El aspecto de Joyce era de cansado.

–¿Sabes todas las cosas que tuve que hacer para decorar esa casa, limpiarla y dejar una buena decoración y un ambiente romantico, para que lleves a tu novio? –Preguntó mientras me miraba.

Reí y le tiré un beso.

–Yo haría lo mismo por ti. –Le sonreí.

–Tampoco te lo pediría porque decoras horrible, eres muy fría para tus cosas. –Reí. –Toma, aquí estan las llaves.

Las tomé.

–¿Cómo estás, cariño? –Preguntó mi abuela.

–Bien, ¿Y tú?

–Bien. –Me sonrió. –Que te vaya bien, hija.

–Muchas gracias. –Besé su mejilla y luego la de Joyce. –Nos vemos, son las mejores no saben cuanto las quiero. –Subí las escaleras.

Corrí hacia mi habitación y puse ropa , toallas, ropa de baño, secador de pelo(Allá no había),lo puse todo en un bolso gigante y un pañuelo para tapar los ojos de Louis.

Bajé rápidamente.

–¡Adiós! –Grité.

–¡Me debes una salida para arreglarme las uñas! –Gritó Joyce y reí.

Iba saliendo y Louis me seguía esperando con sus manos dentro de los bolsillos de su chaqueta de mezclilla.

–Bien, no te asustes. –Le mostré el pañuelo.

–Está bien, no tengo nada que temer junto a ti. –Me sonrió y llegue frente a él, le di un pequeño beso en sus labios. –Ahora amarraré esto.

Puse la venda por su cabeza amarrandola fuertemente y este se quejó un poco, reí.

–Lo siento. –Murmuré. –Bien, ¿Ves algo?

–No.

–Okey, estoy frente a ti, intenta darme un beso.

Estiró sus labios y se agachó, no había nadie ahí y reí.

–Eres mala. –Murmuró.

–Quería asegurarme de que no vieras nada. –Caminé hasta él y lo besé. –¿Subimos al auto?

Accedió y subimos al auto, ahora el de Copiloto, y yo en el asiento de conductor.

Acomodé el asiento a mi manera, espejos y todo. Bien, era hora de probar el auto de Louis.

Pude manejarlo de lo mejor, aunque Louis en todo momento me decía que tuviera cuidad y que no manejara con tanta prisa, suspiraba y negaba con mi cabeza. Nisiquiera le respondía, prendí la radio para llenar el ambiente con un poco de música, ya llegué a la carretera y aceleré un poco.

–Caitlin, ¿Por que aceleraste tanto? ¡Con cuidado, podemos chocar! –Exclamó y yo fruncí el ceño.

–Louis estamos en la carretera. –Dije molesta. –Y sabes que manejo bien, ¿De que te preocupas?

–Del auto. –Murmuró y reí negando con la cabeza. –No quiero que pase algo malo, ¿Sí?

–No me tienes confianza, hombre. –Seguí manejando.

–Esta es la prueba de confianza máxima. –Dijo y nuevamente reí. –No estoy bromeando.

Mordí mi labio y seguí la ruta de la cabaña.

–¿No me puedo sacar el pañuelo? Ya me está empezando a molestar. –Tomé su mano. –Oh, no señorita. Las dos manos en el volante.

–Eres un pesado. –Reí y saqué mi mano de su mano.

Doblé por un camino de tierra, era un lugar secreto que casi nadie conocía este rumbo, sólo amigos de la familia o mis amigos.

–¿Qué? ¿Porqué estamos en un camino así? –Preguntó.

–Louis cierra la boca.

Vi la hermosa cabaña que estaba en medio del bosque con una vista increíble, hace tanto tiempo que no estaba aquí y se me es imposible no recordar buenos momentos que tuvimos en familia.

Me estacioné con una sonrisa en el rostro, salí del auto sin decir alguna palabra y caminé hasta la puerta de Louis.

–Sal del auto. –Lo ayudé mientras le tendía una mano.

–Okey, ¿Ahora es cuando me violas y me matas? –Preguntó y yo reí.

–Eres un idiota. –Le dije y salió porfin del auto. –Y no te violaré.

–Eso es un alivio. –Tomó mi mano para que lo guiara. –Aunque me gustaría que lo hicieras.

Reí y empezamos a caminar.

–Puedo oler que que no estamos en la ciudad. –Hizo ruido con la nariz. –Huele a arboles.

–Ya sabrás el porque. –Abrí la puerta de la cabaña, las luces estaban apagadas. –Bien, te sacaré la venda.

Confiaba en lo que Joyce había hecho.

Le saqué la venda a Louis y este pestañó un par de veces para recuperar la vista, me sonrió y puso una expresión de duda en su rostro.

–Bien, veamos que tenemos aquí. –Prendí las luces y eran fotos pequeñas de nosotros transformadas en un cuadro gigante.

(Foto de referencia en multimedia, solo imaginen que es Louis y Caitlin)

Abrí mi boca por la impresión y Louis estaba igual.

–Oh mi dios. –Dijo y me miró, le sonreí.

Abajo formaba una pequeña frase.

''Te quiero''.

Nunca le había dicho te quiero a Louis... ¿Esta sería la primera vez?

R E H A B I L I T A C I O N .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora