90.

16 2 1
                                    

Y como había dicho, a mi padre se le había transformado su rostro. Ya faltaba poco para que le salieran humos de los oídos.

Cerré mis ojos y suspiré.

–¿¡Qué!? –Respondió.

Abrí mis ojos de golpe y de un momento a otro lo vi desmayado en el piso.

–¡Papá! –Grité.

Victoria había alcanzado tomar su cabeza para que no chocara contra el piso, Louis corrió a ayudarlo y yo me quedé ahí, congelada sin saber que hacer.

Todo esto me recordaba un poco a los ultimos momentos que pude compartir con Johanna.

Empecé a tiritar.

–Joseph. –Decía Louis. –¿Me escuchas?

Caminé dos pasos y sentí como el pecho se me apretaba y mi corazón se volvía a acelerar.

–Mierda, mierda, mierda. –Murmuré mientras tomaba mi cabeza. –No debería haberle dicho, no debería. –Mi voz se quebraba. –¡Ay, no! –Sollocé.

–Caitlin, tranquila. –Sentí que Victoria me habló. –Simplemente es un desmayo, ya está despertando.

Prácticamente no escuchaba nada, simplemente estaba cerrada en mis nervios y euforia que sentía en estos momentos.

–¿Puedes ayudarlo? –Preguntó Louis a Victoria. –Debo calmar a Caitlin.

Se puso de pie y caminó hacia mí, puso sus manos en mis mejillas haciendo que lo mirara a sus ojos.

–Caitlin. –Pauso. –Mi amor, tranquila. Fue un simple desmayo, todo estará bien cariño. –Besó mi frente. –Tranquila, recuerda que no puedes alterarte. –Sonrió mirando mi estómago.

Suspiré y asentí con la cabeza.

Miré donde estaba Victoria y conversaba con mi padre, le murmuraba un par de cosas.

Tragué saliva, dispuesta a acercarme

–Papá... –Murmuré y me arrodillé a su lado. –Lo siento, lo siento mucho. –Sollocé.

Solo me miró, agaché mi mirada mientras mis lágrimas corrían por mis mejillas, no sabía que más decirle y lo peor era es que sabíamos que iba a reaccionar así o peor, pero no me preparé para esto.

–Yo... –Seguí hablando. –Tengo tres meses. –Suspiré. –Y sé que me dirás que soy muy pequeña, verás mi futuro y todo. –Pause. –Pero ya está, ya no hay vuelta atrás y... sabía que ibas a reaccionar así, pero prefería decirtelo. –Fruncí mi garganta.

–Caitlin... –Murmuró. –¿Acaso sabes como cuidar a un bebé? –Preguntó fuertemente.

–Lo lamento por interrumpir. –Louis intervino. –Pero Caitlin no estará sola, seremos padres los dos y si tenemos que dejar todas las cosas que tenemos de lado por nuestro futuro hijo, lo haremos. –Se ubicó a mi lado. –Y aquí no hay nada en discusión, Joseph.

–Louis en este minuto eres la persona menos indicada para hablar. –Mi padre se sentó en el piso. –Si hubieran sido lo suficientemente responsables, se hubieran cuidado, pero creo que la calentura les sobrepasaba. –Me miró fijamente. –¿Qué pasará si un día ustedes deciden ya no estar juntos? ¡Ese bebé se llevará las consecuencias! –Me apuntó al estómago. –Caitlin no eres nisiquiera adulta como para saber cosas sobre la vida.

–Sé muchas cosas sobre la vida. –Lo interrumpí. –He pasado prácticamente por todos los altos y bajos de esta vida en una edad tan corta. –Mis ojos se cristalizaron. –Sé lo que es la felicidad, sé que es sentirse completamente llena y satisfecha sentimentalmente y materialmente. Pero también se que se siente estar solo y tener absolutamente nada, sé lo que es la soledad, la tristeza, las ganas de querer morir y dejar de existir. Y también sé lo que es querer aprovechar mi vida al máximo. He perdido mucho, perdí completamente a mi familia, papá. –Mi voz se quebrara. –Sé que es quedarse sin padre y sin madre, sin hermanos. Pero también sé como levantarme, sé como seguir con mi vida y olvidar las cosas. Sé lo que es el amor y el odio... Realmente pensé que tenías consciencia de todo lo que pasé cuando todo el mundo pensaba que estabas muerto.

R E H A B I L I T A C I O N .Where stories live. Discover now