R E H A B I L I T A C I O N .

86.

                                              

Louis seguía preocupado, ya estaba manejando hacia la casa de su madre, más de una vez insistió que fuéramos al doctor, pero yo simplemente evitaba el tema y eso hizo enojarlo.

–¡Ya basta, Caitlin! –En un momento alzó la voz. –¿Por qué no quieres ir al doctor?

–¡Por que ha sido un simple mareo! No es nada grave, Louis. –Evité su mirada. –Debe ser por que me levanté muy rápido de la cama.

–Es otra cosa y no me quieres decir. –Paró el auto en seco. –Caitlin... mirame.

Mordí mi labio y lo miré.

–¿Por que has frenado? –Pregunté.

–¿Hay algo que me quieras contar? –Preguntó.

Sentí nervios en mi estómago, mis manos empezaron a sudar y fruncí el ceño.

¿Escuchó cuando le conté a su madre?

¿Le dijeron?

–¿Que...? ¿Qué quieres decir con eso? –Pregunté.

Louis tenía su mirada fija en mí y se encogió de hombros.

–No sé, ¿Te resfriaste cuando estuviste solo con Hilary? –Preguntó.

–Uhm... no. –Suspiré. –¿No crees que le estás dando demasiada importancia a un simple mareo? ¡Mi amor, mirame! –Exclamé. –Estoy bien.

Frunció sus labios y asintió con la cabeza.

–Tienes razón, le estoy dando mucha importancia. –Me besó cortamente en los labios. –Echaré andar el automóvil antes de que me den un una falta de tránsito.

Reí y suspiré aliviada, nadie le había dicho nada.

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Estábamos todos reunidos en la mesa cenando, pero realmente no me apetecía comer... de hecho tenía un asco tremendo por el pollo asado en estos momentos y se me hacía muy difícil echarme un pedazo a mi boca y comerlo intentando no vomitar.

Louis estaba muy distraído como para que estuviera pendiente a mi plato, reía junto a sus hermanos.

Estaba buscando con la mirada a Lottie pero no me miraba, estaba contando sus chistes a todos.

Miré a Johanna quien me miró al mismo tiempo

¡Era mi salvación!

Me hizo muecas con la cara refiriendose a la cena, solo pude negar con la cabeza mientras hacia una mueca de asco, sonrió y en sus labios pude leer: ''Espera.''

Mordí mi labio y tomé un poco de la bebida que había en mi vaso, comía un poco de enselada, pero realmente con el olor del pollo ahí, no tenía apetito de nada.

–Caitlin... cariño. –Habló Johanna. –¿Me ayudas a retirar la mesa y servir el postre? –Preguntó.

Me puse de pie antes de que Louis pudiera voltearse a mirarme y escondí mi plato detrás del asiento.

–No tengo problema. 

Louis giró su cabeza y me sonrió.

Con mi otra mano desocupada saqué el plato de Louis quien se había comido toda la cena.

–Mamá, no te pares... Caitlin y yo levantaremos la mesa. –Interrumpió Louis.

–¡No! Claro que no, déjame hacerlo. –Se negó completamente.