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Louis seguía dormido y yo estaba a punto de marcarle a Niall para preguntarle un par de cosas.

Bajé por las escaleras y de la nada veo a dos mujeres, me asusté que pegué un grito.

–Oh mi dios. –Puse la mano en mi pecho, una de ellas se acercó a mi mientras la otra me miraba con una sonrisa. –Disculpen...

–Hola, somos las chicas del aseo. –Me sonrió la que se acercó.

No tendrían más de 35 años.

–Hola. –Murmuré. –Que susto. –Reímos. –Louis sigue dormido.

–Oh, bien... entonces no les llevamos el desayuno aún.

–Uhm no. –Le sonreí. –¿Hace cuanto trabajan para Louis? –Pregunté curiosa y bajé el resto de las escaleras.

–Un año y medio.

Abrí mi boca de asombro, me podrían servir.

–Disculpe... –Me dijo una de ellas. –¿Usted es Caitlin?

Las miré y fruncí levemente el ceño.

–Síp. –Afirmé.

–Louis nos ha hablado de usted hace días, que la extrañaba y muchas cosas.

–Él no para de hablar. –Reí. –¿Ustedes saben cosas de Louis?

–¿Cómo que cosas? –Preguntaron.

–¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre? –Mordí mi labio. –Quiero prepararle una sorpresa para hoy, y no sé que hacerle. –Hice un leve puchero.

–En este momento no se me ocurre mucho. –Confesó la que estaba cerca mío.

–Bueno, no importa. –Pausé. –permiso, iré hablar por. –Mostré mi móvil. –Celular.

Caminé hacia el living y marqué el número de Niall.

Marcando, marcando, marcando.

–¿Hola? –Sentí la voz del rubio.

–Niall, necesito tu ayuda...

–Estoy desayunando con mi novia, Caitlin, no creo que pueda hacer mucho.

–¡No! Sólo quiero preguntarte un par de cosas. –Dije apenas. –¿Que cosas le gusta hacer Louis en su tiempo libre?

–Ufff. –Suspiró. –No lo sé, le gusta hacer surf... realmente no sé, le gusta salir mucho a Playas... pero esas actividades las hace en otros países, no en Londres.

–Creo que planearé algo a la suerte, no creo que sea tan malo... muchas gracias y perdón por interrumpir tu desayuno.

–No te preocupes, estoy un poco distraído y no te pude ayudar mucho.

–Adiós. –Colgué.

Mordí mi labio.

Bien, tendría que planear algo rápido pero romántico y estaba contra el tiempo.

Empecé a hacer memoria... ¡Nosotros teníamos una cabaña en el bosque! Había un jacuzzi, podría hacer algo con nos pétalos de rosas... fogata en el atardecer...

Ohm, podría funcionar.

¿Quién lo haría? Necesito ayuda de Joyce.

''Joyce, necesito tu ayuda, espero tu mensaje!''

Caminé hacia las escaleras y las subí rápidamente, entré a la habitación de Louis y el estaba sentado refregándose los ojos.

–Buenos días, cariño. –Dije con un tono delicado de voz y este me sonrió. –¿Cómo dormiste? –Caminé hasta él y me senté a su lado.

–Muy bien, solo que desperté porque tu no estabas. –Murmuró y besé sus labios cortamente.

–Me alegro. –Acaricié su mejilla. –Lo siento, tenía un poco de sed y baje a tomar agua.

–¿Tienes hambre? –Preguntó.

–Un poquito. –Murmuré. –Bueno, si tengo hambre. –Reí.

Su mirada estaba perdida, estaba muriendo de sueño.

–Ohm... no, no tengo hambre.

Me puse de pie y caminé hasta el lugar donde había dormido, me acosté y este me miró.

–Estoy muriendo de sueño, ¿Quieres dormir un poco más? –Murmuré y este me sonrió y se acostó nuevamente.

Me abrazó y yo lo abracé sin antes depositar un pequeño beso en su pecho, sentí que mi celular vibró, debía ser Joyce.

–Espera, es importante. –Tomé mi móvil.

''¿Qué sucede?''

Respondí:

''Necesito que pases por mi casa a buscar las llaves de la cabaña, necesito que decores todo muy romántico, pongas el agua en el jacuzzi, por favor... como los viejos tiempos, quiero darle una sorpresa a Louis.''

Esperé unos segundos.

''Okey, me debes una. Acepto porque sé que tengo un gusto decorativo muy bueno''.

''Lo tienes, nena. Avísame cuando todo este listo.''

Bloquee mi celular y volví abrazar a Louis, este me miraba con suerte.

–Estoy cansado, ayer... la piscina me dejó agotado. –Una risita traviesa salió de mi boca. –¿Intentamos dormir, amor?

Me encantaba como salía de su boca la palabra ''amor''.

–Sí. –Murmuré.

Cerré mis ojos para intentar dormir y no podía, sentía como el pecho de Louis bajaba y subía por su respiración, sentía ansias de que llegara la hora de ir a la cabaña, sé que la pasaríamos bien... junto a Louis siempre la pasaba increíble y sé que hoy no sería la excepción.

¿Caitlin, te cuidaste anoche?  Louis no se fue dentro mío, pero las ultimas veces que lo hemos hecho no... no nos hemos cuidado y la regla aún no me llegaba.

¡Santa mierda! Soy una descuidada.

Mi corazón se empezó a acelerar, debía ir al ginecólogo, debía empezar a cuidarme de alguna forma y evitarme malos momentos como estos, bueno no son momentos. Si no que pensamientos que no me dejarán tranquila hasta hacerme un test de embarazo. 

R E H A B I L I T A C I O N .Where stories live. Discover now