Miré a todos como me miraban, más bien miraban a mi padre porque cuando perdí mi virginidad con Ethan sus padres conversaron con nosotros.

–Joseph... es algo natural. –Dijo George.

–¿Con quién? –Preguntó mi padre con su mirada penetrada en la mía.

No dije nada, hubo un silencio incómodo.

–¿Con quién? –Volvió a preguntar.

El aire estaba tenso.

Tragué saliva.

–No es ni el lugar y mucho menos el momento para hablar sobre esto. –Lo miré seria.

–Lo sé, pero tengo mucha curiosidad.

Esa mirada fría que tenía aveces hacia estremecer a cualquier persona.

–¿Louis? –Preguntó mi papá.

Louis negó con la cabeza y agachó su mirada. Esto se había puesto muy tenso.

–Papá. –Hablé fuerte. –No es momento de hablar esto.

–¡Pues yo quiero hablar de esto! –Dijo fuerte.

–No es el momento, ¡Dios mío! ¿Cuando será el día en que esperes el momento y lugar correcto para hablar temas delicados? –Lo miré con rabia.

A veces mi padre era tan insoportable y eso me hacia enojar mucho, hace años no pasaba este enfrentamiento, que pasaban mas o menos 3 veces al año.

–QUIERO SABERLO AHORA. –Gritó.

–¡Que pena! –Me puse de pie. –No lo sabrás, siempre encuentras una alguna manera de arruinar un gran día en las vacaciones que hemos tomado juntos.

Sentí ganas de llorar, me había puesto en vergüenza frente a todos y presionado.

Empecé a caminar lejos de donde todos se encontraban, tenía rabia.

Caminé lo más rápido que pude sin importar la arena que quemaba mis pies, toqué el agua para tranquilizar ese ardor y caminé caminé y caminé.

Mis lágrimas salían de mis mejillas.

No entiendo como aveces puede ser tan frio y controlador.

Llegué a una zona aislada, había piernas y no había nadie.

Me senté en la arena y empecé a llorar, no sé con que cara miraría a los demás

¡Una vergüenza! Y más si creía que Louis había quitado mi virginidad... lo miraría mal y quizás ni siquiera le saludaría, conociendolo... es tan cruel a veces con cosas que yo quiero... con cosas que quería April y también mi madre.

Estuve mirando el mar una hora el sol quemaba mi piel y yo tenía la mirada perdida.

¡Por favor! No tenía ganas volver, por mi me quedaría aquí toda la tarde para no verle la cara a mi padre.

Cerré mis ojos y sentí la brisa chocar con mi rostro.

Sentí que alguien caminaba por aquí cerca, abrí mis ojos rápidamente y un chico alto, cabello desordenado piel dorada, con gafas de sol y llevaba cruzado bolso y toallas en la mano.

Louis.

Se acercaba a mi cada vez más.

Suspiré.

Me puse de pie y corrí abrazarlo, recibió mi abrazo rápidamente.

–¿Cómo estás? –Preguntó.

Le sonreí a medias.

–Podría estar mejor. –Murmuré.

Le quite una toalla y la estiré en la arena, dejó el bolso ahí.

–Tu padre se descontroló allá. –Me miró. –Luego agarré mis cosas y empecé a buscarte, estuve como una hora caminando hasta que vi marcas de pie que me guiaron hasta acá.

–¿Como se descontroló? –Pregunté.

–Empezó a... decir garabatos al aire, estaba enojado. George intentaba calmarlo junto a Melany, Ethan y Joyce se pusieron a mi lado y me han dicho que viniera a buscarte, cosa que quería hacer apenas te fuiste pero tu padre me miraba muy mal.

–Lo imaginé. –Pasé mis manos por mi rostro. –A veces es tan.... –Me encogí de hombros. –Se transforma en una persona diferente.

Louis buscó algo en el bolso y lo miré.

–Lo siento por todo lo que ha pasado allá. –Hablé nuevamente. –Ni tu, ni nadie que estuviera presente debería haber presenciado eso.

–No te preocupes. –Me pasó una botella de gaseosa. –Prefiero que haya pasado todo eso ahí con gente en vez de tu sola.

Suspiré.

–No quiero que estés triste, mi amor. –Puso su mano en mi mejilla. –No dejaré que nada malo te pase, aunque sea tu padre... no quiero que la pases mal y no te dejaré sola en ningún momento.

Le sonreí y lo besé, me sentía completamente protegida por él.

–¿Quieres ir al agua? –Me preguntó. –Tengo unas ganas de entrar ahí, pero no quería hacerlo sin ti.

Asentí con la cabeza como una niña pequeña, estaba solo con bikini. Me puse de pie y Louis estaba con su camisa mas o menos desabrochada.

Se la sacó rápidamente dejando si abdomen totalmente desnudo, tomó mi mano y corrió hacia el agua.

Reía como loca por la desesperación de Louis.

¡El agua estaba totalmente rica!

Louis sumergió su cabeza en el agua y salió rápidamente sacudiendo su cabello mojado.

–¡No te vayas muy al fondo! –Le pedí.

–No lo haré.

Nado un poco, no habían olas grandes y la tierra era firme y pareja.

Louis salió de mi lado y nado un poco, a mi me daba miedo el mar, solo me podía mojar hasta la cintura y nada más.

Louis llegó hasta que el agua le sobrepasaba su pecho.

–¡Caitlin! ¡Ven hacia acá! –Me pidió.

–¡No! me da miedo. –Confesé.

–¡Vamos, ven!

Lo miré y suspiré.

Vamos, Caitlin... sabes nadar, no pasará nada.

Caminé y cada vez se hacia más profundo, finalmente llegue nadando hacia Louis y no podía tocar el suelo ya que el es más alto que yo.

–Louis, vamos más a la orilla. –Le pedí. –No puedo tocar el suelo y me estoy desesperado.

Me tomó de las manos pegando su cuerpo con el mío.

–Tranquila. –Murmuró cerca de mi rostro. –Caminaré hacia la orilla.

Asentí con la cabeza, se empezó a mover y ahora el agua le llegaba a los codos, suspiré tranquila.

Pero no me soltaba, y eso me gustaba. 

Me gustaba tenerlo cerca.

R E H A B I L I T A C I O N .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora