Nadie dijo ninguna palabra, suspiré.

Miré a Louis quien este me miraba on una mirada preocupada, le sonreí a medias para calmarlo, todo estaría bien... Con o sin el apoyo de mi padre.

–Lo siento, Victoria. –Murmuré. –Deberíamos haber hablado esto en otra ocasión, pero no pensé que... –Me encogí de hombros. –Estarías aquí.

Me sonrió apenas y miró a papá, quien estaba perdido en sus pensamientos, mordí mi labio y toqué mi estómago como de costumbre. Sentí el pequeño bulto que tenía ahí y miré a Louis nuevamente.

–¿Estás bien? –Murmuró.

–Sí, no te preocupes.

Y nuevamente todo era un silencio incómodo, no sabía que hacer. No sabía si decirle a Louis que nos fueramos a casa, o simplemente quedarnos ahí como estatuas, tal y como lo estamos haciendo ahora.

–Está bien. –Dijo mi padre. –Tienes razón en lo que has dicho, hija. Te he juzgado muy mal, sé que le podrás enseñar cosas muy grandes a tu hijo... o hija. –Pauso. –A mi nieto.

Una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en mi rostro. ¡Ya había aceptado que sería abuelo!

–Serás un abuelo muy cool. –Me senté en el piso para abrazarlo. –No sabes cuanto te amo, papá.

–Y yo a ti. –Me besó la mejilla. –Y también amaré a este pequeño. –Tocó mi estómago. –¡Santo cielo! Tienes un poco de barriga.

–¿Puedo? –Victoria preguntó.

Asentí con la cabeza y tocó mi estómago como lo hacía mi padre.

–Felicitaciones. –Murmuró. –Y a ti también, Louis.

Podía notar en el hablar de Victoria un poco de Italiano, hablaba igual que el novio de Lottie.

–Gracias. –Respondió Louis. –Estamos muy felices.

Lo miré y le lancé un beso, tal y como siempre lo hacia sin importar en donde o en que estabamos, simplemente lo hacía para que recordaba cuanto lo amaba.

Miré el rostro de mi padre, tenía lágrimas en sus mejillas y sonreía con mucha ternura, aunque había sido un poco radical el cambio de humor, agradecía a Dios que lo haya hecho recapacitar.

–¡Debemos celebrar! –Dijo mi padre. –Abriré una de mis mejores botellas de vino. –Se puso de pie con mi ayuda.

Sonreí.

Mi padre se fue caminando como si nunca se hubiera desmayado y Louis lo ayudaba, negué con la cabeza y respire hondo, todo había salido bien... no como esperaba pero había salido bien.

Miré a Victoria y esta me sonreía, era raro no poder tener un tema de conversación, hacia la situación muy incómoda.

–Tu padre ha invitado a algunos amigos a cenar. –Habló derrpente. –Está muy emocionado de estar aquí.

–¿Enserio? No tenía ni idea, y así parece. –Reí un poco. –Aunque casi se ha muerto. –Hice una mueca. –Lo siento por haber visto toda esa tención familiar.

–No te preocupes. –Sonrió amablemente. –Así me integro un poco más, ¿No?

–Sí, mi padre tiene un caracter muy... especial. –Comenté. –¿Cómo se conocieron? –Pregunté. –Lo siento por ser muy directa, tengo mucha curiosidad.

–Tranquila. –Rió tierna. –Soy abogada, estuve presente en el negocio que estaba haciendo en Australia, y ahí nos conocimos. Luego las cosas se dieron... y ya sabes. –Hizo unos gestos con las manos. –Me terminé enamorando de tu padre.

R E H A B I L I T A C I O N .Where stories live. Discover now