38.

38 4 0
                                    


La cena siguió y no hablé mucho, Louis se encontraba frente mío y me miraba, y luego seguía hablando con mi padre.

Aun no se me metía en la cabeza que estaría dos meses sin ver a Louis, y algunos pensarán ''Sólo están hace 1 mes conociéndose''. ¡Pero no saben la manera en la que me he encariñado por Dios!

–¿Que sucede, Caitlin? ¿Por que estás tan callada? –Preguntó de la nada mi abuelo.

–No es nada abuelo, sólo que he quedado satisfecha y me relajo. –Mentí haciendo que todos rieran.

La cena se terminó, rompiendo como casi siempre mi padre levantándose para ir a su oficina.

–Iré a reservar un avión y hoteles para los viajes, me he retrasado en eso. –Dijo mi padre ya saliendo del salón.

Louis me miraba y yo a él, ya no quería estar sentada aquí.

–¿Quieres ir a una fiesta hoy? –Me preguntó Louis.

–Oh, me encantaría cariño. –Respondió mi abuela bromeando.

–¿Enserio? –Pregunté y este asintió con la cabeza. –Bien, iré avisarle a mi padre, permiso. –Me levanté de la mesa.

Caminé hacia la oficina de mi padre y entré.

–Hola. –Dije al entrar.

–¿Que sucede, cariño? –Preguntó mientras tenía la mirada frente a su computadora.

–Ohm... –Miré el suelo. –Iré a una fiesta con Louis. –Avisé. –Así que esta noche saldré.

–Está bien, cuídate. –Me miró y me regaló una sonrisa. –Te quiero.

–Y yo. –Suspiré triste. –Nos vemos.

Salí de la oficina, mi padre no cambiaría. Siempre pendiente de otras cosas y eso me daba un poco de tristeza, ya no sé que pensar y creo que será mejor salir de aquí esta noche.

Me asomé al salón en donde todos se encontraban.

–Me cambiaré de ropa. –Louis se puso de pie.

–Permiso. –Mis abuelos asintieron con la cabeza y caminó hasta mi.

Susurró algo que no entendí y caminamos hasta las escaleras.

–No iremos a una fiesta. –Murmuró. –Nos iremos a mi casa, ¿Quieres pasar la noche allá junto a mi?

–Claro.

–Note que estabas triste y no me gusta verte así, amor.

ME DIJO AMOR.

–Si, estoy un poco triste. –Murmuré y lo besé cortamente. –Me iré a cambiar de ropa.

–Está bien, me quedaré otro rato con tus abuelos, apenas estés lista nos vamos.

Asentí con la cabeza y subí las escaleras rápidamente. Bien... me quedaré en la casa de Louis, creo que esta seria la primera vez. ¡No! La segunda, me quedé ahí cuando fue la fiesta, nos embriagamos y pasó todo lo que tuvo que pasar.

Mis mejillas ardieron al recordar lo que pasó esa noche.

Saqué unos jeans y unas zapatillas blancas, no me sacaría la sudadera de Louis.

Me vestí rápidamente, tomé mi bolso y puse cosas personales, brazier, bragas, cepillo de dientes, cepillo de cabello, maquillaje cargador, mi billetera, ropa para mañana y estaba lista.

Sólo quería salir de esa casa, pero no quería que todos notaran eso, y sólo Louis lo notó.

Bajé las escaleras y Louis se encontraba en el Living mirando su móvil, notó mi presencia y le sonreí.

–¿Nos vamos? –Preguntó y asentí con la cabeza.

–¡ME VOY! –Grité fuerte.

–¡Adiós! –Sentí la voz de mi abuelo.

Salimos por la entrada principal y Louis tomó mi mano, caminamos hacia su auto y lo abrió, caminé rápidamente hacia la puerta del co-piloto y me subí. Louis hizo la misma acción.

Dejé mi bolso en mis piernas, pude el cinturón de seguridad.

–Esta vez estaremos en mi casa sin una fiesta. –Habló Louis una vez que ya me puse el cinturón de seguridad. –Y podremos disfrutar la bella noche que nos da la naturaleza.

–¿Qué tienes en mente? –Pregunté.

–Algo. –Murmuró y encendió el auto.

El viaje hacia la casa de Louis fue largo, y lo hice parar en un subway nocturno porque no había comido casi nada en la cena con la noticia.

–¿Que quieres, cariño? –Pregunto Louis mientras hacia la fila conmigo.

–Un sándwich. –Le sonreí y besó mi frente.

–Un sándwich para la mujer más hermosa del mundo.

Me encanta cuando se pone romántico-cursi.

–Me alagas, amor. –Le dije por primera vez amor, sentí mis mejillas arder.

–Me gusta como sale de tu boca. –Lo miré y mordí mi labio. –La palabra amor.

–Lo sé. –Reí. –¿Qué pensaste que había pensado?

–No lo sé... –Puso cara de pervertido y reí.

La fila avanzó, el chico de la caja empezó hablar con Louis y este pidió dos sándwich con jugos de naranja, le sonreí y pasé el dinero, no quería que Louis pagara.

–Hubiera pagado yo. –Murmuró y me abrazó del hombro.

–Yo quise pasar por aquí. –Le recordé.

–¿Acaso no le puedo comprar un Sándwich a mi novia? –Pregunté.

Abrí mi boca y me acerqué a su rostro.

–No soy tu novia. –Besé cortamente sus labios.

–¿No? –Preguntó.

–No. –Me miró. –No me haz pedido ser tu novia. –Le saqué la lengua.

Me miró por unos segundos.

–¿Quieres ser mi novia? –Preguntó de la nada.

Oh, mi dios.

Lo miré y puse las manos en mi mejilla.

–Tú sabes como ponerme nerviosa y roja en solo un segundo. –Rió.

–Te lo estoy preguntando enserio. –Murmuró. –Ya hacemos todas las cosas que hacen los novios, ahora simplemente debemos hacerlo oficial entre nosotros dos, ya que todo el mundo piensa que somos novios.

–Bien, entonces acepto. –Le sonreí. –Soy tu novia.

–Y yo tu novio. –Dijo antes de besarme. –Y eso suena increíble.

Miré hacia un lado y un grupo de chicas nos estaban sacando fotos, no quise decirle a Louis. Hace unos momentos me había pedido ser su novia y creo que los dos estábamos felices y satisfechos de lo que había respondido.

–Pedido para Barack Obama. –Dijo el chico de las entregas. –Barack... –Sentí la risa de Louis.

–Aquí. –Dijo y yo abrí mi boca sorprendida por el nombre que había dicho.

–Muchas gracias por comprar, Barack.

No pude aguantar mi risa y me alejé y reí por la estupidez que había hecho Louis esta vez.

R E H A B I L I T A C I O N .Where stories live. Discover now