45.

33 4 0
                                    

–Y en ese momento...–Louis rió. –¡Se quería morir! Miles de personas le habían visto el pene al pobre Harry.

Reí junto a él.

Estábamos afuera en una fogata comiendo malvaviscos, contándonos anécdotas graciosos, la noche ya había caído y nosotros nos encontrábamos más románticos que nunca y disfrutando nuestra compañía

–¡No lo puedo creer! –Reí a verdaderas carcajadas. –¿Puedes creer que cuando eramos pequeños Gemma siempre hacia eso? Cuando íbamos caminando por la calle tramábamos algo y siempre le bajábamos los pantalones, pero... nunca se le vio algo.

Reímos nuevamente.

–Es una locura. –Suspiró. –Ese Harry se las trae.

Lo miré con media sonrisa, este me miró al igual y luego dirigió su mirada al fuego para derretir su dulce.

–¿Cómo se conocieron tus padres? –Pregunté.

Una pregunta inesperada.

–Nunca... nunca tuve la curiosidad de preguntarles, ¿Por qué?

–Sólo se me ocurrió preguntar.

La foto que Louis me había tomado la había subido a Instagram y en la descripción puso algo que realmente hizo despertar a la mariposa gigante que vive en mi estómago.

''My girlfriend.''

–¿Tus padres como se conocieron?

Lo miré y me mordí el labio.

–Nunca me han querido contar detalladamente. –Suspiré. –Mi padre contrató a mi madre en una ciudad cerca de Chicago, en Estados Unidos.

–¿No son de Inglaterra tus padres?

–No, luego de unos años se vinieron a vivir acá. –Me encogí de hombros. –Y luego tuvieron a esta belleza.

Louis rió y yo sonreí al fuego.

–Se te está quemando. –Advirtió.

–Lo sé, me gustan más dorados. –Mentí, no me había dado cuenta.

Me miró y yo reí, boté el malvavisco que estaba totalmente derretido.

–¿No extrañas a tus padres? –Pregunté.

Ya me había dado el tema de los padres, y sé que no me cansaría hasta saber todas las curiosidades que se me cruzan por la cabeza.

–Sí, a diario. –Me miró. –Pero sé que estoy lejos de ellos por trabajo, y cuando puedo los voy a ver.

–No has ido desde que llegamos. –Murmuré. –Me deben odiar porque paso mucho tiempo contigo.

–No... no lo hacen. De hecho, te quieren conocer... ¡Mis hermanas mueren por hacerlo!

–Que vergüenza. –Reí sola. –¿Enserio?

–Sí, así que tenía en mente ir algunos de estos días antes de que te vayas... pero no creo que sea posible, ya has estado dos días fuera y quizás tu padre te diga algo.

–Mi padre no me dirá nada. –Murmuré y mi mirada se perdía en el fuego. –Él es como lo conoces, siempre ocupado con el tema de lo negocios, pensé que al encontrarlo pasaríamos tiempo juntos, inseparables, que dejaría el trabajo de lado por alguna vez. –Suspiré. –Pero creo que me equivoqué, quizás en las vacaciones todo sea bueno, pero ya hemos estado un par de semanas y siento como si nunca se hubiera perdido en una isla, como si nunca lo hubieran tenido como rehén, como si nunca hubiera tenido un accidente.

R E H A B I L I T A C I O N .Where stories live. Discover now