–Las ganas no me las quita nadie.

–¡LOUIS VETE! –Grité con rabia.

Nuevamente mi respiración empezó acelerase.

–Louis si no te vas... con el dolor de mi alma tendré que llamar a los guardias. –Mi abuela caminó hasta el. –Por favor... hazlo por Caitlin.

Toqué mis costillas, me dolían como nunca.

Mordí mi labio para aguantar el dolor.

Sentí como se cerró la puerta, no pude ver como Louis se fue.

–¡AY! –Grité de dolor.

Justin caminó rápido hacia mí.

–¿Qué sucede? –Preguntó.

–Mis costillas, me duelen. –Apreté el botón para llamar a la enfermera. –No puedo aguantar... –Sollocé.

Hasta ahora el día que pensé que iba excelente se había arruinado completamente.

Me sentía más fisicamente y emocionalmente estaba destrozada.

La enfermera llegó corriendo, el dolor me cegaba completamente... no podía concentrarme en otra cosa que no fuera el dolor.

–Caitlin... Caitlin... –La enfermera me hablaba.

Yo sólo tenía mis ojos cerrados conteniendo todo el dolor.

–Me...duele. –Dije apenas.

–Mírame Caitlin. –Abrí mis ojos.

El rostro de mi abuela y Justin prácticamente estaban encima mío.

–¿Que ha sucedido? –Preguntó. –¿Te desesperaste? ¿Lloraste?

Asentí con la cabeza apenas.

–¿Que sentiste? –Siguió con las preguntas.

–Primero puntadas... ahora siento un dolor horrible. –Me quejé. –Me duele mucho.

–Llamaré al doctor, ¿Está bien? –Preguntó mientras trataba de calmarme.

–¡Me duele! –No podía decir otra cosa.

–¿Que sucede, enfermera? –Preguntó mi abuela.

–Lo más probable es que sea los niveles de oxígenos elevados en los pulmones de Caitlin. El doctor tiene que confirmar lo que tiene, lo que pase ahora es que haremos una Ecografía de tórax. –Me miró. –El doctor estará aquí dentro de dos minutos, por lo tanto les pediré que la calmen... por la desesperación que siente más le dolerá.

Los minutos se me hicieron totalmente eternos, estaba apretando la mano de Justin y mi abuela me calmaba mientras tocaba mi cabello.

Sentía que no podía ni respirar.

Cerré mis ojos intenté relajarme.

Maldito Louis, me engañó.

Quise llorar, y me concentraba en no hacerlo... si lo hacia el dolor sería mas intenso.

–Señorita Dereks. –Sentí la voz de un hombre.

Abrí mis ojos y vi a un doctor al lado de la cama.

–Me llamo Phil Coll soy el doctor que está de turno. –Me regaló una sonrisa.

–Me duele. –Murmuré.

Empezó a ver unas hojas y la enfermera estaba a su lado.

–Ella estuvo en un coma de 8 días, a la vez también fue operada para desinfectar algunos órganos que se han visto afectado por la causa de su coma que sería unas pastillas vencidas para dormir haciendo que estos no funcionaran bien, sus pulmones no podían trabajar muy bien por si solos entonces fue conectada a una maquina que la ayuda a respirar. –Pausó. –Hace unos minutos se ha desesperado, llorado haciendo que su respiración aumente y este le cause dolor en sus pulmones.

–Haremos una Ecografía de Tórax. –Dijo mientras seguía examinando las hojas. –Luego veremos en que estado están sus pulmones para ver si es muy peligroso extraer la maquina pero lo más probable es que le duela porque ya sus pulmones funcionan bien. –Me miró. –¿Si?

–Sí. –Respondí.

–Iré por una silla de ruedas. –La enfermera se fue.

Miré a Justin, mi abuela se puso a conversar con el doctor.

–Lo siento por lo que ha pasado con Louis. –Dije apenas. –Simplemente me ha sacado de mis limites.

–Tranquila. –Besó mi mano. –No pasa nada.

Cerré mis ojos.

–Si quieres puedes irte, no estaré aquí por los... exámenes. –Me costaba hablar. –Y... te aburrirás esperando.

–Me quedaré aquí, tranquila.

Abrí mis ojos.

–No quiero que te quedes sola después. –Siguió hablando. –Me quedaré junto a ti hasta que te quedes dormida, recién me iré... pero no quiero que llores cuando estés sola.

Mordí mi labio.

–Gracias.

{...}

Ya había terminado todos mis exámenes, habían desconectado la maquina de mi cuerpo, ya no había mas dolor... apenas había llegado a mi habitación y estaba sola, ya que hicieron esperar a Justin con mi abuela en otra habitación.

Suspiré.

¿Por qué me engañó?

Mordí mi labio y limpié rápidamente la lagrima que cayó por mi mejilla.

No debes llorar, Caitlin.

Miré por la ventana, la noche ya había caído y llovía en Londres.

La puerta rápidamente se abrió, me acomodé en la camilla y mi abuela entró con Justin.

–Hola. –Saludé con una sonrisa.

–¿Mejor? –Preguntó Justin.

–Sí, gracias.

–Caitlin... tu abuelo me ha venido a buscar. –Besó mi frente. –Mañana vendremos los tres, ¿Sí?

–Claro. –Respondí. –Gracias por venir. –La abracé.

–No es nada, mi amor.

–Abuela... –Dije. –No le digas lo que ha sucedido con Louis a papá.

Me miró y suspiró.

–Está bien.

Caminó hasta Justin y se despidió de él con un abrazo y algunas palabras.

–Adiós. –Dijo mientras salía.

Justin se sentó en el borde de la cama y me dio pequeñas palmadas en mi pierna.

–¿Quieres hablar sobre lo que pasó con Louis?

–Me engañó. –Murmuré.

Hubo un silencio.

–Es un imbécil.

–Ya no importa. –Suspiré. 


R E H A B I L I T A C I O N .Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt