a pagar, Dylan no tenía valor de comprar esas cosas, pero ilógicamente no le daba cosa ir a la tienda erótica y comprar esposas para encadenarle.

El chico que estaba delante de espaldas a él le sonaba mucho, tanto que se sorprendió al darse cuenta de quien era.

—¿Hugo?

Este se dio la vuelta y Chris notó como algo dolía dentro de él.

Estaba mucho más delgado, tenía ojeras y mala cara, a parte de que podía verse una herida comenzando en su cuello.

—¿Hugo que te ha pasado?

—¿Eh? Nada.—Sonrió nervioso.—¿Qué haces por Madrid?

—Vine de vacaciones con Dylan, acabamos de volver.

—¿Volver?—Arqueó una ceja no comprendiéndole muy bien.

Chris suspiró.

—Rompimos cuando él leyó tu mensaje, desde entonces hemos estado separados.

Give Me LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora