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R E H A B I L I T A C I O N.

-No me arrepiento de ninguna cicatriz que tengo, porque eso demuestra todo lo que he sufrido en esta vida, y nadie lo podrá borrar, ya que el recuerdo es para siempre. –Dije sería a la Psicóloga.

-¡Cait! Por favor, debes rehabilitarte, ¿Cuánto has estado acá? ¿Un año y medio? ¿Y todavía no sales? –Se puso de pie, y afirmó sus manos en el mueble.

-Primero; Tú no me dices Cait ni bobadas, mi nombre es solamente CAITLIN, segundo; A mí me enferma, la gente que finge interesarse por la vida del demás, tercero; ¿A usted que le importa lo que llevo aquí? Mejor agradezca, que le pagan por hacer esto, fingir todos los malditos días que le intereso.

Pase las manos por mi cabello, y sin dejar que dijera una palabra más, salí de la habitación.

Ya estaba harta, estaba harta de ver y hacer lo mismo todos los días.

Entré al comedor sonó la puerta al abrirse y cerrarse, y todos me miraron feo. Cuantas ganas de gritar estupideces y levantar mis queridos dedos del medio. ¿No sería hermoso?

¡Oh! Faltaba lo típico, la chica que ella cree que es popular, caminando directamente hacia mí.

-Hey, tú. –Dijo con indiferencia.

-¿Qué sucede, Reina Isabel? –Dije con sarcasmo y saque una sonora risa al público presente. – Gracias, gracias...

-No te vengas a ser la simpática, mosca muerta. –Su voz la me estaba empezando a molestar.

-Bueno, pero te diré un buen consejo. –Pausé. – Creo que después de almorzar deberías ir a lavarte los dientes para que no se note que has comido pescado. –Dije poniendo mi cara más horrorosa.

Y ahí fue cuando se fue corriendo avergonzada, Suspire y toda la gente me seguía mirando.

-¡El Show la acabo, no está el payaso; Dejad de miradme estúpidos! –Grite, cómo odiaba el mundo.

Sonó la campana, hora de encerrarnos en las habitaciones, pero me temo que yo no haré eso.

Fui la primera en Salir a dirección de las habitaciones, 560, 561, 562... bingo, 563. Entré y saqué un bolso. Toda las personas caminando a sus habitaciones, me escabullí entre la multitud hasta recepción, esto parecía un hotel.

La secretaría vio pasar al director y corrió detrás de él.

Rodee los ojos, una vez el director estaba en su oficina y creo que se le olvido cerrar el micrófono, se sintieron los gemidos de ellos dos, real mente fue asqueroso. No había nadie más y la puerta estaba abierta, Uh... Oportunidad perfecta, caminé despacio sin hacer ruido y rápido, ya que la cámara iba rotando, corrí hasta la puerta y logré salir. ¡Estaba afuera! Esto era genial, sentí la brisa mover mi cabello, ¿Qué estaba haciendo ahí parada? ¡Escapa!

Corrí hasta perder de vista ese estúpido lugar... Esto era... tan excitante, estar libre después de un año y medio.

Pero creo que no cantaría victoria todavía, había una reja gigante con muchas luces... Un auto paso y las rejas se abrieron, Corrí rápidamente y pude salir, una luz me enfocó y corrí a toda velocidad cómo nunca antes. Corrí por la carretera, por mi mala suerte empezó la lluvia en Londres.

Ya podía ver las luces de la ciudad, faltaban sólo unos kilómetros. Empecé a caminar, ya no quería correr, mis piernas ya no estaban lista para eso.

Pero debía hacerlo o si no me arriesgaría a peligrar mi vida, la idea de que ya nadie estará conmigo, que la casa se sentirá soltaría sin mi familia.

R E H A B I L I T A C I O N .Where stories live. Discover now