-Escúchame, Elena no es mi tipo.

-¿Y por qué salías con ella?

-¿Eh? ¿En serio crees que para estar con alguien tiene que parecerte atractivo o atractiva? Yo valoro otras cosas, ella y yo teníamos una relación muy buena, pero al final, ninguno de los dos estábamos enamorados, suele pasar pitu.

-Y...- Comenzó a dibujar circulitos con la yema del dedo sobre el pecho de Dann.- ¿Cuál es tu tipo?

-Pues.- Le miró directamente.- Me gustan los ojos grandes, expresivos y brillantes, y los labios gruesos que se pueden morder.- Le acarició el labio inferior con el pulgar.- Me encantan los cabellos dorados y suaves que huelen a coco o a frutas.- Le olisqueó la cabeza a lo que el chiquillo se echaba a reír sin poder evitarlo.- Odio las tetas grandes, cuanto más pequeñas mejor, y si no tienen, mucho mejor aun, lo que me ponen cachondo son los pezones pero me cuesta mucho encontrar unos que me gusten, así pequeñitos y rosaditos, como los tuyos.- Le pellizcó uno suavemente.- Y las barriguitas, ni me gustan las tablas de planchar ni las tabletas de chocolate, yo quiero carne para morder y agarrar mientras follo bien duro.- Le apretó las caderas agarrándole de sus carnes y simulando unas suaves embestidas que dejaron al chico más que acalorado.- Y el culo, me encantan los culos bien grandes y blanditos, que se muevan mientras los embisto con mi polla.- Le pegó un azote no demasiado fuerte en las nalgas haciendo que Allen soltara un quejido lo cual provocó que la erección de Dann se abultara aun más.- Y la estatura, adoro que sean manejables en la cama, ya te lo dije una vez, a ti te gustan las osos y a mí las pitufillas, aunque en este caso, es un pitufín el que me está haciendo perder la cabeza.

Ambos guardaron silencio por varios minutos, mirándose a los ojos y acariciándose mutuamente.

-¿Estás más tranquilo ahora? Allen... - Besó su cuello.- Podría estar con cualquier mujer ahora mismo, pero dime, ¿con quién estoy?

-Conmigo.- Contestó el chico sintiéndose superior a todas esas tías de la facultad.- Estas solo conmigo.

-Pues, por algo será ¿no?- Le guiñó un ojo.

Allen asintió notándose mas confiado y cómodo, decidió subirse a las caderas del mayor y recostarse sobre su pecho, el olor masculino llegó enseguida a su olfato haciéndole sentir todas sus hormonas disparadas y enloquecidas, acarició las líneas que marcaban los abdominales de Dann con sus manos mientras hundía su nariz en la vellosidad del pecho de este y sin poder evitarlo, comenzó a lamerle.

-Mmmm, gatito.- Ronroneó.- Así me gusta, esto es lo que quería de ti.- Le abrazó por las caderas, con una mano comenzó a hacerle suaves masajes en la columna mientras con la otra, acariciaba la entrada de Allen.

Allen, sin darse cuenta, comenzó a mover sus caderas, creando fricción entre ambos miembros, el de Dann era el doble que el suyo, tanto de largo como de grueso, se mojaba cada vez que sentía el vello púbico de este sobre su abdomen.

Dann agarró al chico, colocándolo de espaldas y subiendo sus caderas hacia su boca a cuatro patas, casi no tuvo tiempo de reaccionar, el mayor le manejaba a su antojo, haciéndo con él lo que le daba la gana, pero no podía negar que le encantaba sentirse dominado por aquel hombre.

Estaba un poco asustado, no sabía bien que hacer, pues no quería cagarla ya que tenía poca experiencia sexual.

Sus ojos se quedaron blancas y un intenso gemido salió de su boca cuando sintió una lengua caliente y húmeda lamer desde la punta de su pequeño miembro, hasta los testículos, y de seguido, entrar directamente en su culo hasta el fondo.

-D-Dann...o-osito...ah... ¿q-qué me estás haciendo?...ahh...mmm....- Allen se relamía los labios mientras movía sus caderas en dirección a la boca de Dann, sentir esa lengua dentro era jodidamente placentero.

Give Me LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora